Religión en Libertad

De por qué Dios nunca debe ser lo primero

Entre la «bondad» y la «santidad»

"Muchos hemos convertido a Dios, la fe y la Iglesia en un club social".Pexels

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Siempre he considerado que uno de los grandes males del cristianismo occidental, sino el mayor, es que muchas veces la fe se ve forzada a tener que competir con toda una serie de bienes humanos y materiales, que, en la práctica, acabamos considerando a todos por iguales. 

A menudo, muchos de los que nos hacemos llamar cristianos, aseguramos, sin reparar en ello, que "Dios debería ser lo primero", dándole así un lugar preferente, es verdad, pero reduciéndolo a formar parte de una panoplia de cosas, todas ellas respetables, pero que, nos escandalice o no, nunca debieron ser colocadas en el mismo lugar.

Desde mi humilde opinión, en Occidente, donde no nos falta de nada -aunque esto no va de cuestiones geográficas sino de anhelos del corazón-, muchos hemos convertido a Dios, la fe y la Iglesia en un club social. A menudo, pensamos: si a mi familia le va bien, si tengo a los hijos "colocados", si mi salud es razonablemente buena, si el seguro del chalet no me ha subido demasiado, si todavía no me veo obligado a tener que tirar de pescado congelado... pues, un buen premio, para Dios, puede que sea... ir a misa los domingos. Y así queda todo, diríamos, decentemente controlado. Cada aspecto de mi vida, cosas buenas, por supuesto, -la familia, el bienestar, Dios…- en perfecto estado. Me convierto en buena persona y, por tanto, en un buen cristiano.

Sin embargo, a mí, que siempre me ha gustado "deconstruir" consensos, aunque pudieran ser espirituales, este planteamiento reduccionista, tan calculado, me parecía que no podía ser propio de la lógica divina, de todo un Dios que se hace hombre y que se entrega por entero para darnos su propia vida. Un Dios, por cierto, que lo vemos cada día, siempre que puede, acostumbrado a rompernos todos los esquemas.

Por eso, algo me decía que Dios no podía ser "un complemento más para mi vida", como quien va a pilates o a yoga cada día. Y voy más allá, ni siquiera podía ser la guinda del pastel. Porque, los grandes santos, pensaba, no creo que le dedicaran a Dios apenas unas horas, sino, más bien, absolutamente todo, hasta su propia vida. Y, entonces, sospeché, menuda trampa... Dios no puede ser el primero, sino el único... "y nada más" (como el himno del Madrid).

Y, en esa búsqueda de referencias sólidas que pudieran apuntalar mis todavía débiles intuiciones, se me ocurrió preguntar: ¿qué dice mi fe?, ¿qué dice el padre de mi fe?, ¿qué diría Abraham?, ¿qué rezamos en el Shemá?, y, rápidamente, me di cuenta de que, en ningún momento, se mencionaba que "Dios fuera el primero", sino que era "uno", el "único", es más, reclamaba que lo "amáramos con TODO el corazón, con TODA el alma y con TODAS las fuerzas", que era un Dios celoso, que no admitía becerros de oro, y que ya nos advertía "o Dios o el dinero"... incluso, un paso más allá, que "si no odiábamos a nuestro padre y a nuestra madre no podríamos llegar a ser sus discípulos" –literal–.

Pero, como todavía tenía dudas... yo que sé, era normal... podían ser paranoias mías... decidí preguntarle a la Inteligencia Artificial... y esto fue lo que me contestó:

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Pregunta: 

¿Qué diferencia hay entre que Dios sea el 'primero' o que sea el 'único'?

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Respuesta:

La diferencia entre decir que Dios es el primero y que Dios es el único es profunda y tiene implicaciones muy distintas en la vida espiritual, teológica y existencial. Aquí te lo explico de forma clara:

1. Dios como "el primero"

"Dios es lo más importante en mi vida."

Significa que Dios está en primer lugar en una escala de prioridades.

Pero existen otras cosas (familia, trabajo, salud, vocación, etc.) que también tienen su lugar, aunque estén después de Dios.

Implica una cierta jerarquía: Dios → familia → trabajo → amigos...

Es un paso importante en la fe, pero todavía hay compartimentos en la vida.

Ejemplo: Rezo todos los días antes de ir al trabajo. Dios primero, pero después me ocupo de lo demás.

2. Dios como "el único"

"Sólo Dios basta" (Santa Teresa de Jesús)

Aquí, Dios no está en una lista, porque Él es todo.

Todo lo demás está en Él, desde Él y para Él.

No hay cosas "además de Dios" que compitan por tu corazón, porque todo se vive en referencia a Él.

Esta es una experiencia más mística y radical: Dios invade y transforma toda la vida.

Ejemplo: Mi familia, mi trabajo, mis sufrimientos, mi descanso… todo lo vivo desde Dios. No hay dualidad. Él es la única fuente y el único fin.

Reflexión final:

Decir que Dios es el primero es bueno.

Decir que Dios es el único es santidad.

❝ Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura. ❞ — Mt 6,33

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