La Sábana Santa vista por la ciencia (III)

Cesar Barta
César Barta, físico por la universidad complutense de Madrid, ha realizado una profunda labor de investigación y divulgación sobre la Sábana Santa. Un interesante tema que ha estudiado es la datación de la Sábana Santa, fundamentalmente por carbono 14, cuya cantidad en materiales orgánicos se reduce a la mitad cada 5730 años, lo que permite deducir su antigüedad. De modo que en los años ochenta se decidió coger un trocito de lino, material vegetal del que está hecha la Sábana Santa y analizarla en los tres laboratorios más cualificados para la datación de carbono 14.
Ya la forma en que se publicó el trabajo fue bastante extraña. Se convocó una rueda de prensa en Turín y otra en Oxford a partir de la cual los periodistas cogieron sus titulares, todo ello sin publicarse ningún artículo científico. Hubo que esperar 4 que apareciera el documento, donde se concluía que la Sábana Santa se había confeccionado entre finales del siglo XI y el XIV. “El lienzo de Turín es una falsificación”, se pregonó a bombo y platillo.
Sin embargo, el análisis estadístico que se muestra en el propio artículo indica que el nivel de significación de las medidas era de un 5%, es decir, que hay más de un 95 por de probabilidades de que haya habido un error no tenido en cuenta, lo cual demuestra que la medida que se hizo por carbono 14 no es fiable.
Algunos apuntan a que esa datación que obtuvieron pudo deberse a la contaminación (la reliquia llegó a ser testigo de un incendio del que la pudieron salvar de milagro). Sin embargo, la contaminación no puede introducir un error tan grande. Otra teoría es que se podrían haber cogido trozos de tela para los análisis provenientes de un remiendo posterior en el tiempo. César Barta prefiere quedarse con otra posibilidad: una radiación de neutrones. De hecho, ya en el artículo de los años 80 sobre el carbono 14 se consideraba esta posibilidad causa de la alteración de los resultados.
Experimentalmente, se ha demostrado que dosis muy bajas de neutrones pueden cambiar significativamente la cantidad de carbono 14 en un material sin que por ello se altere su estructura física. De modo que un ingeniero nuclear, Robert Rucker, desarrolló un modelo que asume una radiación homogénea de neutrones proveniente del cuerpo que estuvo en contacto con la sábana. Según este modelo, los neutrones que impactan el lino podrían generar un gradiente de radiación, con mayores dosis en las áreas más cercanas al cuerpo (como el torso) y menores en las más alejadas (pies y cabeza). Además, los neutrones que rebotan en la losa del sepulcro podrían contribuir a una mayor irradiación en la parte dorsal que en la frontal.
El modelo de Rucker encuentra respaldo en las discrepancias observadas en los resultados de las tres universidades que analizaron distintos trozos de tela de la Sábana. Cuanto más cerca del cuerpo estaba la muestra, más moderna parecía; cuanto más lejos, más antigua. Esto indicaría un gradiente de carbono 14 coherente con la hipótesis de la radiación de neutrones.
La anterior idea se refuerza a partir de un análisis de la fluorescencia ultravioleta que hizo en 2021 el profesor Thomas McAvoy, de la universidad de Maryland. De nuevo se observó un patrón de mayor fluorescencia en el centro de la sábana (zona del torso) y menor en los extremos, coincidiendo con las predicciones del modelo de Rucker. Esto encaja con experimentos donde se ha demostrado que aumenta la fluorescencia ultravioleta cuando se irradia el lino con mayores dosis de neutrones.
Por último, también se han utilizado otros métodos físicos y químicos para datar la Sábana Santa, tales como infrarrojos, espectroscopía Raman y difracción de rayos X. Son menos precisos que el carbono 14, pero arrojan resultados compatibles con una antigüedad cercana al siglo I, lo cual refuerza la hipótesis de que la medición por carbono 14 estuvo alterada, posiblemente por la radiación de neutrones.