Religión en Libertad

Laura Indart dirige el último producto de Aula Mucha Vida centrado en el método sintotérmico

Métodos naturales, ¿un anticonceptivo siempre listo? Un nuevo curso los explica y aclara diferencias

"Comprender tu fertilidad te prepara para vivir con mayor plenitud. También para acoger la vida, si llega ese momento", explican.

Redacción REL
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En los últimos años, el recurso y promoción de los métodos naturales de reconocimiento de la fertilidad están acrecentándose como la verdadera alternativa a las técnicas de reproducción asistida. Laura Indart, experta en fertilidad, salud reproductiva y educación del ciclo femenino, acaba de lanzar Aprende a reconocer tu fertilidad con el método sintotérmico. Un curso que no solo ofrece un planteamiento muy distinto al de la anticoncepción, sino que también cuestiona los fundamentos de la misma.

Y es que, según la experta, no se entiende cómo, en un momento en que la mujer ha vivido supuestamente la liberación de su sexualidad, sin embargo no conozca algo tan básico como es su ciclo. Ese desconocimiento sería uno de los motivos que la llevó a querer transmitir las enseñanzas de la Iglesia en lo relacionado al matrimonio, vida y familia, lo que también hace ahora con el curso Aprende a reconocer tu fertilidad con el método sintotérmico

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Ser consciente de que para muchos a su alrededor no había “diferencias significativas” entre la anticoncepción y el recurso al reconocimiento del ciclo femenino, terminó por llevarla a profundizar en su formación y, después, a impartir sus primeras enseñanzas al respecto. Hoy, Laura Indart es instructora de reconocimiento de la fertilidad capacitada por la Universidad Católica de Ávila y cuenta con multitud de titulaciones que la convierten en una voz autorizada.

Una de sus especializaciones es el llamado método sintotérmico, uno “de los más completos” y avalados en cuanto a los parámetros de estudios y observación y que componen el grueso del curso ofrecido por Aula Mucha Vida. Un programa que, además, mantiene sus condiciones más valoradas: documentos descargables, modalidad online, sin horarios ni ubicación concreta y con 21 sesiones en la que no solo se ofrecen respuestas, sino también “una mirada completa, clara y respetuosa sobre tu cuerpo, tu ciclo y tu capacidad de dar vida”.

El programa, que puede consultarse en la web del curso Aprende a reconocer tu fertilidad con el método sintotérmico, no solo simplifica el conocimiento y seguimiento de este método, sino que lo complementa con una cosmovisión que respeta en todo momento el orden natural, el matrimonio y la paternidad responsable.

Qué es y qué no es la paternidad responsable

La misma responsable del nuevo curso despeja este último término de interpretaciones erradas y lo inscribe en primer lugar en el marco de uno de los fines del matrimonio, la procreación y educación de los hijos.

De este modo, dice, se comprende que la paternidad responsable no se refiere solo a la decisión del número de hijos a tener, sino a la “vocación inscrita el matrimonio a colaborar con la llegada de nuevas vidas” y en ser “colaboradores con Dios en la creación”.

Enumera, además, otros aspectos que complementan el término de la paternidad responsable, como puede ser la propia vivencia de la castidad, “porque solo una persona casta es dueña de sus propios impulsos”, o el llamado a “conocer los procesos y leyes biológicas” del propio cuerpo.

Y aquí es donde entra en juego el curso Aprende a reconocer tu fertilidad con el método sintotérmico, dirigido según la profesora y la propia organización de Aula Mucha Vida a novios y matrimonios que deseen conocer o profundizar en la materia de forma asequible y a ritmo propio. De hecho, la experta considera que el público objetivo es extenso, pues “cualquier mujer debería poder reconocer su ciclo de la mejor manera posible”.

[Frente a los mitos de los llamados "métodos naturales", Laura Indart los refuta y aclara en su curso: accede aquí]

“Resulta curioso que todavía hoy, en un momento en el que supuestamente ya no hay tabúes en la sexualidad, en que la mujer supuestamente ha vivido una liberación de su sexualidad y, sin embargo, no conozca algo tan básico como es su ciclo”, subraya.

Métodos naturales y anticoncepción: una diferencia sustancial

Otra de las grandes respuestas que ofrece la especialista y en las que los inscritos podrán profundizar es la argumentación sobre las diferencias entre los métodos naturales de planificación familiar y la anticoncepción.

De entre el amplio abanico de respuestas, nos adelanta “una diferencia sustancial” entre ambos, y es que “los métodos naturales no son anticonceptivos, porque estos siempre tienen un mecanismo que busca una relación infértil mediante una intervención directa”. Frente a esta, el método natural se basaría únicamente en el “reconocimiento de ciclos” que nunca tendrá “capacidad anticonceptiva”.

“Si tienes relaciones un día fértil, por mucho reconocimiento que hagas, el método no tendrá la capacidad de evitar que se produzca el embarazo”, explica.

Ser conscientes de esta metodología ha cambiado muchos matrimonios. “Descubren que nuestros cuerpos están bien hechos, que tienen un sentido, que Dios ha dispuesto que haya unos tiempos en los que no hay fertilidad y otros en los que sí, precisamente para el bien de ese matrimonio. Y les permite ser conscientes de la positividad de la llegada de las nuevas vidas de los hijos”, enumera.

Métodos naturales, ¿obsolescencia o rigor científico?

En los primeros bloques se explican los fundamentos y el método paso a paso para conocer a fondo el ciclo y fertilidad femeninos, usando un método tremendamente efectivo y respetuoso: el sintotérmico. Otros dos últimos bloques abordan y responden otras cuestiones de fondo como “La fertilidad como don”, la diferencia misma entre los métodos naturales y la anticoncepción o la eficacia de los mismos.

La especialista se adelanta a las posibles objeciones al recurso a métodos naturales, especialmente los que dudan de su validez por considerarlos obsoletos. Una crítica alejada de la realidad actual, pues actualmente su práctica no se basaría en predicciones, como hace años, sino en los indicadores de fertilidad, “producidos por cambios hormonales que ya se han comprobado científicamente”.

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Contra el mito de la “regularidad”

También desmiente que el uso de los llamados “métodos naturales” sean válidos únicamente para mujeres con ciclos regulares.

De hecho, explica que en estos casos “son aún más necesarios, porque una mujer con ciclos regulares los conoce más o menos y tiene un histórico que puede servir de referencia”, mientras que, en el otro caso, “es necesario poder reconocer en cada momento los cambios que se van sucediendo”.

Una metodología ejercida desde la razón y la voluntad

Refuta, en tercer lugar, la objeción que considera a dicha metodología como algo imposible de vivir. “Supone la vivencia de la castidad, y sin ser dueños de nuestros propios impulsos, esto no sería posible. No debe ser un ejercicio de la sexualidad meramente represivo, sino integrado en la virtud. No es un imposible de vivir, eso respondería a una visión animal por la que nos dejamos llevar por nuestros impulsos: pero no es así. Podemos ejercer un dominio desde la razón y la voluntad”, agrega.

¿Un anticonceptivo siempre listo? La necesidad de “motivos graves”

Otra de las visiones que matiza Laura Indart es la de que la los métodos naturales de reconocimiento de la fertilidad pueden aplicarse de forma anárquica, en todo momento y circunstancia.

“La Iglesia nos enseña que cuando los esposos toman la decisión de espaciar un embarazo, debe ser tomada por graves motivos y en respeto de la ley moral”, explica. Una afirmación que acompaña de referencias a la encíclica Humanae Vitae, que legitima el espaciamiento cuando existen “serios motivos derivados de las condiciones físicas o psicológicas de los cónyuges, o de circunstancias exteriores”.

No es una mentalidad de tener siempre como un anticonceptivo listo, sino algo que la Iglesia dice que es bueno usar en las situaciones en que sea necesario plantearse ese espaciamiento”; agrega. Matiza, del mismo modo, el significado de la “apertura a la vida”, que no significa “buscar en todo momento el embarazo, sino que cada relación integre las dos dimensiones, unitiva y procreativa”.

El hijo como don: ¿Espontaneidad o mentalidad de control?

La especialista concluye abordando otro de los aspectos incluidos en el curso y temario como es el de “Los hijos como don”. ¿Podría el espaciamiento y la planificación natural corromper esta visión? Preguntada por ello, advierte de que un mal uso del reconocimiento de los ciclos pueda llevar a una “mentalidad de control” y, con ella, “a perder de vista que somos administradores del don de la fertilidad, pero en última instancia, es Dios el dueño de la vida”.

“Por eso creo que la Iglesia nos enseña el modo correcto de vivir esto, espaciar un embarazo cuando hay un motivo grave o serio para ello”, menciona.

Del mismo modo, llama a profundizar en la comprensión de la vocación matrimonial como “colaboradores con Dios en las nuevas vidas”, lo que permitirá mantener la consideración de la vida como don y misterio.

En sentido contrario, advierte por último de los “peligros de vivir de la espontaneidad”, pues “como personas, somos capaces de entender lo bueno en cada momento, y viviendo desde la inteligencia y voluntad, se facilita que se busque la relación activamente como un bien y no dependiendo de las apetencias”. “Se trata de ordenar nuestros afectos y nuestros impulsos hacia el bien de nuestra persona, nuestro cónyuge, nuestro matrimonio y familia”, concluye. 

[Puedes obtener más información sobre el curso Aprende a reconocer tu fertilidad con el método sintotérmico en el portal de Aula Mucha Vida]

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