Trump anuncia un nuevo ataque a la industria de género: «Enfrentará una vigorosa oposición»

La administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, continúa su cruzada contra el lobby transgénero iniciada en los primeros momentos de su mandato. En los primeros días como presidente, Trump ordenó que el gobierno dejase de financiar y promover las operaciones de cambio de sexo en los menores de 19 años, que solo se reconocerían dos géneros o que se suspendería la financiación de los cambios de género en menores. Desde finales de enero hasta ahora se han cancelado cerca de 200 subvenciones de género de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y ahora se acaba de ordenar el inicio de la investigación sobre el arrepentimiento entre personas que se someten a tratamientos de género.

Se trata de una investigación crucial contra el lobby de género, pues aunque los que se arrepienten de iniciar la llamada “transición” de género son numerosos, hasta ahora no había proyectos serios de estudio sobre cifras y porcentajes sobre los que apoyarse.

Un estudio riguroso permitiría tomar medidas directas contra los centros que incitan al cambio de género especialmente a los menores, muchos de los cuales admiten que o no les advirtieron de las consecuencias o no trataron problemáticas previas antes de invitarles a comenzar los tratamientos.

Tal y como informa Catholic News Agency, uno de los principales objetivos de las investigaciones ordenadas por Trump es el de examinar las consecuencias negativas de dichos tratamientos, ya sean hormonales o quirúrgicos.

Entre otros aspectos, la investigadora del Centro de Ética y Políticas Públicas Theresa Farnan valora positivamente la medida de Trump porque muchas personas que reportan consecuencias negativas tras transiciones médicas de género ya padecían problemas de salud mental, traumas o algún tipo de autismo antes de la transición. Sin embargo, lamentó, a menudo "no se les presentan explicaciones alternativas para sus sentimientos ni tratamientos menos invasivos".

Según Farnan, cuando las personas en transición sienten arrepentimiento, “es casi imposible, fuera de unos pocos médicos dedicados (muchos de los cuales son médicos católicos o cristianos), encontrar un médico que supervise el proceso de destransición de las hormonas”.

“Esta investigación debería poner de relieve la necesidad de una atención médica continua que aborde las necesidades de quienes abandonan la transición y la cobertura del seguro”, continuó Farnan, y añadió que espera que revele “el efecto perjudicial de la transición social, que se presenta engañosamente como un período de exploración, pero que en realidad encierra a los niños en una identidad 'transgénero'”.

Por ello asegura que la investigación ordenada por el presidente “enfrentará una vigorosa oposición por parte de la industria de las clínicas de género”, pues “lo último que quieren es que se destaque lo que realmente ocurre en las clínicas de género. Quienes detransicionan son testigos contundentes de la naturaleza poco ética y peligrosa de esta industria”.

El católico y médico retirado Patrick Lappert, ampliamente experimentado en cirugías de reversión sobre quienes se arrepintieron tras la transición, destaca el análisis y apoyo que requiere este arrepentimiento y las investigaciones de los institutos nacionales de salud tienen medios y herramientas para estudiar los efectos a largo plazo de medicamentos y cirugías, sobre los que "tenemos poca o ninguna información”.

Explicó que si se realizan investigaciones que ayuden a comprender mejor estos problemas, “serviremos mejor a las personas que están destransicionando”. Los siguientes pasos pueden ser “la investigación de técnicas quirúrgicas para, en cierta medida, revertir los efectos de la cirugía”, añadió.