El holandés, claro en Bioética, vive un renacer de la fe en Utrecht (Países Bajos)
Cardenal Eijk: «León XIV debe ser claro y sin ambigüedades, valiente a la hora de enseñar»

"Que el Papa proclame la doctrina con claridad es útil para que la gente redescubra la verdad", comenta.
El cardenal Willem Eijk, de Utrecht (Países Bajos), sonó como uno de los papables en el último cónclave y tiene fama de ser una voz clara y franca sobre cuestiones de vida y bioética.
Especialmente en un país como Países Bajos, que ha sido pionero en la legalización y la práctica de la eutanasia, el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y el activismo transgénero. El cardenal acaba de hablar con The Pillar sobre todos estos temas de actualidad.
Conversos jóvenes y muy formados
Sobre el papel de la bioética hoy en día, Eijk comienza destacando el papel de los católicos. "Debemos contrastar con la cultura actual, que no reconoce el valor intrínseco de la vida humana. Nuestra tarea es transmitir la verdad sobre Dios, el hombre y el mundo. También las verdades metafísicas y la verdad sobre los valores y las normas morales", dice.
"No debemos rendirnos, no debemos desanimarnos. En los últimos años, he visto en los Países Bajos un número creciente de jóvenes que solicitan ser admitidos en la Iglesia. Estos jóvenes descubren a Cristo y el Evangelio, y las enseñanzas morales de la Iglesia, a través de Internet, de TikTok y de las redes sociales", añade el purpurado.
Al cardenal le sorprende la formación de estos nuevos conversos. "Cuando acuden a un sacerdote para pedir el bautismo o la confirmación, ya saben una cantidad sorprendente de cosas sobre la fe porque leen mucho sobre el catolicismo en Internet y en las redes sociales", comenta.
"También veo en los Países Bajos una actitud menos negativa hacia la Iglesia que hace unos años. Hay un cambio, un cambio positivo. Creo que debemos seguir transmitiendo la verdad a los creyentes de las generaciones más jóvenes", añade.
Una nueva encíclica sería bueno
Este año se celebra el 30º aniversario de la Evangelium vitae y el cardenal quiere actualizar la importancia de esta encíclica. "Sigue siendo muy útil, incluso después de 30 años. Su diagnóstico de la cultura de la muerte sigue siendo preciso. Pero es cierto que se han desarrollado nuevas técnicas y temas".
"Por ejemplo, Evangelium vitae no aborda el problema del género, la elección de la identidad de género, ni el cambio de sexo biológico (...). Doctrina de la Fe ha emitido una declaración sobre los tratamientos para personas transgénero, pero una nueva encíclica que dijera algo sobre las nuevas técnicas, que no estaban de moda en 1995, sería bastante buena", propone.
En este sentido, Eijk comenta cuál considera que es el papel adecuado de instituciones como el Instituto Juan Pablo II y la Academia Pontificia para la Vida. "Es fundamental que intentemos restablecer la unidad en la Iglesia. Y esto debe provenir de una proclamación de la fe clara e inequívoca. Esto también debe ocurrir en el ámbito de la moral y de la ética", asegura.
"Puede que no sea fácil ser testigo de la moral católica. Puede que a la gente le cueste, pero debemos ser claros e inequívocos sobre las verdades fundamentales de nuestra fe".
"Aunque también en este campo, las cosas están cambiando. Introdujimos en nuestra diócesis cursos de preparación matrimonial de cinco noches. Explicamos la teología del cuerpo. Hablamos de la doctrina de la Iglesia sobre la anticoncepción y de la planificación familiar natural. Y la reacción suele ser: '¡Qué bonito! Nunca lo habíamos oído'(...). Eso me deja muy claro que tenemos que transmitir la verdad sobre el matrimonio y la vida sexual. Puede ser difícil, pero es posible", explica.
Sobre dar un consejo al nuevo Papa León XIV, el cardenal holandés remarca la importancia de la claridad doctrinal. "Creo que lo que acabo de decir también es válido para él: debemos ser claros al enseñar, sin ambigüedades. Claros y valientes al enseñar la verdad de la fe católica, incluyendo la doctrina católica sobre cuestiones morales, que es el tema más controvertido".
"Que el Papa proclame la doctrina con claridad es muy útil para que la gente redescubra la verdad. Cuando la gente ve ambigüedad, empieza a confundirse. Empieza a dudar. Pero cuando el Papa y los obispos, y por supuesto los sacerdotes, son claros en su enseñanza, la gente redescubre la verdad de Cristo, el Evangelio y la manera de seguirlo", apunta Eijk.
El cardenal vive en su diócesis un incipiente renacer de la fe. "En las ciudades vemos que las parroquias están floreciendo, y allí se ven la mayoría de los frutos de la conversión. Creo que simplemente debemos continuar. No deberíamos preocuparnos por la cantidad de fieles, sino por la calidad de los mismos".
"Cuando me convertí en obispo, mucha gente criticó mis homilías (risas). Ahora escucho más consenso, incluso cuando predico sobre el cielo y el infierno. La gente está más dispuesta a que se les enseñe la fe. Debemos tener la valentía de proponer esta verdad a la gente para que no se confundan, sino que acepten y conozcan a Cristo y el Evangelio", concluye.
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C.L.