Religión en Libertad

Gambetti y Reina son cardenales novatos; Farrell, como Camarlengo, dirige la Iglesia estos días

Estos son los cuatro cardenales que gobernarán la Iglesia durante la Sede Vacante

De izquierda a derecha, los cardenales Farrell, Reina, Donatis y Gambetti, que mantienen sus cargos en Sede Vacante

De izquierda a derecha, los cardenales Farrell, Reina, Donatis y Gambetti, que mantienen sus cargos en Sede Vacante

Pablo J. Ginés
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Los cardenales Farrell, Donatis, Gambetti y Reina son los únicos 4 curiales que se mantienen en el cargo durante el periodo de Sede Vacante.

Al morir el Papa, cesan automáticamente de sus cargos todos los jefes de los dicasterios de la Curia (los "ministerios" de Gobierno de la Iglesia), incluyendo al Secretario de Estado (Pietro Parolin, considerado hasta ahora el "número 2 del organigrama vaticano"), los prefectos y los presidentes arzobispos, e incluso los miembros de los mismos dicasterios. 

Sólo 4 personas mantienen sus cargos, y son el cardenal Farrell (norteamericano nacido en Irlanda) y tres italianos, los cardenales Donatis, Gambetti y Reina. De ellos, la tarea más importante recae sobre Farrell, aunque los otros supervisarán tareas logísticas esenciales.

Los 4 tienen tareas orientadas a facilitar que se celebren las exequias del Pontífice difunto, se organice bien el Cónclave y se mantengan los derechos de la Sede Apostólica, siempre en colaboración con el colegio cardenalicio (el conjunto de todos los cardenales del mundo). El cónclave suele celebrarse entre 2 y 3 semanas después de la muerte del Papa, aunque puede ser algo antes si lo acuerdan los cardenales (por ejemplo, si todos llegan pronto, cosa que la tecnología moderna favorece).

Kevin Farrell, el Camarlengo: de Texas a dirigir la Iglesia

En la práctica, en Sede Vacante, el cardenal Camarlengo dirige la Iglesia, aunque solo para encauzar los funerales papales y el cónclave. El camarlengo es desde febrero de 2019 Kevin Farrell, de 77 años, nacido en Irlanda pero formado en EEUU.

Farrell fue ordenado sacerdote en la congregación de los Legionarios de Cristo en 1978, con 31 años, pero pasó a ser incardinado como sacerdote diocesano de Washington (Distrito Columbia) en 1984, con 36 años. A los 54 fue nombrado obispo auxiliar de Washington, y a los 59 pasó a ser el obispo de Dallas (Texas), una diócesis rica, de 3,5 millones de habitantes, de los que un tercio son católicos.

Tras 9 años pastoreando Dallas, Francisco le llevó a Roma, le encargó el Dicasterio de Familia, Vida y Laicos en 2016, y lo creó cardenal. Tres años después, sin dejar nunca este importante dicasterio, Francisco lo nombró además cardenal Camarlengo. También era, hasta llegar la Sede Vacante, Presidente de las comisiones pontificias de Inversiones y de Asuntos Confidenciales, cargos de los que cesa automáticamente.

Así, se trata de un hombre que conoce a los ricos de Estados Unidos (por su paso en Dallas y Washington), a las organizaciones y movimientos laicos, y a la Curia romana. Por su papel visible estos días, conexiones y su edad podrían verlo algunos como posible candidato papal, pero hay una norma no escrita que quita posibilidades a los norteamericanos (por no concentrar poder mundial en esa nación) y también contra los camarlengos (por la neutralidad exquisita que se espera de ellos).

Angelo De Donatis, el Penitenciario Mayor

Italiano de 71 años, se ordenó sacerdote en la diócesis de Nardó con 26 años, pero a los 29 se incardinó en Roma donde realizó toda su carrera. Francisco lo hizo obispo auxiliar de Roma en 2015, con 61 años. Dos años después, lo nombró Vicario General de Roma, que en la práctica es quien se encarga del día a día práctico y espiritual de esa diócesis tan especial. Meses después, en el consistorio de junio de 2018, fue creado cardenal.

Hace un año, su cargo de Vicario general pasó a Baldassare Reina y Donatis, con 70 años, era nombrado Penitenciario Mayor de la Penitenciaría Apostólica. Mantiene este cargo durante estas semanas de Sede Vacante.

La Penitenciaria gestiona a nivel mundial la absolución de censuras, dispensas, conmutaciones, sanaciones ("regularización" de situaciones irregulares) y otras situaciones similares. En 2025, que es Año Jubilar y muchas diócesis piden privilegios especiales para dispensas y perdones especiales, tiene más trabajo que de costumbre, además de atender a los peregrinos.

El Penitenciario Mayor mantiene su cargo y sigue gestionando los asuntos ligados a perdones e indulgencias. Pero de Donatis, que ha sido durante 7 años el encargado del "día a día" de la diócesis de Roma, también ayudará a que todo funcione bien durante la Sede Vacante.

Baldassare Reina, el Vicario General de Roma

Baldassare Reina tiene sólo 54 años, es uno de los cardenales más jóvenes, no tiene ninguna posibilidad de ser elegido pontífice en este Cónclave, pero probablemente verá algunos cónclaves más en el futuro, y para entonces habrá conocido a multitud de cardenales relevantes. Sustituye a Donatis al frente del día a día de la diócesis romana.

Con 51 años fue nombrado obispo auxiliar de Roma, y es el Vicario General de Roma desde octubre, y cardenal sólo desde diciembre. Cada cardenal que llegue al Cónclave y vea algo que no le gusta en Roma puede echarle la culpa al Vicario General, pero como Reina apenas lleva medio año en el cargo, puede exculparse. 

Tiene que poner todo de su parte para que la vida religiosa de la ciudad siga con normalidad, encauzando la fe de los romanos en estos días especiales de Sede Vacante y acogiendo correctamente a los cardenales.

Mauro Maria Gambetti, Vicario del Vaticano

El italiano Gambetti, de 59 años, franciscano conventual, cardenal desde 2020, mantiene su cargo al frente del vicariato de la Ciudad del Vaticano y como arcipreste de la Basílica de San Pedro.

Tiene que asegurarse que todo vaya bien en las instalaciones vaticanas, donde se celebrarán las exequias y el Cónclave.

Tiene este cargo desde febrero de 2021. También gestiona las villas pontificias de Castel Gandolfo y el cuidado espiritual de los residentes en Ciudad del Vaticano (lo que incluye eclesiásticos y curiales).

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