Religión en Libertad

León XIV llama a ser testimonio de verdad a los cristianos perseguidos con palabras y manipulación

El Papa León XIV, durante el saludo a los peregrinos previo al rezo del Ángelus de este domingo 16 de noviembre, Jubileo de los Pobres.

El Papa León XIV, durante el saludo a los peregrinos previo al rezo del Ángelus de este domingo 16 de noviembre, Jubileo de los Pobres.

José María Carrera Hurtado
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J.M.C.

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Minutos después de finalizar la misa del Jubileo de los Pobres en la basílica de San Pedro, el Papa León XIV presidía el rezo del Ángelus con su habitual comentario del Evangelio y saludos a peregrinos.

Tras una homilía dedicada a la esperanza, abordó en el Ángelus el Evangelio de San Lucas que recoge los avisos del Señor a los cristianos de los futuros episodios de persecución y tribulación, según reza Lucas 21,5-19: “Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el final no será enseguida”.

También en esta ocasión, León XIV recordaba que ante las calamidades y persecuciones o la indiferencia que quiere ignorarlas, las palabras de Jesús anuncian que la agresión del mal no puede destruir la esperanza de quienes confían en Él.

Frente a la persecución, testimonio de la verdad

Las palabras del evangelista refieren a guerras, revoluciones e incluso violencia y traición a causa de Cristo, que día a día se refleja en episodios de una persecución a los cristianos que “no sólo se produce con armas y maltratos, sino también con palabras, es decir, a través de la mentira y la manipulación ideológica”.

“Sobre todo cuando estamos oprimidos por estos males, físicos y morales, estamos llamados a dar testimonio de la verdad que salva al mundo, de la justicia que redime a los pueblos de la opresión, de la esperanza que indica a todos el camino de la paz”, alentó el pontífice.

Junto a este llamado al testimonio, León XIV también recordó que la eternidad de las promesas del Señor “infunde la fuerza para resistir los acontecimientos amenazantes de la historia y toda ofensa”, lo que a su vez debe lleva a no permanecer impotentes ante el dolor.

“Él mismo nos da elocuencia y sabiduría para obrar siempre el bien con corazón ardiente. A lo largo de toda la historia de la Iglesia, son sobre todo los mártires quienes nos recuerdan que la gracia de Dios es capaz de transfigurar incluso la violencia en signo de redención”, concluyó.

Mención a los cristianos perseguidos: Nigeria, Sudán...

Tras el comentario del Evangelio y posterior rezo del Ángelus, el pontífice recordó y mencionó especialmente a los cristianos que sufren actualmente discriminación y persecución: “Pienso, en particular, a Bangladés, Nigeria, Mozambique, Sudán y otros países, de los cuales llegan muchas veces noticias de ataques a comunidades y lugares de culto. Dios es Padre misericordioso y quiere la paz entre sus hijos. Acompaño con mi oración a las familias de Kivu, en la República Democrática del Congo, donde en estos días ha habido una masacre de civiles, con al menos veinte víctimas a causa de un ataque terrorista”.

Mencionó igualmente seguir con dolor los ataques que golpean ciudades ucranianas como su misma capital, transmitiendo su cercanía a la población afectada.

Entre otros recordatorios y saludos, el pontífice trasladó su cercanía y unidad a la Iglesia de Italia que hoy propone la Jornada de oración por las víctimas y los sobrevivientes a los abusos, “para que crezca la cultura del respeto como garantía de la tutela de la dignidad de cada persona, especialmente de los menores y de los más vulnerables”. 

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