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#Espiritualidad Católica - #Nueva Evangelización - #AmarAlProjimoEsUnidad

Amar al prójimo es unidad. Ignorarlo es dolor

🔹San Agustín. Sermón 96, 2🔹

San Agustín. Sermón 96, 2

San Agustín. Sermón 96, 2- N.M.N.

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Tened, pues, fe acompañada de amor. Ese es el vestido nupcial. Amaos mutuamente quienes amáis a Cristo; amad a los amigos, amad a los enemigos (San Agustín. Sermón 96, 2)

▶️En el contexto de la Espiritualidad Católica: San Agustín nos presenta un punto fundamental de la Fe: la fe, por sí sola, no es suficiente. Debe ir acompañada del amor. No se trata de una fe encapsulada en lo social, sentimental, intelectual, activista o doctrinal, sino de una fe viva que se manifiesta en todas las dimensiones de nuestra vida y que en estas dimensiones hace presente el amor hacia Dios y hacia el prójimo. Es una fe que transforma, que impulsa a la reflexión y acción. Una fe que nos mueve reflejar la presencia de Dios. Muchas veces escuchamos que lo importante es "ser buena persona". El problema es que el concepto de "buena persona" se adapta a lo que cada cual quiere, el interesa o le da satisfacciones.

Como en la parábola de la Boda, el "vestido nupcial" alude a la unión mística entre Cristo y quienes nos congregamos en Su Nombre. La unión entre Dios y el alma de cada uno de nosotros. La fe acompañada de amor es lo que nos prepara para esta unión, es lo que nos hace dignos de participar en la "boda del Cordero" (Ap. 19, 7-9) La fe limpia nuestra alma para reflejar mejor la Luz de Dios. Sin este vestido, nuestra fe está desnuda, incompleta. La frase lleva también un claro llamado a la unidad y al amor fraterno dentro de la comunidad cristiana. El amor mutuo es una señal distintiva de los discípulos de Cristo (Jn 13,35). Amarnos los unos a los otros significa apoyarnos, perdonarnos, animarnos y edificarnos mutuamente en la fe. Es construir una comunidad donde cada miembro se sienta amado, valorado y perteneciente. Si vemos la realidad de nuestra Iglesia actual, nos daremos cuenta que hay demasiadas grietas que nos separan. Demasiados desprecios e indiferencias. Demasiados enfrentamientos por elementos estéticos o costumbristas. Amar al prójimo nos permite centrarnos en lo esencial, sin que lo esencial apague la maravillosa diversidad de dones y carismas que Dios nos ha regalado.

¿Y el amor a los enemigos? Amar a los amigos es fácil, natural. Pero amar a los enemigos es un desafío que nos exige superar nuestros instintos más básicos y seguir el ejemplo de Jesús, quien perdonó a sus verdugos en la cruz. Amar a los enemigos no significa estar de acuerdo con sus acciones, sino desear su bien, orar por ellos y buscar su conversión. Es romper el ciclo de la venganza y construir puentes de reconciliación.

▶️En el contexto de la evangelización digital, debemos ser testigos del amor de Cristo a través de nuestras palabras, nuestras acciones y nuestras actitudes en las redes. Debemos construir y mantener vivas las comunidades virtuales que hacen presente al Señor. Comunidades donde se vive el amor fraterno, la aceptación y el respeto. Debemos usar las redes sociales para promover la paz, bondad, belleza, verdad, justicia y la reconciliación.

Como hashtag proponemos el siguiente: #AmarAlProjimoEsUnidad Este hashtags puede ser utilizado para compartir reflexiones, testimonios y herramientas que nos ayuden a entender cómo amar al prójimo y practicar el perdón, especialmente en un tan mundo marcado por la la falsedad comunicativa, la división y el conflicto.

▶️ Preguntas para reflexionar: ¿Cómo nos desafía esta frase de San Agustín a vivir nuestra fe de manera más radical? ¿Qué significa para nosotros el "vestido nupcial"? ¿Cómo podemos ser un instrumento del amor de Dios en muestra comunidad y en el mundo? ¿Qué pequeño paso podemos dar hoy para amar más y mejor? ¿Cómo dejar de ser tibios e indiferentes con quienes viven su fe de forma diferente a nosotros?

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