Los sacerdotes más jóvenes también colaboran en la extinción de los incendios en España
La Iglesia ampara a las víctimas del fuego y sus jóvenes salen a ayudar: «Han sido los primeros»

Vecinos de la localidad gallega de Larouco aseguran que los jóvenes de las parroquias han sido "los primeros" en salir a ayudar. Otros medios hablan de "un ejército de jóvenes" ejemplares.
Sucedió en la DANA de Valencia, con Filomena en Madrid, Guadalajara o Toledo y también ahora con una de las mayores oleadas de incendios en la historia reciente de España, cerca de 230 incendios forestales detectados en distintas comunidades y más de 380.000 hectáreas quemadas: la solidaridad aflora en los peores momentos y la Iglesia, lejos de quedarse atrás, suele ser frecuente motor de la misma. Especialmente allí donde la crisis se desata con mayor intensidad, como puede ser Jarilla, en Cáceres, donde las llamas han obligado a evacuaciones masivas y más de una veintena de medios aéreos para su extinción.
Allí, los vecinos que lo han perdido todo se mueven entre el desastre y la desesperación. Buscando apoyar y consolar, la diócesis de Plasencia dirigida por el obispo Ernesto Brotóns se ha abierto de par en par para los afectados.
“En principio, prácticamente la mayoría de todos los que nosotros teníamos alojados en el seminario, en las Hermanitas de los Pobres y en la casa sacerdotal pudieron regresar el pasado fin de semana. Ahora mismo nos quedaba un matrimonio con las Hermanitas de los Pobres y había también personas de Gargantilla en el centro sociosanitario y en el pabellón”, relata a Mediodía COPE.
El obispo ha explicado que, en estos días, “lo que más hemos escuchado ha sido palabras de agradecimiento. Apenas hemos escuchado quejas o lamentos. Sí, sobre todo el primer día, cuando llegó tanta gente evacuada de madrugada, se notaba el miedo, la incertidumbre… pero en general ha predominado el agradecimiento y la ayuda mutua entre unos y otros”.
"Hemos actuado de corazón"
Además, ha añadido que está “realmente convencido de que hemos recibido mucho más de lo que hemos podido dar. Hemos visto cómo unos se preocupaban por otros, cómo compartían el dolor y la preocupación por los animales, por sus familiares en otros pueblos. Ha sido impresionante”.
La diócesis de Plasencia ha puesto a disposición edificios, personal y voluntarios.
“Yo creo que hemos hecho lo que teníamos que hacer, lo que pide el corazón y el Evangelio. No hay más mérito que ese. Hemos actuado de corazón y eso nos ha fortalecido a todos los voluntarios... Lazos nuevos que nos ayudarán a seguir adelante”, ha asegurado Brotóns.
"Recibimos mucho más de lo que damos"
También ha destacado la coordinación con instituciones civiles y de emergencia: “Hay que agradecer mucho la ayuda de Cruz Roja, Protección Civil, la UME, los brigadistas, los ayuntamientos, la Junta, la Diputación e incluso el Gobierno. Todos estamos arrimando el hombro [...] y eso es lo que hace fecundo el trabajo”.
El obispo ha confesado que la Iglesia también se siente desbordada ante tanto dolor: “Visitando los pueblos había gente con lágrimas en los ojos, muy difícil de consolar, y con la cual solo podías permanecer calladito a su lado”. Pero asegura que esta crisis ha dejado una enseñanza: “Estamos aprendiendo y creciendo juntos. Recibimos mucho más de lo que damos, mucho más de lo que damos”.
La situación ha sido más llevadera en puntos como Galicia. En Orense, donde muchos peregrinos se han visto sorprendidos por el fuego en su camino a Santiago, se ha declarado la situación 2, destinando una mayor agilidad y medios a los incendios.
Allí, los albergues han sido cancelados, se reportan muchos daños en diversos tramos, la mascarilla es obligatoria... Aunque Protección Civil ya ha levantado buena parte de las restricciones, las autoridades insisten a los peregrinos en mantener precaución pese a que los incendios están prácticamente controlados.
Mónica Pérez es gerente de un albergue en Larouco y cuenta que ha pasado de ver árboles y vegetación a “todo negro”. “Horrible”, recalca la mujer sin aparente consuelo ante el control sobre los incendios. “Tampoco queda mucho que quemar porque aquí ha ardido casi todo”.
Pérez observa las cancelaciones de las reservas como algo comprensible porque "venir aquí es horrible y ver todo por el camino…”. Asegura que no merece la pena “porque todo el mundo viene a hacer senderismo y senderismo a estas alturas…”, expresa con dolor.
El futuro incierto y la solidaridad de los vecinos
El pueblo de Larouco vivía principalmente de su entorno rodeado de vegetación. Sin embargo, su futuro y el del resto de localidades que también han sido afectados por los incendios es incierto.
Mónica destaca que la naturaleza, independientemente de ser el pilar fundamental de la economía local, “tardará en recuperarse”. A pesar del desalentador panorama, trata de mantenerse optimista y destaca la solidaridad de todos los vecinos de la parroquia, especialmente la de los jóvenes.
“Fueron los primeros que han salido con nosotros en pantalón corto, camiseta, sandalias y se han tirado al monte”, atestigua la mujer, que concluye su paso por COPE con un llamado a que los turistas “sigan visitando la zona, haciendo el Camino de Santiago y yendo a los albergues” como primer paso “para Galicia, para los pueblos y para que vuelva a estar verde, porque si no, va a ser horrible poder salir de todo esto".
Hablando de la juventud de la localidad, la alcaldesa Patricia Lamela ha premiado la labor de la ciudadanía. Concretamente, de lo que El Faro de Vigo llama "un ejército de veinteañeros" que no dudaron ni un segundo en presentarse voluntarios y muchos de los cuales tardaban pocos minutos en acudir a la llamada de las autoridades.
"Somos un grupo de unas 20 personas en Larouco y otros 20 de Seadur. Muchos nos juntamos y ayudamos en lo que pudimos. Fue muy intenso y lo vivimos con mucha angustia y una sensación de impotencia porque en algunos momentos nos veíamos superados por la situación", declaró uno de ellos al mismo medio.
Al menos dos templos calcinados en O Barco de Valdeorras
El fuego se ha cebado especialmente en la localidad de O Barco de Valdeorras, calcinando los templos de Fervenza y San Clemente de Cesures.
Javier Gay Alcaín, administrador de la diócesis de Astorga, detallaba a COPE que todo se quemó en la tarde del domingo.
“De momento tenemos que llegar hasta allí y ver. Por las imágenes y fotografías que tenemos, realmente parece difícil la reconstrucción. El párroco que logró llegar comenta que no se ve nada que pueda recuperarse. Entonces tendremos que ver qué se puede hacer”, lamenta.
Alcaín aborda lo que contempla como “una situación muy complicada”, tanto para el patrimonio y los vecinos como para los sacerdotes.
Ahora es cuando están pudiendo volver cada uno a sus lugares y los sacerdotes se acercan a los templos. A veces no es solo el templo principal, también hay ermitas más aisladas. Pero lo que hasta ahora conocemos es que las dos que han sido afectadas son estas dos".
Milagrosamente, la iglesia de San Vicente de Leira resistió al fuego pese a que el pueblo quedó arrasado. Sin embargo, no se descarta que haya más templos dañados en el monte.
Cuando se queman los terrenos, los valles o los árboles, se pierde la historia de la vida, de las relaciones familiares, explica. “Con el templo sucede lo mismo, pero se añade la pérdida de un lugar donde pedir ayuda a Dios. Es cierto que el principal templo es cada persona, pero cuando pierden un templo sienten que pierden mucho".
En medio de la devastación, las parroquias y los sacerdotes también allí se están volcando en ayudar a los vecinos, ya sea en lo espiritual o material.
“Lo primero que hacemos es estar pendientes de las personas, su seguridad. Luego está la cercanía y el sentir que no están solos. Algunos sacerdotes más jóvenes han colaborado incluso en la extinción del fuego, haciendo cortafuegos con los vecinos. Otros se han dedicado a la atención de las personas. En el Colegio Pablo VI de A Rúa hemos recibido a evacuados, y también en el seminario de Astorga. La labor es tan múltiple que a veces nos desborda, pero se trata de atender primero a las personas en lo humano y también espiritualmente", asegura.