El capellán Kapaun a los altares
Capellán estadounidense de la 35ª Brigada de Artillería Antiaérea

El capellán Emil Kapun celebrando la Santa Misa
En la mañana de este 25 de febrero el Santo Padre, lo suficientemente recuperado como para despachar asuntos que lógicamente habían quedado sin atender sobre la mesa de su despacho, ha firmado entre otros la declaración de venerable para el siervo de Dios Emil Joseph Kapaun, capellán castrense del ejército de los Estados Unidos de la 35ª Brigada de Artillería Antiaérea.

El P. Kapaun ayudando a un compañero herido. Estatua ubicada en Pilsen, Kansas
Emil Joseph Kapaun nació el 20 de abril de 1916, y creció en una granja al suroeste de Pilsen, Kansas (EE.UU.). Sus padres eran Enos y Elizabeth Kapaun, inmigrantes checoslovacos. Tras finalizar sus estudios, ingresó en el seminario de San Louis, Missouri, donde fue ordenado sacerdote en junio de 1940. Celebró su primera misa en la parroquia de San Juan Nepomuceno, de Pilsen (Kansas). Después de sus primeros destinos, el padre Kapaun se alistó en el Ejército en julio de 1944.
Ya en 1943 había sido nombrado capellán del campo de aviación del Ejército, cerca de Herington (Kansas). Comenzó su capellanía militar en el campamento Wheeler, Georgia, en octubre de 1944. Junto a otro sacerdote, atendía a unos 19.000 hombres y mujeres en servicio.
Fue enviado a la India y sirvió en el Burma Theatre [El Burma Theatre (China, India, Birmania Teatro de operaciones) fue el nombre utilizado por el Ejército de Estados Unidos para sus fuerzas, que operaba junto con aliados británicos y chinos por el aire y las fuerzas de tierra en China, Birmania y la India durante la Segunda Guerra Mundial].

El padre Emil Kapaun con uniforme militar
El padre Kapaun fue ascendido a capitán en enero de 1946 y, meses después, en mayo, regresó a Estados Unidos para ser destinado durante un bienio a la Universidad Católica de Washington.
En septiembre de 1948, se reincorpora nuevamente al Ejército y a su capellanía en Fort Bliss, El Paso (Texas). El padre Kapaun visitó su Pilsen natal y a sus padres, por última vez, en diciembre de 1949.
En julio de 1950, recibió la orden de incorporarse a Corea, un mes después de que Corea del Norte había invadido Corea del Sur [La llamada guerra de Corea fue la librada entre Corea del Sur, apoyada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y Corea del Norte, apoyada por la República Popular China, con ayuda de material militar de la Unión Soviética. La guerra fue el resultado de la división de Corea por un acuerdo de los victoriosos aliados de la Segunda Guerra Mundial, tras la conclusión de la Guerra del Pacífico al final de la Segunda Guerra Mundial. La península de Corea había permanecido ocupada por Japón desde 1910 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Tras la rendición incondicional del Imperio del Japón, los estadounidenses dividieron la península por el Paralelo 38, el norte del cual quedó ocupado por tropas soviéticas y el sur, por tropas estadounidenses. El fracaso de la celebración de elecciones libres en toda la península en 1948, acentuó la división entre ambas partes, y el norte estableció un gobierno comunista. La escalada de tensión degeneró en una guerra abierta, cuando Corea del Norte invadió Corea del Sur el 25 de junio de 1950, en lo que suponía el primer conflicto armado serio de la llamada Guerra Fría].
![El padre Kapaun [el primero por la derecha, en su casco una cruz para ser reconocido como capellán] auxiliando a un soldado](https://imagenes.religionenlibertad.com/files/image_composite_mobile/uploads/2025/02/25/67bde10d6ea51.jpeg)
El padre Kapaun [el primero por la derecha, en su casco una cruz para ser reconocido como capellán] auxiliando a un soldado
El capellán Kapaun fue destinado a la 35ª Brigada de Artillería Antiaérea, se vio envuelto en continuos combates, donde se hizo legendario su valor, que le mereció una Estrella de Bronce.
El todoterreno en el que celebraba misa en pleno frente de batalla, voló por los aires en más de una ocasión, alcanzado por los morteros norcoreanos.

Celebrando la Santa Misa sobre el capó de un jeep
El 2 de noviembre de 1950, entrando en medio del fuego cruzado entre coreanos y americanos durante la batalla de Unsan, el padre Kapaun optó por acompañar a los heridos, lo que acarreó su captura y reclusión en un campo de torturas próximo a Pyoktong (Corea del Norte).
Su fama de santidad, que ya le precedía, creció durante el cautiverio. Allí contó que estaba plenamente convencido de que las oraciones de muchos otros fueron las que lo habían salvado tantas veces, hasta su captura.
A lo largo del período en que el sacerdote estuvo preso -seis meses-, además de realizar trabajos forzados, entregó sus propios alimentos y asistió espiritualmente a los presos. Administró diversos sacramentos. Sus compañeros atestiguaron el desvelo con el que escuchaba confesiones, atendía a los heridos y administraba la sagrada comunión y otros sacramentos, sin importarle la vigilancia política de sus captores ni las enfermedades que castigaban el campo.
No descansó un solo segundo en la atención a los demás, hasta que un trombo en una pierna le impidió moverse. Después, tras contraer una fuerte neumonía y disentería, fue trasladado a un simulacro de hospital donde se le negó atención médica. Murió el 23 de mayo de 1951. Su cuerpo fue enterrado en una fosa común, próxima al río Yalu. El 18 de agosto de 1951 se le concedió a título póstumo, la Cruz de Servicio Distinguido por sus acciones en la batalla de Unsan.
Sus propios compañeros de prisión, desde que fueron liberados en 1953, lucharon por la apertura del proceso de canonización. La Causa fue abierta oficialmente en 2008, y enviada a Roma por la diócesis de Wichita (EE.UU.), después de una intensa investigación.
Fue condecorado, en 2013, por el presidente Obama con la Medalla de Honor, la máxima condecoración militar que los Estados Unidos pueden conceder. El padre Kapaun fue el quinto sacerdote católico en recibir esta condecoración.