HAM: una semana de tormenta

Algunas Hijas del Amor Misericordioso, cantanto un villancico en una felicitación de Navidad.
El pasado lunes hizo una semana de la publicación por el Arzobispado de Madrid, a bombo y platillo, de las sanciones, así como de la investigación abierta, sobre la Asociación Pública de Fieles Hijas del Amor Misericordioso.
La tormenta mediática que ha caído sobre ellas por parte de los enemigos de la Iglesia ha sido salvaje. No se podía saber... De parte de algunos pocos “amigos”, también. De los demás medios amigos, en general ha sido ejemplar su talante, espera y profesionalidad. Al final, en este cotarro ya nos conocemos todos y todo el mundo queda retratado muy fácilmente. Hay estómagos agradecidos que alimentar, como también personas que aún se visten por lo pies.
Sobre el proceder del arzobispado ya dije todo lo que tenía que decir y no voy a decir nada más. Espero que, entre todos, mi opinión sirva un poco, aunque sea, para hacer una sana reflexión de qué hemos hecho bien y qué mal. Qué podemos mejorar a partir de ahora. Yo también, por supuesto.
El ataque ha sido atroz y la indefensión vergonzante. Se han publicado muchas mentiras y más medias verdades. No es verdad que Marimí, la ex superiora bajo investigación, haya “celebrado” el aniversario de su fundador el pasado jueves en el convento de Los Molinos, porque ese día en el convento de Los Molinos no hubo celebración ninguna. No estaban para fiestas. Si permanecía aún pernoctando allí, que lo ignoro, sería por empacar sus enseres personales y dejar ordenada su habitación.
En la nota publicada por el arzobispado de Madrid se informaba de que se había decretado su salida de la comunidad, pero no explicitaba desde qué día, o si había un plazo, o si ese mismo día 28 se tenía que ir de allí. Ignoro por otra parte, pues no conozco su contenido textual, si en la resolución oficial que, entiendo, le entregaron a Marimí, venía explicitado el momento en que debía marcharse. Si le ordenaron tajantemente irse ese mismo día 28, hizo mal en demorar su salida, pero habría sido una medida a todas luces inhumana. Si no lo explicitaba y se daba cierto margen para recoger su pijama y su cepillo de dientes, pues me anima ver un leve atisbo de humanidad, o llamadlo como queráis.
En cualquier caso Marimí ya se fue, se ha despedido de sus hermanas de vida, y ha pasado a mejor vida terrena, esperando el avance de la investigación y confiando en la Iglesia.
Se ha publicado también que Marimí tiene una estrategia para desobedecer a la Iglesia y declararse en rebeldía o algo así. Madre mía, la gente ve mucha serie de Netflix… ¿Se puede ser mentecato? Cómo se nota que no la conocen. Marimí nunca se rebelará contra su obispo, ni aunque le arranquen la piel. Pero es que, además, no ha tenido una estrategia jamás ni para jugar a la oca.
Al inicio de unas fantásticas vacaciones familiares, me quedo con el ejemplo de las HAM de mantener la fe en medio de la tormenta, y su confianza en la Iglesia, de su ejemplo de oración, no por ellas, sino por todos. La Iglesia, que en algunas ocasiones parece madrastra, al final suele acabar siendo Madre. Lo malo es que a veces es muy al final. Pero bueno, nunca es tarde si la dicha es buena. La paciencia todo lo alcanza. Silencio y oración. Guardar todas estas cosa en el corazón.
He recibido todo tipo de felicitaciones por un artículo que jamás me hubiese gustado verme movido a escribir.
Me han parado por la calle, en el Decathlon, en la parroquia… También he recibido agradecimientos, sobre todo, por parte de familiares de las hermanas HAM que estaban acojonaítos en una esquina.
Sólo he recibido dos mensajes leyéndome la cartilla. Uno de un tipo que mezcla esto con los Legionarios de Cristo y el Opus Dei, no te pierdas la compota, y otro de un amigo al que aprecio y que tiene cercanía afectiva con la familia de una HAM, familia que nunca, ni antes de ella entrar, aceptó la vocación de su hija. Te entiendo, amigo, todas las sensibilidades están ahora mismo removidas.
De la señora comisaria, espero y deseo que pueda trabajar con calma y tranquilidad. Como la que por ahora parece estárselo tomando. Las hermanas van a poner todo de su parte para resolver este entuerto. Supongo que para ella tampoco es plato de buen gusto, pero creo que esta experiencia va a terminar mejor de lo que ha empezado, para todas.
El autodenominado “grupo de laicos cercano a las HAM” ha reaccionado como han podido y están dando una información absolutamente correcta y fiel tanto a la verdad como a los mandatos de la Iglesia.
Tiene su mérito, pues se han visto metidos en una guerra a la que les han mandado con pistolas de agua. Guerra que no es contra la Iglesia, ni contra el obispado, sino contra la confusión. Enhorabuena al equipo, y a seguir en la brecha de la fe y de la oración, retaguardia desde la que os apoyo.
Estoy de vacaciones. Sigue muy nublado por Poniente, pero si uno mira hacia Oriente, a la altura de Roma, se pueden ver pequeños claros que nos hagan vislumbrar que, aunque no se vea, el sol sigue brillando.
Hoy sí, no como el otro día, voy a rezar por todos. Porque, al fin y al cabo, ¿qué somos, sino miseria? Miseria rescatada, pero que vuelve a su miseria cuando no se deja rescatar. Recen todos también por mí, si les apetece.
Felices vacaciones. De la Tierra al Amor, y del Amor al Cielo.
Opinión
Al sacar ahora las HAM, y unas cifras pesimistas, chafaron el Jubileo de nuestros jóvenes
Pablo J. Ginés