Fraternidad San Carlos: Un fuego que arde en el corazón de la Iglesia
Con Giuseppe Cassina, responsable de la Fraternidad Sacerdotal San Carlos en España.

La Fraternidad San Carlos Borromeo está presente en Fuenlabrada (Madrid, España) desde 1994.
La Fraternidad Sacerdotal San Carlos es una sociedad de vida apostólica fundada por Massimo Camisasca el 14 de septiembre de 1985, en el seno del movimiento de Comunión y Liberación, inspirado por don Luigi Giussani.
Con una presencia en Fuenlabrada (Madrid, España) desde 1994, la Fraternidad se dedica a la misión y al apostolado en diferentes ámbitos. Ahora, en su 40º aniversario, hablamos con D. Giuseppe Cassina (Beppe), responsable de la comunidad sacerdotal en España, sobre su vida, carisma y desafíos.
-La San Carlo se inspira en el carisma de don Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación. ¿Cómo se vive y se transmite este carisma en la vida diaria de los sacerdotes de la Fraternidad en España?
-La Fraternidad San Carlos nace dentro del carisma de don Giussani y vive en la pertenencia a Comunión y Liberación. Todos los sacerdotes pertenecemos al movimiento y nos alimentamos dentro de él. Así como todos los adultos que pertenecen al movimiento de Comunión y Liberación, la forma más cotidiana para aprender del carisma es la escuela de comunidad, que es el trabajo catequético semanal que solemos hacer leyendo un texto de don Giussani y compartiendo lo que vamos aprendiendo. Así que no existe una forma, digamos, especial de transmisión del carisma, aunque hay que decir que todo lo que nos transmite la Fraternidad a través de nuestros superiores está totalmente empapado del carisma.
»Todo lo que ha dicho la fraternidad, sobre todo a través de nuestro fundador y padre don Massimo Camisasca (obispo emérito de Reggio Emilia-Guastalla) y ahora con don Paolo Sottopietra, vive de la pertenencia al carisma. Las dos cosas están profundamente unidas. Además, recuerdo que durante los años de formación en el seminario somos ayudados a leer las obras más importantes de Giussani para poder tener una idea sintética de todo su pensamiento.
-Vuestra Fraternidad se dedica a la misión y al apostolado en diferentes ámbitos, como parroquias, escuelas, cárceles y hospitales. ¿Cuáles son los principales desafíos y oportunidades que enfrentáis actualmente en España en este sentido?
-Uno de los principales retos que vemos aquí en Fuenlabrada (Madrid) es ciertamente el reto educativo. Probablemente, la educación de los más jóvenes es un rasgo típico del movimiento de Comunión y Liberación.
»Los jóvenes necesitan de mucho tiempo y sobre todo necesitan de adultos que vivan de una certeza en su vida. La crisis de los jóvenes es reflejo de la crisis de los adultos. Lo que más necesitan los jóvenes es de un padre y de una madre que, además de estar con ellos, les puedan introducir en la realidad en la que viven con una hipótesis para estar dentro de cualquier situación. Sin esta hipótesis, el joven (y el adulto también) es víctima de la mentalidad del mundo y de sus categorías. Lo que solemos hacer con los jóvenes es, ante todo, ofrecerles un lugar en el que puedan estar y sobre todo en el que son acogidos y amados.
»La tarea del padre es transmitir al hijo lo que a él le sostiene en el camino de la vida; nosotros, ayudando a los jóvenes, volvemos a descubrir la belleza de Cristo como el ideal más grande que nos permite vivir. Por esto es bonito, porque cuando se comunica algo de una forma misteriosa, se vuelve a recibirlo y esto nos viene bien sobre todo a nosotros.
»Otro desafío grande es el trabajo con las familias. Gracias a Dios, en Madrid la tradición católica permanece y todavía son muchas las familias que apuntan a los hijos a la primera comunión. Este hecho nos permite entrar en contacto con muchas familias y para algunas se vuelve una preciosa ocasión para reencontrarse con la fe.
»Son solo dos ejemplos de los muchos desafíos que tenemos. Para resumir el reto más grande que tenemos es el de estar ante todo. Estar en la parroquia, vivir en el barrio y estar atentos a las necesidades que vemos surgir y que el Señor nos pide cuidar
-Os caracterizáis por la comunión y la fraternidad entre vosotros. ¿Cómo se vive esta comunión en la vida diaria de vuestros sacerdotes en España, y qué papel juega en su ministerio? ¿ y con las Misioneras de San Carlos?
-La vida comunitaria es un rasgo importantísimo de la Fraternidad San Carlos. En todas las casas de la Fraternidad viven tres o más sacerdotes. La vida común no es solo un antídoto contra la soledad, se trata de algo mucho más profundo y fascinante: a través del otro, que es diferente de mí, me abro a la alteridad de Dios.
»El hermano es una ocasión para no permanecer cerrado en mí mismo y abrirme al conocimiento de Dios, que es mucho más grande que todo lo que pueda guardar en mi cabeza. En nuestras casas nos ayudamos mucho a vivir este aspecto de nuestra vida.
»Una vez a la semana tenemos lo que solemos llamar “el día de la casa”; para nosotros es el lunes, y ese día queremos compartir nuestro tiempo para estar juntos y alimentar nuestra comunión: a veces damos paseos, vamos a visitar una ciudad o una exposición, otras veces lo utilizamos para hacer encuentros sobre nuestra vida y la vida de la misión.
»Un lunes al mes hacemos el encuentro de la casa para compartir con los demás las experiencias más significativas que hemos vivido y otra vez al mes tenemos una reunión con todos los sacerdotes de la Fraternidad.
»La comunión es un don que Dios nos ha concedido y que nosotros tenemos que redescubrir cotidianamente; no se trata solo de llevarse bien, sino de reconocer que ese hermano me lo ha donado el Señor para que yo sea más santo.
-Os dedicáis a la formación de jóvenes para el sacerdocio y la misión. ¿Qué iniciativas y programas tenéis en marcha en España para fomentar las vocaciones y la formación de los futuros sacerdotes?
.Sinceramente, no tenemos iniciativas oficiales. Si en algún joven se despierta la pregunta acerca del sacerdocio, le intentamos acompañar siguiendo el camino vocacional que ofrece el movimiento de Comunión y Liberación.
-Vuestra Fraternidad trabaja en estrecha colaboración con la Iglesia local en España. ¿Cuáles son los principales proyectos y iniciativas que tenéis en marcha en este sentido, y qué beneficios ha traído esta colaboración?
-Siendo nuestra Fraternidad una sociedad de vida apostólica, necesitamos de la invitación del obispo para empezar una misión. A nosotros nos invitó el primer obispo de la diócesis de Getafe, Francisco Golfín que nos ofreció la posibilidad de trabajar en la parroquia San Juan Bautista de Getafe. Relación que siguió con don Joaquín y ahora con don Ginés. La relación con los obispos siempre ha sido óptima.
Ahora mismo, el proyecto que tenemos en marcha junto con todos los sacerdotes del arciprestazgo de Fuenlabrada es el de ayudar a nuestro obispo a llevar a cabo el nuevo plan pastoral.
-Con motivo del 40º aniversario de la fundación de la Fraternidad San Carlo, ¿qué desafíos y oportunidades ves en el futuro para la Fraternidad en España, y qué mensaje quieres transmitir a los fieles y a la sociedad en general?
-En estos meses nos está llamando muchísimo la atención es el deseo de Dios que vemos despertarse en la gente. Nos estamos encontrando con personas (jóvenes y adultos) con una sed de Dios muy grande y que desean recibir el sacramento del bautismo, o de la confirmación; hasta nos pide casarse después de muchos (¡o muchísimos!) años de convivencia.
»Es conmovedor ver lo que Dios hace en el silencio del corazón de cada uno. Son todas noticias que nunca saldrán en los periódicos, pero es algo grande que está sucediendo, porque, pese a todo, la sed de Dios, la sed de encontrar el sentido de la vida, no se puede acallar nunca. Tal vez podemos ignorarla, pero nunca dejará de gritar desde lo más profundo de nuestro corazón.
»En nosotros tienen que encontrar gente que es capaz de acogerla y sobre todo que no tengan prisa o pretensiones; la conversión es un acontecimiento que necesita a veces de mucho tiempo y los tiempos no están nunca a disposición del hombre porque son solo de Dios.