El productor musical de Hakuna se lanzó al proyecto porque vio «algo distinto, digno y bonito»

Los conciertos de Hakuna no son solo conciertos, subraya su productor musical, Íñigo Guerrero.
Íñigo Guerrero, de Iglú Producciones, es el productor musical de Hakuna. El próximo 14 de febrero se estrena Descalzos, una película documental sobre este grupo musical y realidad eclesial, y con ese motivo Nicolás de Cárdenas le ha entrevistado en Aciprensa.
Guerrero confiesa que, a pesar de que es católico y tenía experiencia, cuando le llegó el encargo de encargarse de la producción musical de Hakuna, sintió "un miedo terrible", porque identificaba la música religiosa con algo "que daba pereza" y que "pocas veces había conseguido enganchar a los jóvenes". Sin embargo, el contacto con el fundador del grupo, el sacerdote José Pedro Manglano, y con sus jóvenes componentes, le hizo pensar que ahí había "algo distinto" y que podía "quedar muy digno y bonito".
El papel del Señor
Hakuna ya acumula unos cuantos éxitos en sus seis discos de estudio (Hakuna, Mi pobre loco, Pasión, Sencillamente, Qaos y Capricho). Pero a veces en el origen hay poco más que una letra y algunos acordes, y es entonces cuando Íñigo tira de experiencia ("uno coge su oficio y empieza a trabajar") o, si llega a "callejones sin salida", tira de oración: "Entonces, claro, dices: 'Señor, esto, o me dices por dónde voy o…'”.
- Tráiler de 'Descalzos': estreno, el 14 de febrero.
Con el tiempo, el propio grupo ha ido profesionalizándose, porque al principio “eran todos muy aficionados" y era "un desastre todo".
La gran remuneración de su trabajo es conocer el impacto de las canciones en la vida de los propios intérpretes y, por supuesto, del público: “Te caes del caballo, totalmente, porque lo que tú pensabas que era tu obra, no lo es... Nosotros ponemos de nuestra parte todo lo que se pueda. Pero luego, a dónde tenga que llegar nosotros no lo decidimos".

Íñigo Guerrero interpreta una de las canciones de Hakuna en una cena de la Asociación Lanza.
En cuanto a los conciertos -el plato fuerte de la experiencia Hakuna para el gran público-, Guerrero explica que son algo más que conciertos, son "una fiesta" que une al público con los que están en el escenario: "Es otra historia".
Lo verdadero es atractivo
Uno de los grandes retos de Íñigo en su papel de productor es respetar la inspiración y el estilo de cada uno de los jóvenes autores y la propia idiosincrasia de Hakuna. Tras la primera maqueta, explica a Aciprensa, un equipo de unas quince personas acuerdan los arreglos y luego se hace la grabación con músicos profesionales.
Guerrero se siente "un espectador privilegiado" de lo que está siendo Hakuna y de su alcance, por ejemplo, en el ámbito universitario, donde estudiantes que llegan a las aulas con la fe perdida encuentran en Hakuna "un medio para reencontrarse con Dios y para, de repente, cambiar radicalmente y apostar por Él con un compromiso total".
"Hay mucha gente que tiene sed y no le daban de beber", concluye, y "desde el punto de vista empresarial, hay un tipo de público que musicalmente no estaba servido”. La razón del éxito de Hakuna es su autenticidad: "Cuando algo es verdadero, es atractivo. La verdad llama a la belleza, una cosa va detrás de la otra”.
Lee aquí la entrevista completa.