EEUU bombardea Irán: ¿qué dice el Papa norteamericano en el Ángelus?

El Papa León XIV en el rezo del Ángelus de Corpus Christi, el día que EEUU bombardeó Irán
Durante una semana, y sin declaración de guerra oficial, Israel e Irán se han bombardeado el uno al otro (Irán envía misiles y drones, Israel aviones modernísimos). Ambos han golpeado infraestructuras civiles y han causado víctimas civiles.
Esta noche del sábado se ha producido un giro en la situación cuando Estados Unidos, también sin declaración de guerra y sin haber sido atacado, ha anunciado que ha bombardeado con aviones tres instalaciones en Irán, supuestamente ligadas al programa nuclear iraní.
El presidente de EEUU, Donald Trump, quien en campaña electoral insistió en que sacaría a su país de las guerras, compareció en un breve discurso acompañado por su vicepresidente, J.D. Vance; el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Dijo que los aviones norteamericanos que bombardearon Irán volvieron indemnes, y que Irán debe escoger entre "paz o tragedia".
"Esto no puede continuar. Habrá paz o habrá una tragedia para Irán mucho mayor que la que hemos presenciado en los últimos ocho días", amenazó Trump. "Quedan muchos objetivos tras esta noche" y reiteró que "si la paz no llega pronto, perseguiremos esos otros objetivos con precisión, velocidad y habilidad; la mayoría de ellos pueden ser eliminados en cuestión de minutos", aseguró.
Los analistas internacionales creen que Irán quizá no pueda hacer mucho para vengarse ahora mismo, pero podría preparar una venganza "en frío" para más adelante. Todo lo contrario a una cultura de la paz. Hay que tener en cuenta que el ataque de EEUU a Irán se hizo también sin mandato del Congreso norteamericano.
En este contexto, muchos esperaban con atención las palabras del domingo del Papa León XIV, un papa norteamericano, que al poco de llegar al trono de San Pedro se encuentra con su país natal bombardeando a un país soberano y una situación de guerra que amenaza con extenderse por la región.
Diplomacia por la paz, Gaza y el dolor de las madres
“Llegan noticias alarmantes desde Oriente Medio, especialmente desde Irán”, dijo el Papa tras el rezo del Ángelus. Sin mencionar el ataque norteamericano, habló de la situación en la región: "En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento cotidiano de la población, especialmente en Gaza y en los demás territorios, donde la urgencia de un adecuado apoyo humanitario se hace cada vez más apremiante".
Añadió: "hoy más que nunca, la humanidad grita e invoca la paz. Este clamor es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por palabras retóricas que incitan al conflicto”.
“Cada miembro de la comunidad internacional tiene una responsabilidad moral: detener la tragedia de la guerra antes de que se convierta en un abismo irreparable”, exhortó.
"No existen conflictos lejanos cuando la dignidad humana está en juego", afirmó. "La guerra no resuelve los problemas, al contrario, los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar". Y añadió: "Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños y el futuro robado".
Finalizó pidiendo que actúen los diplomáticos: “Que la diplomacia haga callar las armas, que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia y los conflictos sangrientos”.
El milagro de los panes: los dones de Dios crecen al compartir
En el marco de la fiesta solemne del Corpus Christi, el Papa comentó antes del rezo del Ángelus el evangelio del día, sobre el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17).
"Los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen cuanto más se comparten", afirmó. "El milagro, más allá del prodigio, es un signo", que apunta hacia una realidad profunda. "En la raíz de todo compartir humano hay uno más grande que lo precede: el de Dios hacia nosotros", señaló.
"Él, el Creador, que nos dio la vida, para salvarnos pidió a una de sus criaturas que fuera su Madre, para asumir un cuerpo frágil, limitado, mortal, como el nuestro", recordó el Santo Padre.
Dios eligió vivir entre los hombres, y eligió "valerse, para redimirnos, precisamente de lo poco que podíamos ofrecerle". Así, "en la Eucaristía, entre nosotros y Dios, sucede precisamente esto: el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo".
El Papa agustino citó a san Agustín: “Como el conjunto de muchos granos se ha transformado en un solo pan, así en la concordia de la caridad se forma un solo cuerpo de Cristo”.
Invita a la procesión del Corpus
Al final del Ángelus, el Papa recordó la procesión que presidirá hacia la Basílica de Santa María la Mayor, prevista tras la celebración de la misa de Corpus Christi de las cinco de la tarde en la Basílica de San Juan de Letrán, que es la catedral del Pontífice en tanto que obispo de Roma.
“Celebraremos juntos la Santa Misa y luego nos pondremos en camino, llevando el Santísimo Sacramento por las calles de nuestra ciudad. Cantaremos, rezaremos y, finalmente, nos reuniremos en la Basílica de Santa María la Mayor para implorar la bendición del Señor sobre nuestros hogares, nuestras familias y toda la humanidad”, anunció.
Invitó a todos a dejarse transformar por la Eucaristía: “Que esta celebración sea un signo luminoso de nuestro compromiso de ser cada día portadores de comunión y paz los unos para los otros, en el compartir y en la caridad”.