#Espiritualidad Católica - #Nueva Evangelización
El amor nos restaura destruyendo la falsedad
San Agustín. Comentario al Salmo 122,1

San Agustín. Comentario al Salmo 122,1
Pues como el amor mata lo que fuimos, para que seamos lo que no éramos efectúa en nosotros cierta muerte (San Agustín. Comentario al Salmo 122,1)
Esta frase agustiniana de hoy no es sencilla. Nos habla de la transformación radical que produce el amor verdadero, un amor que implica una renuncia al "yo" anterior para dar paso a una nueva identidad, modelada por el amor divino. Es una muerte a lo viejo para un nacimiento a lo nuevo. Siendo "lo nuevo" lo que perdimos con el pecado original.
Tras leer la frase podríamos pensar en el amor como algo negativo, pero es así. Se presenta una destrucción necesaria, un "morir a uno mismo" para dejar atrás nuestras imperfecciones, egoísmos y todo aquello que nos impide amar verdadera y plenamente. "Lo que fuimos" indica todo lo que distorsiona y ensombrece la imagen de Dios en nosotros: vicios, egoísmo, vanidad, mundanidad y sobre todo, la necesidad de presentarnos como lo que no somos.
¿Qué éramos antes? Antes del pecado original la imagen de Dios en nosotros era lo preponderante. Aquí está la promesa de la transformación. Al morir a la falsedad, nos abrimos a la posibilidad de convertirnos en algo mejor. El amor de Dios nos moldea a imagen de Cristo, nos hace más compasivos, más generosos, más humildes, más pacientes. "Lo que no éramos" implica el amor nos regenera espiritualmente, nos da una nueva identidad como hijos de Dios.
El amor nos libera de las ataduras del egoísmo y nos capacita para amar a Dios y al prójimo de manera desinteresada. El amor nos transforma en herramientas de la gracia divina, capaces de reflejar la luz de Cristo al mundo. El amor nos conforma a la imagen de Jesús, el modelo perfecto de amor.
El Amor nos da energía para dejar que la Gracia haga un proceso transformador en nosotros. Pero esta "muerte" conlleva la necesidad del sacrificio. El amor verdadero siempre implica sacrificio y renuncia. No podemos amar plenamente sin morir a nuestro egoísmo. La "muerte" al pecado es un preludio a la resurrección a una nueva vida en Cristo. El amor nos da la esperanza de la transformación y la vida eterna. Por todo ello, esta frase nos invita a un proceso de conversión constante, a morir cada día a nuestros pecados y a crecer en el amor de Dios.
▶️En el contexto de la evangelización digital, esta frase nos desafía a ser auténticas y humildes herramientas de la transformación que el amor de Dios puede obrar en nuestras vidas. Nuestra propia experiencia de "muerte" y "resurrección" puede ser un poderoso testimonio para aquellos que buscan la verdad en la redes. ¿Qué podemos aportar a las redes cada día? Lo podemos resumir en una palabra: esperanza. Vivimos en una sociedad que piensa que no puede hacer nada para salir del profundo pozo en el que vive y sufre. Una palabra de esperanza es el mejor regalo que podemos hacer para que las personas vean la Luz que han perdido en su interior. Actualmente, las redes están llenas de falsedades, oscuridades y pesimismo. Si cada cristiano aportamos un semilla de mostaza de esperanza, pronto crecería un bello bosque de Luz en medio de la oscuridad.
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