Viernes, 29 de marzo de 2024

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«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»

Reflexión Domingo II de Pascua

por La alegría de la Buena Noticia

«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»

Queridos hermanos

¡Felices Pascuas a todos! Estamos celebrando en este día el domingo In Albis ¿Por qué se llama In Albis esta semana? Porque en la antigüedad era el tiempo en el que los que se habían bautizado iban vestidos con la túnica blanca que significaba ser testigos de la resurrección. También San Juan Pablo II dedicó este domingo a la Divina Misericordia y casualmente en esta festividad San Juan Pablo II fue llamado por Dios al Reino definitivo del Señor. Ir vestidos de blanco es símbolo de que estamos revestidos de la misericordia de Dios; eso es un cristiano. ¿Qué dice la palabra? En los Hechos de los Apóstoles dice que los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Ya es un prodigio inmenso ser testigos de la resurrección y de la misericordia. Y les llevaban a todos los enfermos que estaban en camillas para que los curaran. También, hermanos, esta es la misión que tiene la Iglesia, la de curar a todos los enfermos que están oprimidos por el diablo, es decir, por la división, la violencia; y hoy se respira mucha violencia en el mundo y en nuestro Perú, y la Iglesia tiene ese poder de curar esta violencia y hacernos testigos de su misericordia. Esto lo hace el Señor, esta es la revolución que presenta la Iglesia.

Por eso respondemos con este Salmo tan precioso, el Salmo 117: “La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular”, y esta piedra angular es Jesucristo y es un milagro patente, todavía hoy, predicar esta palabra para arrancar de nosotros el demonio.

La segunda palabra que es del Apocalipsis dice que “Juan estaba desterrado en la isla de Patmos por haber predicado la Palabra de Dios”. A mí me recuerda mi situación, me encuentro también desterrado por haber predicado la Palabra de Dios, pero el Señor quiere este encuentro más profundo en nosotros y por eso dice que estamos siguiendo a Jesús que es el primero y el último, y tiene las llaves de la muerte y el infierno, y tiene poder sobre la muerte.

El Evangelio es de San Juan donde y dice que el primer día de la semana estaban los apóstoles con las puertas cerradas por miedo a los judíos y Jesús traspaso esta barrera y apareció en medio de ellos, y ¿qué les dijo? “La paz con vosotros”. Es el mensaje, la potencia y el poder más grande que presenta la Iglesia. Hoy que tenemos tantas guerras emprendidas unos con otros, entre familias, pueblos y naciones, esta es la misión ¿quién predicará?  y ¿quién dará la paz? Por eso dice Jesús: “Como el Padre me ha enviado, así os envío yo a vosotros”. Esta es la misión que tiene la Iglesia, dar esta paz que viene de Él. Y dice que Él exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: “recibid el Espíritu Santo”. También hoy la Iglesia exhala este Espíritu, da este aliento a los mensajeros, a los profetas, para que prediquen este nombre y a quienes perdonen los pecados les quedarán perdonados. Hermanos, la Iglesia tiene este poder de perdonar y de experimentar este perdón, y también de retener este perdón. Y continúa diciendo el Evangelio que Tomás, uno de los Doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y ¿Por qué no estaba? Porque estaría en crisis y por eso no estaba en la comunión de los doce, no estaba en la Iglesia; y cuando le contaron que Jesús había resucitado y que había estado con ellos, dijo: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no creo”. Y Cristo le da garantía de su resurrección, Dios nos está dando a todos garantías fundadas de la resurrección de Jesucristo para predicar, más que nunca, el poder su poder que tiene la gracia de salvar al hombre del pecado. Por eso se apareció Jesús a Tomás dándole estas garantías; y le dijo: “has creído porque has visto, dichosos los que creen sin haber visto”. Hermanos, les invito a creer lo que Dios quiere hacer con nosotros, a ver en tu historia que Dios te ama, que Él está resucitado y tiene poder. Y termina el Evangelio diciendo: “esto se ha escrito para que creáis que Jesús es el Mesías”. Jesús es el Mesías, el enviado de Dios para darnos la paz. Les invito a creer para que tengáis vida en su Nombre.

Hermanos, que la bendición de Dios esté con todos vosotros.

+ Mons. José Luis del Palacio
Obispo E. del Callao

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