Urs von Balthasar: una botella lanzada al mar de la humanidad

Hans Urs von Balthasar y Adrienne von Speyr, un simbiosis de pensamiento teológico y místico.
La obra de Hans Urs von Balthasar (1905-1988) es casi inabarcable: 13 libros, 537 artículos y 110 traducciones de obras teológicas y literarias de diversos ámbitos culturales. Una producción que no se entendería sin la colaboración de Adrienne von Speyr (1902-1967), la médico y mística suiza con quien fundó la Comunidad San Juan.
A pesar de lo extensa y variada de la obra de este importante teólogo del siglo XX, considerado referente por los últimos Papas, la alabanza y la reverencia al Dios verdadero es el hilo conductor que vertebra todos sus escritos.
El "Epílogo"
El Encuentro Fe Cristiana y Servicio al Mundo ha escogido en esta ocasión abordar el Epílogo, el pequeño libro, en una nueva traducción recientemente presentada, que recapitula la gran trilogía de Von Balthasar [Gloria, 7 tomos; Teodramática, 5 tomos; y Teológica, 3 tomos] sobre los trascendentales de lo "bello", lo "bueno" y lo "verdadero".

Cartel del Encuentro Fe Cristiana y Servicio al Mundo que se celebra el próximo 8 de marzo.
Partiendo del Pórtico del diálogo con los diversos intentos del hombre por dar sentido a su existencia, y pasando por el Umbral de la filosofía, donde el misterio del ser creado se nos revela como imagen de la unidad divina, Hans Urs von Balthasar nos conduce hasta la Catedral que atesora el fuego único del amor de Dios en Cristo. A lo largo de este recorrido, el autor recapitula su gran trilogía: la unidad del amor de Dios y de su imagen creada funda el carácter de bello-bueno-verdadero de todo ser.
Y por el deseo de establecer un diálogo auténtico con el otro, esta obra conclusiva se entiende a sí misma como una "botella arrojada al mar" inmenso de la humanidad anónima e interconectada de hoy. El mensaje quisiera ser encontrado y leído por alguien en algún lugar (ya sea en Occidente o en Oriente, en el Norte o en el Sur); quisiera que su contenido, necesariamente muy condensado, se despliegue y dé fruto en la confianza experimentada de que la unidad del amor de Dios y de su imagen creada es "siempre más grande". Nos invita a dar razón con confianza de la esperanza que nos sostiene.
Una reflexión para el mundo actual
"Se nos dice que hay que buscar al hombre allí donde está. 'En Estados Unidos, un joven a los diecisiete años ha pasado una media de 15.000 horas, casi dos años completos, frente al televisor'. En nuestro país, según un estudio reciente, los niños de tres a seis años pasan una media de cinco a seis horas semanales delante de la pantalla, los de diez a trece años incluso más de doce horas…".
Esta descripción que parece más propia de nuestra época, la escribe Hans Urs von Balthasar en ¡1987! en la introducción del Epílogo. "En plena era de los medios de comunicación, ¿transmitimos aún un patrimonio cultural (y una fe religiosa) o, junto con la lengua, acabaremos perdiendo también el oído y la vista?".
El teólogo suizo opina que para un misionero en tierras lejanas que "busca al hombre allí donde está" es "relativamente fácil" la evangelización: se encuentra con almas cristianas por naturaleza a las que habla en "un lenguaje bien sencillo". No en un "'chino' de teólogos" que solo entienden unos pocos. Pero se pregunta: "¿Dónde está el 'punto de contacto' al tratarse de nuestra alma técnica vacía?".
Balthasar no pretende tener la solución. Sino que, por el contrario, reconoce humildemente que toda su producción, incluido "este pequeño texto [el Epílogo] no puede ni quiere ser más que una botella arrojada al mar. Que ella llegue a algún lugar y alguien la encuentre sería un milagro. Pero a veces suceden tales maravillas".
Sobre esto trataremos el 8 de marzo de 2025 en el XIX Encuentro Fe Cristiana y Servicio al Mundo.