Religión en Libertad

Helena, la luz que cambió Roma

Conversación con Mar Rodríguez Vacas sobre la emperatriz que iluminó el camino del cristianismo

Mar Rodríguez Vacas

Mar Rodríguez Vacas

Creado:

Actualizado:

En el vasto tapiz de la historia, hay figuras que, como hilos de oro, brillan con luz propia, dejando una huella imborrable en el devenir de los siglos. Una de ellas es Helena, la madre del emperador Constantino, una mujer cuya vida se entrelaza con el destino del Imperio Romano y el nacimiento del cristianismo como religión universal. A menudo recordada como la santa que descubrió la Vera Cruz, su historia va mucho más allá de la leyenda, tocando los límites del poder, la fe y la maternidad en un mundo convulso.

Mar Rodríguez Vacas, doctora en Periodismo y escritora apasionada por la Antigüedad, ha dedicado años a desenterrar la verdadera esencia de esta emperatriz, plasmándola en su última novela, "Helena, la luz de Roma". Con un rigor histórico que se lee como una novela, Mar nos invita a un viaje al corazón del Imperio Romano, donde las intrigas palaciegas, las batallas épicas y la búsqueda espiritual de una mujer cambiaron el rumbo de la civilización.

En esta entrevista, Mar nos revela los secretos detrás de su inspiración, la investigación que la llevó a reconstruir la vida de Helena y cómo esta figura, a menudo olvidada, se erige como un símbolo de la fuerza femenina y la resiliencia en tiempos de cambio. Acompáñanos en este diálogo sobre fe, poder y la luz de una mujer que iluminó Roma.

"Helena, la luz de Roma", por Mar Rodríguez Vacas (ALMUZARA)

-¿Qué te llevó a elegir a Santa Helena como protagonista de tu nueva novela, después de haber explorado la República romana en "El Olivo de los Claudio"?

-Siempre busco inspiración romana en todo lo que escribo. El contexto de la Antigüedad hace volar mi imaginación. Me fijé en Helena Augusta por una razón muy sencilla: mi hija se llama Elena. Sabía que Santa Elena fue una emperatriz romana, madre de Constantino y que viajó a Tierra Santa en los últimos años de su vida. Pero poco más conocía de su historia. Cuando me puse a investigar sobre su vida, me di cuenta de que había mucho que contar y me puse manos a la obra.

»Preferentemente, prefiero siempre la República, es mi etapa favorita de la Antigua Roma, pero he hecho una excepción con Helena. Y he descubierto una etapa absolutamente cautivadora. Para la próxima tendré que decidir si república o imperio.

-¿Qué aspectos de su vida te fascinaron y te impulsaron a escribir sobre ella?

-Saber que fue una mujer abnegada, pero a la vez ambiciosa; una madre y abuela benévola, pero inteligente; una mujer bondadosa, pero con carácter… Todo sobre Helena me ha cautivado.

-¿Qué fuentes históricas te fueron más útiles para recrear la vida de Santa Helena y la época en la que vivió?

-Siempre intento empezar por fuentes secundarias que me den las claves de la biografía, el contexto y la secuencia histórica de aquello que quiero contar.

»Una vez que tengo organizado todo, me voy a las primarias, a los autores contemporáneos.

-¿Cómo crees que la arqueología y la numismática contribuyeron a tu comprensión de la vida de Helena, en comparación con la investigación que realizaste para "El Olivo de los Claudio"?

-En ese sentido, la investigación ha tenido lugar exactamente igual para las dos novelas. Todo vale, las monedas, los yacimientos arqueológicos, las investigaciones alrededor de los mismos… todo es interesante y hasta revelador. No puedo olvidar mis paseos por la necrópolis vaticana, imaginando cómo era en la época la tumba de San Pedro y recreando mis vivencias para plasmarlas en la novela. Cuando puedes hacer eso, viajar al lugar que quieres describir se hace magia.

-¿Cómo crees que la figura de Helena ha sido percibida a lo largo de la historia?

-Pues como la de la santa que es. La mujer que, según la Iglesia, descubrió las reliquias sagradas de la Pasión del Señor y como patrona de los arqueólogos. La gente no sabe dónde estuvo enterrada y dónde puede venerar sus restos en la actualidad. Es una santa un poco desconocida.

-¿Qué impacto crees que tuvo su influencia en la expansión del cristianismo en el Imperio Romano, y cómo se refleja en la construcción de la Basílica del Santo Sepulcro y la Basílica de la Natividad?

-Su impacto fue trascendental. Sin ella, sin su influencia, no seríamos lo que somos en la actualidad. Ella, junto a su hijo Constantino y el obispo Osio de Córdoba, logró lo impensable: la tolerancia religiosa y que los cristianos recuperaran todo lo perdido tras las múltiples persecuciones sufridas a lo largo de la historia, además de algunos derechos más. 

»Fue la base para lograr que el cristianismo se declarara religión oficial del Imperio, aunque eso ocurrió años después de que ella y su hijo fallecieran. Pero sentaron las bases. Su labor fue increíble y supuso un punto de inflexión sin parangón.

-La relación entre Helena y Constantino: ¿Qué tipo de relación crees que existió entre Helena y su hijo Constantino?

-Una relación de madre e hijo natural, normal, con las típicas preocupaciones y el apoyo fundamental que siempre da una madre. Pero hubo de existir una relación especial entre ambos, porque Constantino nunca se quiso separar de ella y, cuando estuvo en su mano, la agasajó con los máximos honores.

-¿Cómo crees que su influencia lo llevó a tomar decisiones importantes para la historia del cristianismo, como la promulgación del Edicto de Milán?

-Hay que tener en cuenta que, durante los años en los que la vida de Helena es un misterio, ella debió acercarse a los cristianos. Mientras que Constantino se formaba en la corte de Diocleciano, en Nicomedia, por ejemplo. Pero luego apareció la figura del obispo Osio de Córdoba dentro de su círculo de consejeros. ¿Fue Osio el que convirtió a Helena y a Constantino? ¿Helena ya era cristiana convencida cuando Osio llegó a sus vidas? Es todo un misterio. En mi novela trato de dar una explicación posible a esta laguna histórica.

»El edicto de Milán no es tal. En realidad, fue una carta dirigida al gobernador de Nicomedia, bajo el mando de Maximino Daia, en la que se ratificaba el edicto de Serdica de Galerio. En ella se decretaba la libertad de culto a todas las religiones, incluida, por supuesto, la cristiana, y se le devolvían a los cristianos sus posesiones perdidas, derechos dilapidados tras la persecución de Diocleciano… Roma se volvía el paraíso del sincretismo religioso.

»Y la enviaron porque en Oriente todavía se seguía persiguiendo y hostigando a los cristianos. Por ello la firmaron el propio Constantino y su cuñado Licinio, el augusto oriental, al que había casado con su hermana para acercar posturas. Pero eso es otra historia que, además, acabó fatal para Licinio, que nunca quiso replegarse.

-¿Cuál crees que es el legado más importante de Helena en la historia del cristianismo?

-Sin duda, haber conseguido derrotar al paganismo reinante y haber dado el primer paso para establecer al cristianismo como religión oficial. Yo creo que ella, junto a Constantino y a Osio, no pudo imaginar que eso pudiera ser una realidad nunca. Pero, alejando a los cristianos de las persecuciones, devolviéndoles sus derechos perdidos y ofreciéndoles otros nuevos y mejores, sin saberlo, dieron un paso hacia la realidad que tenemos ahora.

-¿Cómo crees que su vida y su fe pueden inspirar a las personas hoy en día, y qué papel juega su peregrinación a Tierra Santa en la tradición cristiana?

-Por desgracia, muchos cristianos y curiosos de la historia se piensan dos veces viajar a Tierra Santa por la complicada situación política y militar de la zona. Yo sí he estado allí, pero era muy joven. Así que me encantaría regresar, porque pisar con tus propios pies los lugares sagrados y conocer en primera persona cada espacio es realmente emocionante.

»La vida de la santa es digna de conocer. Es lo que he intentado con la escritura de la novela. Porque es una figura muy desconocida. O, al menos, con una visión muy sesgada, puesto que todo el mundo sabe quién es Santa Helena, pero pocos conocen su verdadera historia y la importancia que tuvo su mano para el punto de inflexión que vivió Roma gracias a ella y su hijo. Y por supuesto, se valora muy poco que hoy somos lo que somos gracias a su labor. Fue una mujer con poder que supo utilizarlo muy bien. Me maravilla su figura.

Comentarios

Suscríbete

y recibe nuestras noticias directamente

tracking