Religión en Libertad

El documental «What a Woman Is» rompe una lanza por el patriarcado

Timothy Gordon tiene el objetivo declarado de demostrar la incompatibilidad intrínseca entre feminismo y naturaleza humana.

No es preciso compartir todos los planteamientos de este documental para darse cuenta de la importancia de los debates que plantea.

No es preciso compartir todos los planteamientos de este documental para darse cuenta de la importancia de los debates que plantea.What a woman is (captura)

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“Aquellos que, equivocadamente, creen ser del género opuesto padecen lo que se conoce como ‘disforia de género’. El ejemplo más llamativo es, por supuesto, el transgenerismo. Sin embargo, esto es un síntoma, no un diagnóstico. La disforia de género es, filosóficamente, la falacia de que los hombres y las mujeres pueden intercambiar sus roles de mutuo acuerdo. A comienzos de la década de 2010, esto se expresó principalmente a través del movimiento LGBTQ, pero el término correcto es ‘feminismo’. Ser feminista es despreciar la naturaleza objetiva de la sexualidad y de los roles de género, lo cual ocurre mucho antes de que el maquillaje y las cirugías entren en escena. Odiar la propia naturaleza sexual es ser disfórico. Y, para codificar la disforia como ley, antes hay que derrocar a la institución que mantiene el statu quo; dicho de otra forma, no puede haber transgenerismo sin derrocar primero al patricarcado. Bienvenidos al mundo de la posrevolución, donde el verdadero indicador de que la guerra contra el patriarcado ha sido ganada no es el transgenerismo, sino el feminismo”.

1. ¿Qué es “What a Woman Is”?

Con este sugestivo y desacomplejado planteamiento como obertura, el documental What a Woman Is se ha estrenado el 10 de diciembre de 2025 con el objetivo declarado de demostrar la incompatibilidad intrínseca entre feminismo y naturaleza humana, y de plantar cara al desbarajuste social y antropológico que aqueja a Occidente con un remedio de pedigrí católico: el patriarcado.

La película es un ambicioso proyecto del escritor y youtuber estadounidense Timothy Gordon, que toma como base su obra más emblemática, The Case for Patriarchy (que podría traducirse como “Apología del patriarcado”). 

Timothy Gordon, 'The Case for Patriarchy' ('Apología del patriarcado'), una rompedora obra que busca expresar la verdad sin miedo a los dogmas de la ingeniería social contemporánea.

Timothy Gordon, 'The Case for Patriarchy' ('Apología del patriarcado'), una rompedora obra que busca expresar la verdad sin miedo a los dogmas de la ingeniería social contemporánea.Sophia Institute

Los (¿pocos?) iniciados en el curioso mundo de los youtubers católicos de lengua inglesa quizá conozcan a Gordon como un personaje controversial y combativo, un polemista nato al más puro estilo americano. Sin embargo, no por ello debemos desestimar sus argumentos a priori, pues su trayectoria como escritor revela una clarividencia que también permea el documental. 

Timothy Gordon, en el estudio de su canal, cuyo nombre no tiene complejos: 'Rules for Retrogrades [Normas para retrógrados]'.

Timothy Gordon, en el estudio de su canal, cuyo nombre no tiene complejos: 'Rules for Retrogrades [Normas para retrógrados]'.'What a woman is' (captura)

Porque Gordon no es ningún mindundi; se trata de un tipo con una sólida formación filosófica y jurídica, que, con mejores o peores modales, lleva más de un lustro siendo la voz que clama en el desierto en defensa del patriarcado y en contra de los feminismos presuntamente cristianos que pululan en ambientes católicos.

  • Tráiler de 'What a woman is'.

De hecho, el propio nombre de la cinta constituye una declaración de intenciones, pues retoma el título del exitoso documental What Is a Woman? (en inglés, “¿qué es una mujer?”), del también escritor y youtuber católico Matt Walsh, que expuso ante el gran público la pasmosa absurdidad del poderoso movimiento “trans”. Pero What a Woman Is (en inglés, “lo que es una mujer”) va un paso -o, mejor dicho, varios- más allá, pues pretende dar una respuesta en clave cristiana a la pregunta sobre cuál es realmente la naturaleza femenina... ¡y vaya que lo hace!

2. ¿De qué va?

El documental comienza retrotrayéndose 175 años, para realizar un sucinto recorrido histórico por las distintas etapas del movimiento feminista con el fin de desmontar el habitual mito de que el feminismo era “bueno” en sus orígenes y no fue hasta la década de los sesenta que se corrompió al amalgamarse con la revolución sexual. Resulta encomiable la claridad con la que se identifican los problemas fundacionales del movimiento feminista y de sus “matriarcas”, si bien se hace un énfasis excesivo en el aspecto de la brujería, que resta algo de seriedad al recuento cronológico. Sin embargo, esto no debe desanimar al espectador, pues la película pasa rápidamente a explicar cómo fue desmantelado progresivamente el sistema patriarcal heredado del cristianismo y justo ahí es donde inicia lo realmente interesante.

El planteamiento central es que la destrucción del patriarcado se logró, principalmente, mediante la incorporación de las mujeres a la fuerza laboral, lo cual convenía a los poderosos, pues daba a los gobiernos el doble de contribuyentes y a las empresas, el doble de trabajadores. Pese a que las familias rápidamente se acostumbraron a disponer de un mayor ingreso económico (en esa época, los sueldos no habían caído a los atroces niveles actuales), las mujeres comenzaron a reportar -desde la década de 1970- cada vez mayores niveles de infelicidad e insatisfacción. ¿La razón? Que hombres y mujeres habían adoptado colectivamente un esquema social inherentemente disfórico, ignorando que los roles de género no son meras construcciones sociales, sino la traducción funcional del reconocimiento de que ambos sexos son iguales en dignidad, sí, pero distintos en todo lo demás.

Resulta inevitable percatarse de que el análisis del documental casa a la perfección con la visión antropológica de la brillante pensadora católica Alice von Hildebrand, quien en su libro El privilegio de ser mujer explica que la agenda feminista pretende virilizar a la mujer, haciendo que -de forma inadvertida- ésta asuma la superioridad del sexo masculino al buscar “igualarse” con los varones, priorizándose así una demencial equidad, que aspira a ser absoluta, sobre la verdad y la justicia. 

Alice von Hildebrand, 'El privilegio de ser mujer': un afirmación contundente de la feminidad frente al feminismo.

Alice von Hildebrand, 'El privilegio de ser mujer': un afirmación contundente de la feminidad frente al feminismo.Eunsa

Esta mención cobra especial relevancia considerando que, en la reciente nota doctrinal sobre la monogamia, Una caro, el Vaticano cita exhaustivamente a Alice y a Dietrich von Hildebrand al hablar de la complementariedad de los sexos de cara al matrimonio.

Un gran acierto de Timothy Gordon ha sido incorporar los testimonios de personas fascinantes que, desde sus respectivas trincheras, van relatando experiencias y opiniones para construir un mosaico completísimo de los problemas teológicos, políticos, educativos y, ultimadamente, vivenciales del Occidente feminista

Entre los entrevistados se encuentran:

  • el padre Chad Ripperger, notable exorcista de la arquidiócesis de Denver;
  • Will Knowland, un profesor que fue despedido del prestigioso internado inglés Eton College por sostener en sus clases que la masculinidad ha sido indispensable para el progreso de la humanidad y que hombres y mujeres son diferentes tanto a nivel psicológico como biológico;
  • y Megha Lillywhite, una madre de familia que se dedica a promover la literatura clásica y que ofrece un potente testimonio personal sobre el estigma social que enfrentan las mujeres que deciden prorizar a su familia sobre una carrera profesional.

Y esta es, precisamente, una de las mayores virtudes del documental: presentar de primera mano cómo las jóvenes se enfrentan a una sociedad que abomina de la femineidad y que les exige adoptar metas y comportamientos tradicionalmente masculinos para “ser alguien en la vida”. A juzgar por los comentarios de quienes han visto el documental, se trata del aspecto que más profundamente toca las fibras sensibles de las espectadoras, quienes reconocen desconsoladas que han sido embaucadas por un feminismo que, en el “mejor” de los casos, les ha hecho creer que pueden “tenerlo todo” -ser madres de familia y trabajadoras a tiempo completo-, con el brutal desgaste que eso conlleva, y en el peor, las ha menospreciado abiertamente por negarse a ignorar su vocación natural como madres y esposas.

“¿Cuándo vas a regresar a trabajar? ¡Vaya, yo me aburriría siendo ama de casa, necesito retos profesionales! ¿No te preocupa no ganar tu propio dinero? ¿Y si te divorcias?”. Comentarios como estos, frecuentemente de amigas y familiares, son muestra fehaciente de que la disforia de género en clave feminista ha emponzoñado a una sociedad que ya no sabe valorar lo que es ser mujer -ni, por extensión, lo que es el matrimonio-.

En ese sentido, si bien el documental está dirigido a un público amplio, que va desde estudiantes de bachillerato hasta personas mayores, resulta evidente que su mensaje resonará más con hombres y -sobre todo- mujeres en edad “casadera”, así como con parejas recién casadas.

Por otra parte, dado lo atrevido de la premisa, no es ninguna sorpresa que se trate de una producción amateur desde un enfoque netamente cinematográfico. Sin embargo, no por eso desmerece en modo alguno; al contrario, nos hallamos ante un documental que amerita ser visto más por lo valiente y “disruptivo” de su contenido que por sus proezas fílmicas. Y sí, la calidad del sonido -fluctuante entre las diferentes escenas-, la fotografía durante las entrevistas -en ocasiones, desde ángulos poco favorecedores- y la edición general podrían ser mejores, pero esto no llega a obstaculizar la correcta exposición de las vivencias y argumentos.

3. ¿Dónde se puede ver?

Debido a lo enfadoso que resulta el tema para una sociedad poscristiana que ha hecho del feminismo dogma de fe, la cinta no se emitirá en cines en ningún país y, según cuenta su realizador, encontrar una plataforma para darle difusión fue todo un peregrinaje por el desierto.

Providencialmente, la afamada comentarista política Candace Owens accedió a distribuir el documental, y What a Woman Is ya está disponible en su sitio web por 1,99 dólares americanos, es decir, menos de la mitad de lo que costaría una entrada de cine con descuento de “día del espectador”. El audio está en inglés, pero existe la opción de habilitar subtítulos en inglés, español, francés y alemán -nótese que son autogenerados, con lo que eso implica-.

4. ¿Merece la pena?

En pocas palabras, , pero hay que saber qué esperar.

What a Woman Is no es una producción dominguera con la que uno se topa inesperadamente mientras recorre Netflix ni es una de esas películas asépticas que los estudios mastodónticos hacen en serie. Al contrario, es una rara avis -reflexiva, ambiciosa e incómoda- que reta muchas de las nociones que nos han sido inculcadas desde hace décadas en la escuela e incluso en nuestras familias. 

Y no me refiero sólo a aquellos “católicos a la carta” que están a favor del aborto “en algunos casos” o que consideran que “ya es tiempo” de que las mujeres puedan acceder al sacerdocio, sino a quienes van a misa cada semana e intentan sinceramente vivir conforme a los preceptos de la Iglesia. Porque, en estos tiempos, escuchar -como menciona el documental- que la mujer no debe trabajar fuera de casa salvo en casos de necesidad o que debe sujetarse a lo que diga su marido en las cuestiones prudenciales -es decir, aquellas que no implican pecar- provoca escozor hasta en los oídos de los más piadosos. Pero, como bien advertía Chesterton, si algo nos ofrece la Iglesia, es liberarnos de la humillante esclavitud de ser hijos de nuestro tiempo.

No tengamos miedo a la incomodidad, antes bien, juzguemos con honestidad si lo que dice el documental no nos fastidia precisamente porque lleva algo de razón. Y es que, si al escuchar citas textuales de documentos magisteriales que no tienen ni cien años nos revolvemos en la silla, incómodos y ansiosos por encontrar algún pretexto para desestimarlas, debemos contemplar la posibilidad de que la ingeniería social haya operado ya a tal grado que el modelo católico de sociedad nos parece absurdo, mientras que el modelo anticristiano de sociedad liberal nos resulta “evidente” y “normal”. ¿Seguimos dispuestos a defender la indisolubilidad del matrimonio frente al divorcio incausado? ¿La plena apertura a la vida frente a la anticoncepción? ¿La fe católica como única verdadera frente al indiferentismo religioso? ¿El patriarcado frente al feminismo? Sirvan estos ejemplos para movernos a la reflexión.

Independientemente de que coincidamos con el documental in toto -yo mismo discrepo de algunos puntos-, resulta innegable que se trata de una producción “diferente” y que Timothy Gordon ha tenido el valor de presentar un filme genuinamente contrarrevolucionario, que echa mano de argumentos fundados en la Escritura, en la Tradición y en el Magisterio de la Iglesia. Y eso, en sí mismo, es razón suficiente para que merezca la pena verlo.

Veritas vos liberabit (Jn 8, 32).

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