El Papa ordena una descentralización de las inversiones
León XIV desmantela parte de la gestión económica de Francisco: el «banco vaticano» perderá poder

León XIV mantiene los principios de control y transparencia, pero da un giro estratégico.
El Papa León XIV promulgó el pasado 29 de septiembre la carta apostólica en forma de Motu Proprio Coniuncta cura, que supone un cambio en la gestión económica de la Santa Sede.
Lo novedoso es que con el Motu Proprio del Papa León XIV, a partir de ahora, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, pierde la exclusividad sobre las inversiones financieras del Vaticano.
Esta medida revoca el Rescripto de 2022 emitido durante el pontificado de Francisco, que había centralizado toda la gestión de liquidez e inversiones en el IOR.
León XIV recuerda en el preámbulo del texto que la corresponsabilidad en la comunión es un principio fundamental del servicio de la Curia Romana, establecido en la constitución apostólica Praedicate Evangelium (2022). Para fortalecer esa colaboración, el Papa ha decidido consolidar las normas existentes y definir claramente las competencias de cada organismo económico de la Santa Sede.
Estas son las claves del nuevo documento:
-Revocación del Rescripto de 2022
El primer artículo del Motu Proprio abroga expresamente el Rescriptum ex Audientia SS.mi del 23 de agosto de 2022 del Papa Francisco que había ordenado que "toda la gestión de las actividades financieras y de la liquidez de la Santa Sede" pasara exclusivamente por el IOR.
-Sujeción a la política del Comité de Inversiones
Las actividades financieras deberán realizarse conforme a las disposiciones del Comité para las Inversiones, respetando la política aprobada y los criterios éticos, de transparencia y de sostenibilidad definidos por este organismo.
-Fin de la exclusividad del IOR
La Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) seguirá usando la estructura organizativa del IOR como vía ordinaria. Sin embargo, por primera vez se permite recurrir a "intermediarios financieros establecidos en otros Estados" cuando se considere más eficiente o conveniente. El Papa quiere que el Banco Vaticano siga desempeñando un papel central, pero ya no exclusivo.
En agosto de 2022, en plena ola de reformas financieras, el Papa Francisco ordenó mediante rescripto que todas las entidades de la Curia transfirieran sus fondos al IOR. El objetivo era garantizar una gestión más unificada, evitar riesgos innecesarios y aumentar la transparencia, especialmente después de varios escándalos financieros.
León XIV mantiene los principios de control y transparencia, pero da un giro estratégico: abre la posibilidad de usar estructuras externas si así lo aconsejan la eficacia o la rentabilidad, siempre bajo supervisión del Comité de Inversiones.
Este cambio normativo no puede entenderse al margen del llamado “caso Becciu”. El cardenal Angelo Becciu, que fue sustituto de la Secretaría de Estado —el número dos en la gestión diaria del Vaticano—, fue condenado en diciembre de 2023 a cinco años y medio de prisión por malversación de fondos.
Durante su gestión, la Secretaría de Estado realizó inversiones opacas y ruinosas, entre ellas la adquisición de un edificio de lujo en Sloane Avenue (Londres) por más de 350 millones de euros, usando fondos de donativos destinados al Óbolo de San Pedro. El caso provocó un terremoto institucional y llevó al Papa Francisco a retirar en 2020 a la Secretaría de Estado la gestión de sus propios fondos, transfiriéndolos a la APSA y luego al IOR.
La reforma de Francisco fue una reacción a ese episodio, buscando máxima centralización y control. El Motu Proprio de León XIV, en cambio, se produce tras dos años de consolidación de los mecanismos de supervisión