Y una curiosidad: ¡el primer beso en pantalla de Neal McDonough!
«El último rodeo» es «una de las mejores películas de fe jamás producidas»: un cine que tiene futuro

'El último rodeo': el camino de redención de un hombre dispuesto a repetir una hazaña imposible.
Angel Studios se ha hecho un lugar muy respetable en el mundo del cine con The Chosen, el mayor éxito de la historia basado originalmente en un impensable crowdfunding, y con Sound of Freedom [Sonido de Libertad], que arrasó en taquilla pese al boicot decretado en la distribución y la crítica por el establishment mediático, cultural y político.
La épica de la lucha y la redención
Ahora llega otra película que está dando que hablar y busca hacerse un hueco entre las grandes producciones cristianas o 'inspiradoras' de los últimos años: The Last Rodeo [El último rodeo].
Se estrenó en Estados Unidos el 23 de mayo, intencionalmente el viernes anterior al Memorial Day, ese último lunes de mayo en el que Estados Unidos rinde un tributo a sus caídos en combate. Porque el film responde a esa épica: el mundo del rodeo implica una lucha donde la muerte acecha y el triunfo y la tragedia caminan separados por una delgada línea y un instante fugaz -se parece al taurino, en algunos aspectos- y donde la gloria y la fama esconden a veces fracasos personales y traumas a la espera de redención.
Y ése es el argumento de El último rodeo. Cuenta la historia de Joe Wainwright, un antiguo campeón de rodeo que cayó en el alcoholismo y se lesionó montando un toro cuando estaba ebrio, obligando a su hija a renunciar a su vida personal para cuidarle.
Ahora su nieto, a quien se le ha detectado un tumor cerebral, necesita una operación y tratamiento que la familia no puede pagar por una triquiñuela de la aseguradora. Joe ve que es llegada la hora de su sacrificio, y de optar a un cuantioso premio volviendo a la arena a una edad imposible para el choque físico y el riesgo al que ha de volver a enfrentarse. Esto le permitirá no solo reconstruir la relación con las personas a las que ha hecho daño, como su hija o su mejor amigo, sino también con Dios.
- Tráiler de 'El último rodeo'.
Jon Avnet y Neal McDonough
Dirige la película Jon Avnet, toda una garantía tras la cámara (Tomates verdes fritos, Íntimo y personal, 88 minutos) y como productor (Risky Business, Cuando un hombre ama una mujer, Asesinato justo [Righteous Kill], George de la Jungla). De una u otra forma han estado a sus órdenes Tom Cruise, Robert de Niro, Al Pacino, Michelle Pfeiffer, Meg Ryan, Andy García, Kathy Bates, Rebecca de Mornay, Robert Redford, John Leguizamo, Brendan Fraser...

Neal McDonough hace uno de sus mejores papeles.
El personaje principal ahora lo interpreta Neal McDonough (n. 1966), quien tiene una copiosa carrera en la pequeña pantalla (Expediente X y CSI entre numerosas otras series) y la gran pantalla (Minority Report, Banderas de nuestros padres, The Warrant) antes y después de saltar a la fama en su papel del teniente Buck Compton en la serie Hermanos de sangre [Band of brothers].

Neal McDonough es el teniente Compton en 'Hermanos de sangre'.
McDonough fue muy atacado hace algunos años cuando se supo que rechazaba papeles que incluyesen besos o escenas de sexo por fidelidad a su fe católica y por respeto a su esposa, la modelo surafricana Ruvé Robertson, con quien tiene cinco hijos.
Personajes
No usar el nombre de Dios en vano ni besar a otra mujer: las 2 reglas de Neal McDonough en Hollywood
Javier Lozano / ReL
Curiosamente, en esta película sí hay beso... porque la besada es la propia Ruvé. Tiene un papel secundario en el film... precisamente como la fallecida esposa del protagonista, en escenas en las que la evoca.
- Con un rosario al cuello, Neal comenta que éste es el primer beso que da en pantalla: "Ser el héroe que besa a la chica es algo que nunca había hecho y había deseado hacer durante toda mi carrera", confiesa, agradeciendo a Angel Studios esta oportunidad.
En El último rodeo el contrapunto femenino de Neal es Sarah Jones (Para toda la humanidad en Apple TV, Alcatraz en Fox TV), en el papel de la hija del vaquero, y su contrapunto masculino es Mykelti Williamson, con papeles en Heat, Con Air o La Purga, pero recordado sobre todo por su papel de Bubba Blue, el amigo negro de Forrest Gump en Vietnam; aquí es un viejo amigo y compañero de fatigas de Joe, que habrá de ser su gran apoyo en la titánica tarea que tiene por delante.
Buena recepción del público
Con estos mimbres llegó a las salas de cine El último rodeo, una película de inmolación personal, de amor a la familia y de recuperación de la fe.
La acogida por parte del público ha sido muy satisfactoria. En Rotten Tomatoes (una de las grandes referencias cinematográficas en Estados Unidos) obtiene un 95% y un 4,7 sobre 5 en la valoración del espectador, y un 71% entre los críticos.
Con 8 millones de dólares de presupuesto, los recuperó en su primer fin de semana, en el que hizo un digno sexto puesto en la taquilla estadounidense, y tras quince días ya alcanza los 11,5 millones de recaudación.
Muchos destacan el buen trabajo de Avnet en la conexión emocional con el público, algo que hay que dar por descontado en el director de Tomates verdes fritos. Así lo expresa la crítica Rosa Parra: "Esta edificante película te dispone a contactar con tus seres queridos y expresarles lo que sientes por ellos, porque la vida es fugaz".

Dos subgéneros en 'El último rodeo': la épica de la competición sobre la silla de montar y una historia inspiradora basada en la fe.
El último rodeo es, indiscutiblemente, una película del género "basada en la fe" que, sin embargo, como señala Laura Hiros, "no busca poner la fe en primer plano, ni hablar de historias religiosas ni milagros forzados; lo que hace es contar, sin manipulaciones emocionales, la decisión de un hombre por resarcir su vida; y, con actuaciones contenidas y poderosas, llevar al auditorio por una trama que, aunque predecible, está absolutamente llena de humanidad".
Abordando cuestiones como "la redención, la masculinidad, el trauma generacional y el perdón", El último rodeo, afirma Romey Norton, "es un auténtico drama vaquero que plantea cuestiones complejas, como lo que significa ser hombre y ser padre, y dejar un legado".
Algo se está fraguando
Pero quizá la valoración más significativa es la de Joseph Holmes, director de numerosos cortos premiados y crítico cinematográfico, quien no ahorra elogios precisamente al carácter poco 'predicador' de la película de Avnet y McDonough: "Es probablemente la mejor película de Angel Studios hasta la fecha y se acopla perfectamente, como pocas veces he visto, a la fórmula del drama inspiracional basado en la fe. Si esto es un signo de lo que está por venir, Angel Studios tiene un futuro auténticamente brillante".
¿Por qué? Precisamente por la falta de tonillo moralizante, aun tratándose de una producción asumidamente cristiana. "La forma en que se presenta la fe está entre las mejores que he visto en este género", explica Holmes: "No es tan sutil que parece insignificante, como en Sound of freedom, pero tampoco forzada". Joe reprochó a Dios la muerte de su esposa, y su amigo Charlie le reprocha a él ese desprecio. El viejo vaquero se desentendió de todas las personas que realmente le importaban, Dios incluido: "Pero esto no se presenta como un sermón que te apremia a ir a la iglesia, sino como una reflexión sincera sobre la experiencia humana" y el vínculo que hay en ella entre la relación con Dios y la relación con los demás.
Esto es lo bueno de las películas cristianas, señala Holmes: que estas cosas están en la vida, pero son temas que Hollywood ignora. El problema es que el cine cristiano los abordaba antes con graves deficiencias artísticas y técnicas, y eso es lo que está cambiando: "Es gratificante ver que empiezan a hacerlo bien".
- Kate O'Hara entrevista a Neal McDonough y a Jon Avnet, quienes animan al público a apoyar este tipo de cine acudiendo al cine con toda la familia.
"El último rodeo es la mejor película de Angel Studios hasta la fecha y una de las mejores películas basadas en la fe jamás producidas... Películas como ésta son una razón para creer que las películas basadas en la fe no han hecho más que empezar", concluye Holmes.