¿Está creciendo o menguando la Iglesia católica en Estados Unidos?

La gran paradoja: jóvenes no católicos llegan a parroquias sólidas a través de internet mientras jóvenes católicos abandonan sus parroquias aguadas.
En marzo escribí un artículo titulado Los católicos están perdiendo terreno rápidamente, en el que comentaba una encuesta reciente de Pew que mostraba cifras alarmantes sobre el catolicismo, incluyendo el hecho de que por cada persona que se convierte al catolicismo, más de ocho abandonan la Iglesia.
No intenté edulcorar la noticia y afirmé sin rodeos que eran muy malas noticias para la Iglesia y que se necesitaban cambios radicales. El artículo se viralizó (es el más visitado en 2025 hasta la fecha en Crisis Magazine) y muchos otros artículos lo citaron; en particular, muchos no católicos me citaron como una fuente católica que demostraba que el catolicismo estaba muriendo en este país.
Sin embargo, desde ese artículo, ha crecido el relato de que la Iglesia católica en Estados Unidos está en auge; en particular, que parece que el número de conversos al catolicismo está en auge. Justo esta semana, el católico Michael Knowles fue entrevistado en el programa de Tucker Carlson, y bromearon diciendo que "todo el mundo se está haciendo católico".
- La conversación entre Tucker Carlson y Michael Knowles sobre el catolicismo comienza en torno al minuto 15:45.
Entonces, ¿estábamos yo (y la encuesta de Pew en la que basé mi artículo) equivocados? ¿Está menguando la Iglesia o está experimentando un resurgimiento con una nueva ola de conversos?
En realidad, la respuesta es que ambas son ciertas. La Iglesia está definitivamente menguando, y parece haber un aumento en las conversiones al catolicismo. La realidad es que millones de católicos de nacimiento, en particular jóvenes, están abandonando la Iglesia. Al mismo tiempo, un número creciente de no católicos, en particular jóvenes, se están convirtiendo al catolicismo. Si bien la primera cifra eclipsa a la segunda (en una proporción de 8 a 1), esta última es cada vez más significativa.
Pero, ¿cómo pueden ser ciertas estas dos cosas aparentemente tan dispares? El tráfico cruzado de entrada y salida de la Iglesia se debe a la experiencia personal del catolicismo de cada cual.
Consideremos al católico de nacimiento que se va haciendo adulto en la Iglesia actual. Su principal experiencia del catolicismo es su parroquia local, que lamentablemente suele ser afeminada, inofensiva y débil. Está llena de canciones de los años 70, homilías insípidas y una multitud de mujeres mayores que dominan la vida parroquial (y puedes imaginarte a un ejército de ministros extraordinarios invadiendo el altar a la hora de distribuir la Sagrada Comunión). Nada en esta experiencia sugiere que el catolicismo tenga las respuestas a la cultura nihilista actual. No lucha contra las mentiras que los jóvenes experimentan a diario: mentiras sobre la sexualidad humana, sobre la familia y sobre el propósito de la vida. Simplemente les dice que sean amables. Cuando el joven católico de nacimiento piensa que esto es lo que representa el catolicismo, al entrar en la vida adulta simplemente se va en busca de respuestas reales a los problemas actuales.
Ahora pensemos en el joven promedio no católico de hoy. Nunca ha pisado una parroquia católica. Puede que conozca a algunos católicos, pero la mayoría de ellos no se toma la fe en serio, así que no hablan mucho de ella. Sin embargo, sí se encuentra e interactúa con católicos on line. Y estos católicos son mucho más propensos a presentar un catolicismo masculino, sólido y que ofrece respuestas reales (¡las respuestas de la Iglesia!) a los problemas actuales. Rechaza el catolicismo débil que se volvió dominante a partir de la década de 1970. Esto resulta atractivo, por lo que un número creciente de estos no católicos está decidiendo convertirse al catolicismo. Además, es mucho más probable que se adhieran a la Iglesia a través de una parroquia más tradicional y de un catolicismo que no se disculpa por serlo.
Así que sí, la Iglesia católica está menguando; demasiadas almas abandonan la Iglesia de Cristo. Pero hay mucho espacio para la esperanza, porque cada vez más personas reconocen que el catolicismo tiene palabras de vida eterna, palabras que nos dio Cristo mismo. Nuestro reto ahora como católicos es transformar cada vez más parroquias para que se conviertan en centros del avivamiento que está en marcha, en esas parroquias masculinas, sólidas y tradicionales que responden a los problemas actuales. Entonces ser irán muchos menos católicos de nacimiento y aumentará el número, ya creciente, de los no católicos que entran.
¡Ven, Espíritu Santo!
- Publicado en Crisis Magazine.