Religión en Libertad

La hermana Miriam explica el hundimiento de las vocaciones: ataques desde fuera e inacción dentro

La religiosa destaca el ataque a la paternidad y a la maternidad espirituales en el marco de la revolución sexual contra la familia.

La hermana Miriam Heidland, SOLT analiza la situación de la vida religiosa femenina y sus adversarios.

La hermana Miriam Heidland, SOLT analiza la situación de la vida religiosa femenina y sus adversarios.

Redacción REL
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¿Qué ocurre con la vida religiosa femenina? ¿Por qué salvo excepciones se está produciendo un colapso en estas vocaciones antaño tan numerosas? Estas preguntas intenta responderlas la hermana Miriam Heidland SOLT en el podcast de Pints with Aquinas con Matt Frad, explicando las razones que han llevado a la situación actual y así lograr revertir esta situación.

En su opinión, la falta de monjas se debe en parte "al ataque a la maternidad espiritual y a la paternidad espiritual…”. Aunque en realidad afirma que va incluso más allá, pues se trata del “ataque al hombre y a la mujer, y, ¿quiénes somos?”,

La hermana Miriam habló de una experiencia personal sobre por qué hay menos vocaciones a la vida religiosa hoy en día: “Hablaba con el obispo hace muchos meses, y me contaba que en la década de 1960… había una comunidad religiosa en Wisconsin que recibía a cien mujeres al año. ¡Cien mujeres! Construyeron un noviciado completamente nuevo, y para 1972, solo recibían a cuatro”, cuenta.

En ese momento, el obispo planteó una pregunta: “Las mujeres aún tienen la capacidad de decir 'sí' a esta invitación divina. ¿Qué se lo impide?”.

La hermana Miriam cree que hay que remontarse a la revolución sexual de los años 50 y 60. “Se produjo una especie de revolución cultural estadounidense. La diferencia radicaba en el cambio de la familia nuclear”, explica.

Esta religiosa destaca también la crisis de la catequesis durante este período, pero también la manipulación y los malentendidos en torno al papel femenino en medio de la revolución feminista, lo que también contribuyó a este desplome de las vocaciones a la vida consagrada.

“No se trata de volver a una supuesta época dorada del pasado… La Iglesia nos pide, como religiosas, que seamos verdaderas madres, que vivamos en la verdad de quienes somos y que seamos capaces de dar a Cristo a la gente”, asegura hermana miriam.

Por otro lado, cree que hoy en día las familias no valoran el tener un miembro que sea monja o sacerdote. De hecho, muchos jóvenes no encuentran el respaldo esperado de sus padres, que prefieren que se embarquen en carreras profesionales exitosas antes que responder a esta llamada de Dios.

Cuenta la hermana que “cuando me hice religiosa, mis padres eran católicos muy fieles y la gente todavía se acercaba a ella —y eso fue en los años 90— y le preguntaban: ‘¿Qué le pasa a tu hija? ¿No tenía novio? ¿Qué le pasa?’"..

La hermana Miriam explica que, si bien la aceptación social de las vocaciones religiosas no constituye una razón para responder al llamado del Señor, en realidad se trata de la voluntad de entregar toda la vida a Jesús. “Es realmente como reducirlo todo a algo como ‘cuál es mi motivación y a qué me llama Jesús’”, concluye la hermana Miriam.

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