J.D. Vance: «Cristo resucitó, no hay que tener miedo a la muerte, es más terrible perder tu alma»

J.D. Vance, durante su participación en la Conferencia de Acción Política Conservadora que está teniendo lugar esta semana en Washington.
El equipo de gobierno de Donald Trump está formado por nombres muy significativos, y todos ellos con muchas ganas de dejar su huella personal en la revolución anti-woke emprendida por su presidente para hacer realidad el lema de "engrandecer de nuevo" su país (MAGA).
Personalidades fuertes
Elon Musk al frente de los recortes en la Administración, Marco Rubio en la Secretaría de Estado, Pete Hegseth en el Pentágono, Kash Patel dirigiendo el FBI y los ex demócratas Tulsi Gabbard en Inteligencia y Robert F. Kennedy Jr. en Sanidad forman una constelación de arietes dirigidos no solo contra el Deep State [Estado profundo], sino también contra la ideología a la que éste ha servido en las últimas décadas, ocupase quien ocupase la Casa Blanca (el primer Trump incluido): el globalismo.
¿Qué lugar queda para J.D. Vance en esta competición de fuertes personalidades con objetivos políticos muy ambiciosos, varios de los cuales han participado ya en carreras presidenciales y saben que dentro de cuatro años llega una nueva oportunidad? El sistema político estadounidense solo atribuye al vicepresidente la presidencia del Senado (papel muy secundario salvo que su voto sea decisivo, pero incluso así de escasa visibilidad) y las tareas que el presidente quiera asignarle.
"Momento Múnich"
Y Vance, por ahora, está asumiendo la de encarnar el espíritu de esta nueva Administración y darle unidad y dirección.
Hasta el momento se ha anotado un punto realmente estelar: su discurso del 14 de febrero ante la Conferencia de Seguridad de Múnich, que va a definir durante mucho tiempo las relaciones atlánticas.
Se piense lo que se piense de su contenido, ver al vicepresidente de Estados Unidos abroncar elegantemente a los oligarcas europeos -sus teóricos aliados-, diciéndoles que el principal enemigo de la seguridad del mundo no son China o Rusia sino la traición de Europa a sus principios -hasta el extremo de censurarlos-, le ha situado como un referente político mundial. No va a ser un vicepresidente inane.
La CPAC
De ahí la expectación que había ante su intervención este jueves en la Conservative Political Action Conference [CPAC, Conferencia de Acción Política Conservadora] que se está celebrando en Washington y concluye este sábado. Y no defraudó, con media hora de respuestas a las preguntas que le iba haciendo Mercedes Schlapp, una de las presentadoras del evento, sobre distintos aspectos de su primer mes en el cargo.
En cuanto al aborto, Vance recordó que el nombramiento por Trump de tres jueces para el Tribunal Supremo permitió la sentencia Dobbs de 2022 que, al revertir el precedente Roe vs Wade de 1973, eliminó el derecho al aborto de la Constitución, dejando la cuestión en manos de los estados: "Ahora tenemos que convencer a nuestros conciudadanos de que la vida del no nacido merece ser protegida, de que es sagrada a los ojos de Dios y debe ser sagrada también a ojos de los hombres".
La nueva Administración cree que "los niños son algo bueno, que la familia es algo bueno" y pretende "facilitar a los jóvenes padres y madres a elegir la vida, formar familias y traer nuevas vidas al mundo": "Tenemos que convencer a nuestros compatriotas de que dejen de pensar en los niños como inconvenientes de los que hay que librarse y empezar a pensar en ellos como bendiciones que celebrar".
Por encima de todo, la voluntad de Dios
Luego, Mercedes le preguntó en qué era importante su fe en el trabajo diario. Vance, católico converso que se bautizó tan recientemente como 2019, respondió lo siguiente: "La fe no es solo un conjunto de principios morales, aunque también es eso. La principal afirmación de la fe cristiana es que el Hijo de Dios se hizo hombre, murió y resucitó de la muerte. Y una lección que surge de eso es que no debemos temer a la muerte. La muerte es, sin duda, algo malo, pero hay cosas mucho más terribles que perder tu vida, como es perder tu alma".
Vance explicó que la finalidad de su acción política es "construir una sociedad donde mis hijos puedan crecer en la virtud, que puedan crecer como los buenos cristianos que quiero que sean".
El otro punto de la fe que Vance quiso resaltar es que, aunque en la historia del cristianismo ha habido "tiempos oscuros" y "tiempos muy buenos", por encima de todo "hay que poner la fe en Dios y en la gracia de Dios, intentar hacer su voluntad lo mejor posible y no preocuparse tanto por las recompensas en este mundo, sino en si estamos haciendo el bien ante Dios Todopoderoso".
"Es lo que intento hacer en mi vida privada y en mi vida pública", remató.