Viernes, 19 de abril de 2024

Religión en Libertad

San Elesbaam de Etiopía, emperador.

San Elesbaam de Etiopía, emperador.

La bella leyenda de un rey etíope que lo abandonó todo por Cristo, en la Orden del Carmen.

Ramón Rabre

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San Elesbaam.
San Elesbaam.

San Elesbaam de Etiopía, emperador y carmelita. 27 de octubre, 20 de mayo y 1 de septiembre.

Nació Elesbaam en el siglo IV, en la ciudad de Auxum, y era hijo de Fazena, descendiente de la reina de Saba. Según la tradición, la cristiandad había llegado a Etiopía por medio de aquel etíope que bautizó San Felipe (3 de mayo) en Hch 8, 26-40. Aquel al regresar a Etiopía predicó el Evangelio ante el rey. Edesio y Frumencio, esclavos del emperador, preocupados por la falta de sacerdotes que guiaran a la nueva nación conversa, buscaron ministros del Señor que enseñaran la liturgia y las costumbres católicas. San Atanasio de Alejandría (2 de mayo) consagró obispo a San Frumencio (1 de agosto, Iglesia copta; 27 de octubre y 30 de noviembre, Iglesias Ortodoxas Griega) y lo envió de vuelta (esto es imposible, pues Atanasio y Frumencio vivieron entre los siglos III y IV, no en tiempos apostólicos, pero para los antiguos saltarse dos o tres siglos no era mayor problema). Con él entraron a Etiopía unos monjes carmelitas, enviados por el General. El emperador construyó un palacio para el obispo y un convento para los religiosos, convirtiendo Santa María de Sión, otrora templo pagano edificado por la reina de Saba, en catedral y monasterio al mismo tiempo.

Muy joven subió Elesbaam al trono, al morir su padre y, aunque poseía grandes riquezas y poderío, vivía en su palacio como un monje. Era austero en el comer, el vestir y las diversiones. Edificó bellas iglesias y monasterios para religiosos y religiosas del Carmelo. Sus devociones principales eran la Virgen María y San Gabriel arcángel, que varias veces le acompañó en sus batallas. La más importante de sus guerras fue con Dunaan, rey de Arabia, que invadió a Etiopía. Aunque nos dice esta obra que no fue por perder su tierra por lo que luchó Elesbaam, sino porque este rey era hereje nestoriano y asesinaba católicos, destruía iglesias y monasterios, como algunos de la orden del Carmen.No hay que decir que aunque Elesbaam tenía menos soldados, venció inmediatamente, arrasando a los enemigos de la verdadera fe. Luego hicieron la paz, porque Elesbaam le perdonó su maldad contra los cristianos si se convertía a la fe, y al mismo tiempo en tributario suyo. Pero no duró la cosa, Dunaam, una y otra vez se rebeló, fue vencido y perdonado, y siempre padecían los cristianos, los religiosos. Hasta que, finalmente, martirizó a San Aretas y compañeros (24 de octubre) y Elesbaam invadió sus tierras y le mató, luego de oir consejo del santo carmelita, el abad Pantaleón.

Elesbaam, carmelita.
Luego del regreso, Elesbaam se dirigió de nuevo al abad Pantaleón y pidió el hábito del Carmen. Después de probarle, le admitió entre los religiosos. Fue novicio ejemplar y eligió la celda más humilde, trabajó en el campo y la cocina como los demás, sobresaliendo en virtudes como la penitencia, la oración y el silencio regular. Usaba cilicio, se disciplinaba y dormía en el suelo, sin usar jamás el camastro que tenían todos los religiosos. Solo abandonó la soledad de la celda, para ser ordenado presbítero en la catedral de Auxum, para luego volver a su querido monasterio. Su oración fue desde entonces más intensa, bajando los ángeles del cielo a acompañarle y resplandeciendo su celda. Era tentado constantemente por el demonio en forma de serpientes y alimañas, pero vencía por su humildad y paciencia.

Enfermó y se puso en peligro de muerte Elesbaam y los religiosos quedaron consternados. Solo se supo la noticia, miles de sus otrora súbditos fueron a verle y llorar por su pronta muerte. Llegado el momento final, descendieron la Virgen María y muchos ángeles a buscar su alma, y llevarla al paraíso. El cuerpo fue llevado a la catedral, para los funerales, que fueron solemnes y multitudinarios y trasladado nuevamente a la iglesia del monasterio, donde fue sepultado. En 1630 fueron restauradas la capilla y la tumba por los monjes coptos que son los que viven allí y mantienen su culto.

Patronatos, culto e iconografía.
San Elesbaam es patrono de los marineros, desde que en una ocasión guió a marinos etíopes en una batalla, y de los caminantes. Su memoria es el 27 de octubre, día en que murió, entre los años 530 y 540, aunque los coptos lo celebran a 20 de mayo y 1 de septiembre. Aunque no tuvo oficio propio ni estuvo incluido en el calendario de la Orden, ni en la Iglesia, fue un santo popular en la Orden del Carmen, en algunos ambientes: Portugal y Brasil, por dos motivos principales (y que merecen un estudio más exhaustivo): A Portugal llegó desde Andalucía, gracias a Fray Francisco de Santa Elena O. Carm., que en su iglesia de Lisboa erigió en 1735 un bello altar e imagen realizada por Jerónimo da Costa, con fama de milagrosa, del santo. De allí pasó a Brasil, donde los esclavos procedentes de Etiopía, ya conocían a Elesbaam y su culto, lo que fue aprovechado por los evangelizadores, para inculturar la fe entre los esclavos. Así es que, junto a Santa Efigenia (21 de septiembre) sus imágenes pueden verse en estas regiones, pero fuera de ahí, poco más.

La iconografía de Elesbaam mezcla los momentos de su vida como rey y religioso, por eso aparece normalmente vestido de carmelita y con una lanza, terminada en cruz. Esto significa su victoria sobre la herejía de Dunaam (al que aparece venciéndole en ocasiones). También puede llevar una maqueta de iglesia por ser bienhechor de la Iglesia y fundador de varios monasterios. También lleva una corona imperial a los pies, símbolo del abandono del mundo en pos de Cristo.

Fuente:
-"El Carmelo Ilustrado con favores de la Reina de los ángeles" P. FRANCISCO COLMENERO. Valladolid, 1754. 

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