Unos tienden a la unidad y cohesión, otros al continuismo...
Primeros nombramientos de León XIV tras dos meses de pontificado: ¿qué mensaje lanzan a la Iglesia?

Paglia, Pegoraro, Leo, Merletti o Sarah, algunos de los principales nombramientos de León XIV en sus primeros dos meses de pontificado.
Cerca de cumplirse los dos meses del papado de León XIV, los nombramientos son uno de los únicos criterios para analizar el rumbo que tomará el pontificado, que apunta por el momento hacia el orden, la unidad y pocos perfiles disruptivos.
Recuperar el control del Instituto Juan Pablo II
Su primer nombramiento de calado, diez días después de su elección, fue la sucesión del canciller del Instituto Teológico "Juan Pablo II", por la que el cardenal Baldassare Reina relevaba al excanciller Vicenzo Paglia. Un nombramiento significativo, pues ya antes del pontificado se posicionó afirmando que, como cardenales, su deber es el de “discernir y ordenar” los “procesos de reforma iniciados por Francisco”, siendo además conocida su postura marcadamente favorable a la sacralidad de la vida o su oposición a la agenda LGBT.
Vaticano
Primer gran nombramiento del Papa: quita a Paglia y pone a Reina en el Instituto Juan Pablo II
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Unas palabras que, si se analizan en bajo el enfoque de su sucesión de Paglia, apuntan en una línea de recuperar el control del Instituto.
No es ningún secreto que el cardenal Paglia, nombrado Gran Canciller del Pontificio Instituto Juan Pablo II por Francisco, fue ampliamente cuestionado por figuras como George Weigel, los profesores y sacerdotes José Granados o Roberto Esteban Duque y otras personalidades como Robert George, Scott Hahn, contrarios a las incorporaciones de académicos progresistas con posturas heterodoxas sobre la homosexualidad y la anticoncepción auspiciadas por Paglia.
En este sentido, vaticanistas como Edward Pentin afirmaron que el nombramiento de Reina “indica la prioridad del Papa de corregir esos cambios [de Paglia]” que ha sido recibido como una “restauración parcial del orden original del instituto”.
Voto de confianza a Pegoraro al frente de la PAV
Si Reina era el encargado de suceder a Paglia como canciller del Instituto Teológico "Juan Pablo II", Renzo Pegoraro hacía lo propio al frente de la Pontificia Academia para la Vida, tras catorce años como rector de la misma.
El nombramiento de León XIV ha sido interpretado por algunos como un movimiento dirigido a frenar los nombramientos de Paglia de miembros partidarios del aborto y declaraciones problemáticas sobre el suicidio asistido y la anticoncepción.
Sin embargo, vaticanistas como Edward Pentin inciden en que Pegoraro fue desde 2016 uno de los principales colaboradores de Paglia precisamente en el momento en que la academia pontificia era “acusada de alejarse de la misión original de Juan Pablo II de defender la santidad de la vida” y, frente a ello, asumir “argumentos éticos heterodoxos”.
“En al menos dos ocasiones como canciller, Mons. Pegoraro sumó su voz a este aparente alejamiento de la misión de la academia al apoyar públicamente posiciones disidentes que habían ganado simpatía durante el pontificado del Papa Francisco”, escribe Pentin, que recuerda también las declaraciones de Pegoraro de 2022. En ellas, decía al Wall Street Journal que la anticoncepción podía ser permisible “en caso de conflicto entre la necesidad de evitar el embarazo por razones médicas y la preservación de la vida sexual de la pareja”.
En un segundo incidente, también ese año, Mons. Pegoraro pareció apoyar a dos miembros de la academia que públicamente favorecieron el suicidio asistido como táctica para evitar la legalización de la eutanasia voluntaria en Italia.
“Estamos en un contexto específico, con una elección que debe hacerse entre dos opciones, ninguna de las cuales —suicidio asistido o eutanasia— representa la posición católica”, dijo Mons. Pegoraro al periódico católico francés La Croix.
Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, entre dos aguas
Otro de los nombramientos más destacados del pontífice ha sido el del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, incluyendo a cardenales como Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, o Francis Leo, arzobispo de Toronto, ambos conocidos por su discreción y rechazo a participar en las polémicas, pero también por su postura generalmente ortodoxa.
Mientras, tanto Tarcisio Isao Kikuchi, S.V.D., Arzobispo de Tokyo (Japón), como Dominique Joseph Mathieu, O.F.M. Conv., Arzobispo de Teherán-Ispahan de los Latinos (Irán), se presentan como dos perfiles arraigados en el diálogo interreligioso y su cercanía con los cristianos perseguidos, la misión o la justicia social, encontrándose alguna colaboración con sectores LGBT por parte del arzobispo de Tokyo.
En cuanto a los obispos, nombres como el del italiano Derio Olivero o del alemán Bertram Johannes Meier han sido vinculados puntualmente con polémicas ocasionales en torno a la eutanasia o los postulados de género, si bien no son posicionamientos representativos del conjunto de los 18 obispos que pasan a formar parte del dicasterio.
Más mujeres en la curia, pero sin aparente carga ideológica
Por otro lado, destacó también el nombramiento de la religiosa franciscana de los pobres Tiziana Merletti como nueva Secretaria del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Un movimiento que parece más significativo de un continuismo respecto al mayor peso de la mujer en la curia vaticana que de una impronta ideológica definida.
De Merletti, que pasa a integrar un Dicasterio ya dirigido por una mujer, Simona Brambilla, no se tiene constancia de muchos posicionamientos. Según la Unión internacional de superiores generales, la religiosa vivía hasta ahora en Padua, donde se ha encargado de consultorías de derecho canónico en los ámbitos de la vida religiosa y la formación (principalmente para mujeres italianas y migrantes) e imparte cursos de Eneagrama. Esto último ha sido motivo de suspicacias por considerarse esta práctica vinculada a determinadas escuelas esotéricas o new age.
Sarah y el guiño al bloque conservador
Más allá de los dicasterios, otro de los nombramientos que parece encaminado a la restauración de la unidad doctrinal en la Iglesia es el del cardenal Robert Sarah como enviado especial de la Santa Sede a la celebración del 400 aniversario de las apariciones de Santa Ana al campesino Yvon Nicolazic.
Allí, el cardenal guineano y vinculado a posiciones ortodoxas presidirá las celebraciones litúrgicas los próximos 25 y 26 de julio, además de llevar en nombre del Santo Padre el mensaje de fe y esperanza a miles de peregrinos que acudirán a este emblemático santuario.
Más allá de la misión encomendada al cardenal, su nombramiento puede interpretarse como un puente hacia la unidad con los bloques más ortodoxos y fieles al magisterio y la tradición que Sarah representa.