Martes, 19 de marzo de 2024

Religión en Libertad

Evitar a la prensa, ir a por políticos jóvenes... un informe del lobby trans IGLYO lo expone

Los 11 pasos que admiten los lobbies trans para que los países aprueben sus locas leyes de género

Los 11 pasos que admiten los lobbies trans para que los países aprueben sus locas leyes de género
Los lobbies transexuales están bien organizados y financiados para cambiar leyes, culturas y para multar a quien no les dé la razón

P.J.G./ReL

IGLYO (www.iglyo.com) es un lobby LGTB y de género especializado en juventud, que coordina a 96 asociaciones europeas. Los adolescentes y jóvenes son muy importantes para la ideología de género y transexual: son dúctiles, manipulables, se sienten confusos e insatisfechos, son inconformistas, su cuerpo está cambiando, se sienten solos, incomprendidos... y son sexualmente apetecibles. Es relevante el testimonio del homosexual Chad Felix Greene en el Huffington Post que constataba preocupado que la inmensa mayoría de homosexuales que conoce y con los que habla fueron iniciados en el sexo gay por adultos siendo menores: o dicho de otra forma, muchos adultos entrenan a los menores, y muchos adultos buscan acceder a ellos para iniciarlos (léalo aquí en español). Al lobby le interesan los jovencitos y los niños. Mucho.

Este lobby IGLYO ha publicado a finales de 2019, sin timidez ninguna, un informe (aquí en PDF) explicando sus técnicas de activismo y de ingeniería social para lograr que se aprueben sus leyes en distintos países. Se trata, sobre todo, de leyes que reconozcan legalmente que cualquiera, y a cualquier edad, puede establecer por su mera voluntad si es hombre, mujer o cualquier otra cosa.

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El informe Only Adults? de 2019 es transparente,
traducimos y resumimos aquí algunos de sus puntos

Un niño varón de 4 años, piden ellos, ha de poder declarar ser una niña (o cualquier otra cosa) independientemente de lo que digan sus padres, cualquier científico, la biología o el sentido común, y toda la sociedad y sus leyes han de adaptarse a ello, y debe castigarse a quien no lo haga.

¿Cómo puede un país aprobar algo tan loco, anticientífico e irracional? El informe lo explica con 11 pasos que han demostrado eficacia en varios países y que coinciden en combinar secretismo, oportunismo y anti-ciencia. Hay que tener en cuenta que el informe está apoyado también por la Thomson Reuters Foundation, es decir, la fundación "para el cambio social" financiada por la poderosa agencia mediática internacional Reuters. Lo que Reuters difunde, se publica en todo el mundo. Y Reuters sabe qué hay que callar y qué hay que publicar.

"En años recientes, ONGs y políticos han usado diversas técnicas de militancia pública [advocacy] en su esfuerzo para cambiar a sus países en lo que se refiere al reconocimiento legal de género. Hay ciertas técnicas que destacan por ser efectivas en hacer progresar los derechos trans", afirma el informe. Son estas 11 técnicas.

1. Ir a por los políticos más jóvenes

Los lobbies LGTB dedican tiempo, dinero y esfuerzo en ir a por los políticos más jóvenes, que "compran" la doctrina trans y LGTB con más facilidad y luego ellos, los políticos jóvenes, se la venden a los políticos más mayores e importantes (quizá esperando a un momento clave). "Esta técnica fue efectiva para persuadir a políticos mayores ya que los cambios sugeridos los hacen desde su propio partido, no desde una organización externa". Otro truco es que el político joven dice al mayor que puesto que ellos -los políticos jóvenes- lo apoyan, llegará inevitablemente en el futuro, por lo que el político senior debe asegurarse de que ha de estar en "el lado correcto de la historia.

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Bandera de la ideología transexual: el rosa y azul
(la masculinidad y feminidad) que desaparecen en
un blanco indefinido

2. Evitar la ciencia y la medicina

El informe pide "desmedicalizar la campaña". Si los políticos y la sociedad civil se pararan a pensar que se trata de un tema médico (por ejemplo, un trastorno de identidad llamado "disforia de género", que debería tratar la psiquiatría o investigar la ciencia), lo pasarán al mundo del debate científico. Y los activistas LGTB no quieren eso. Por ello insistirán en que es un tema de que "leyes civiles" reconozcan legalmente una decisión de gente que es así.

En varios países -también en España antes de Zapatero- había leyes que decían que para cambiar legalmente de sexo se requerían un cambio quirúgico/médico (la transición, que es básicamente mutilar y hormonar). Pero la ideología de género no quiere eso: quiere que baste la mera declaración por parte del interesado. Por eso, los lobbies evitarán tanto como puedan la ciencia y la medicina y leyes que reclamen nada al respecto.

Además, esas cirugías mutiladoras asustan a muchos legisladores, y más aplicadas a niños o niñas, a adolescentes o prepúberes, por lo que tienden a no favorecer nada al respecto. Por eso hay que convencerles de que "no es tema de cirugías: es sólo cambiar sus papeles legales, que donde ponga hombre ponga mujer [o X]".

3. Usar casos reales de personas concretas (bien seleccionadas)

Lo idóneo es que una persona concreta con sentimientos "trans", que inspire empatía, pueda salir en la prensa, o acudir a políticos, a convencerles. Pero no hay tantas, no que queden bien ante la cámara o ante los políticos. Por eso, es importante el 4º punto.

4. Casos reales... pero con actores, dramatizados, bien presentados

Quizá el caso real de "Leonor es Leopoldo" no es fácil de vender en prensa, porque el verdadero "Leopoldo" es feo, no inspira empatía, no parece un triunfador. O, quizá, no quiere salir en público. Por eso, lo mejor es contar su historia con actores, magnífico maquillaje, con música, con dramatización, guión, etc... Los límites del "periodismo" se borran y se entra en la ficción "sobre un caso real". Pero se publica como periodismo en televisiones, reportajes, etc... En Malta (país católico, pequeño e isleño) así se hizo "con éxito".

Por supuesto, los casos reales han de ser los que corroboran la ideología transexual. En cambio, los ex-transexuales, las personas dañadas por la transición, las familias dañadas por la transición de un ser querido, los transexuales arrepentidos, las víctimas de manipulaciones de médicos o activistas o parientes obsesionados, los que pasados unos años después de la transición no están más felices... ¡no deben ser nunca mencionados ni recogidos en TV!

5. Proponer legislaciones y casos antes que el Gobierno o la prensa

"En muchas de las campañas que estudiamos, hubo claros beneficios cuando las asociaciones conseguían adelantarse al Gobierno y publicar propuestas legislativas progresistas antes de que el Gobierno tuviera tiempo de presentar la suya. Las asociaciones han de intervenir al principio del proceso legislativo, lo ideal es que lo hagan antes de que empiece. Eso les dará mucha más capacidad de dar forma a la agenda del Gobierno y de su propuesta final", dice el informe. Cuando los lobbies LGTB no consiguen intervenir desde el principio, o adelantarse, "la legislación de reconocimiento de género puede ser mucho menos progresista de lo que querrían los activistas". Lo mismo se aplica a la prensa, añade el informe.

6. Usar como excusa (o como palabra biensonante) los derechos humanos

"Los argumentos de derechos humanos han sido instrumentales al éxito de varias campañas para leyes de reconocimiento de género más progresistas", dice el informe. Da un caso peculiar sobre Noruega. Allí, para que reconocieran cambio de sexo, había que mutilarse los genitales (si dices que eres mujer, ¿para qué quieres pene y testículos?). Pero que te exijan cortarte los genitales para conseguir un papel legal, ¿no es contrario a los derechos humanos?, insistían los activistas. También en Bélgica había un requerimiento similar, que un organismod e la ONU condenó en 2014, y se usó el "cambio de sexo porque yo lo digo" como una respuesta a favor de los derechos humanos". Los activistas trans en Irlanda repetían la frase "derechos humanos" una y otra vez en sus vídeos. Y ¿qué político quiere ser tan malvado que vaya contra los "derechos humanos"? Por supuesto, la Declaración de Derechos Humanos de verdad no dice nada ni de cambios de sexo ni de identidad de género.

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Los lobbies trans insisten en presentarse como "activistas de derechos humanos"... pero la Declaración de Derechos Humanos no recoge su ideología

7. Enganchar las propuestas trans a otros temas menos controvertidos

"En Dinamarca, Irlanda y Noruega, los cambios a las leyes sobre reconocimiento legal de género se lograron al mismo tiempo que otras reformas más populares como la legislación de matrimonio igualitario" (es decir, de redefinir el matrimonio para incluir el 'matrimonio gay'). "Esto aportó un velo protector, particularmente en Irlanda, donde el matrimonio igualitario tenía fuerte apoyo, pero la identidad de género era un tema más difícil para que el público lo aprobara". Por lo tanto, un tema se pasa "de contrabando" entre los otros.

8. ¡Evitar la prensa, mejor ir a por los políticos!

En el informe leemos: "Otra técnica que se ha usado con gran efectividad es limitar la cobertura y exposición a la prensa". ¡No sea que hagan preguntas incómodas, cubran historias de extransexuales y personas dañadas por la ideología trans! En Reino Unido, lamentan, la prensa ha prestado demasiada atención al tema.

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Se puede leer en la página 20 del informe 2019 de IGLYO "Only adults?": 'limitar la exposición y cobertura de prensa'

El informe no lo detalla, pero de Inglaterra, efectivamente, han salido muchos informes sobre violadores de chicas que se declaraban mujeres trans para ir a prisiones femeninas, donde seguían violando a sus vulnerables internas. También muchas feministas locales (incluso lesbianas, como la periodista Julie Bindel) han denunciado y combatido en los medios la ideología trans, ya que los "derechos de la mujer trans" chocan con los de la verdadera mujer: ¡si cualquiera que quiera es mujer, nadie será mujer a efectos legales y reales!

La prensa (la luz, taquígrafos, información real y crítica) es molesta, según estos lobbies. Leemos en el informe: "En Irlanda, los activistas hicieron lobby directamente [directly lobbied] a políticos individuales e intentaron mantener la cobertura de la prensa al mínimo para evitar esto. De igual forma, en Noruega los activistas desarrollaron fuertes lazos con políticos jóvenes". (Uno puede preguntarse de qué íntima naturaleza eran esos "fuertes lazos" con esos jóvenes).

9. Aprovechar momentos clave

"Los activistas han de capitalizar rápidamente el momentum político. Puede darse, por ejemplo:

- tras unas elecciones, cuando cambia el poder político local
- cuando el público reacciona contra el sentimiento antiLGTBI de ciertos partidos
- cuando hay una condena internacional al país sobre los derechos trans
- cuando hay juicios estratégicos sobre derechos trans en el país o en tribunales internacionales".

"Estos momentos políticos son breves, pero presentan una ventana de oportunidad que las ONG que entrevistamos han usado muy eficazmente para hacer lobby", constata el informe.

10. Trabajar junto con otras organizaciones y lobbies LGTB

El informe considera crucial que las asociaciones trans y LGTB colaboren:

- con asociaciones LGTBI locales
- con asociaciones de derechos trans nacionales e internacionals
- con "académicos expertos en derechos humanos"

El objetivo es asegurarse que al debate público o político lleguen los "expertos" y "testimonios" en la línea de la ideología de género. Además, las asociaciones fuertes en un aspecto (hacer lobby, por ejemplo) se apoyan en las ventajas de otras asociaciones ("el trabajo de campo con jóvenes trans", pone el informe como ejemplo),

11. Ser exigentes, nada de quedarse a medias, pedir mucho

El informe señala que los activistas deben ser ambiciosos y tratar de lograr el máximo una vez ya en campaña, no contentarse con pequeños o medianos avances, porque una legislación que reconoce algo, pero no todo, de las exigencias trans (incluyendo las leyes de multas a quien disienta, podemos suponer) "luego puede requerir años para revisar la normativa", advierte el texto.

***

Con una red de 96 asociaciones en toda Europa y buena financiación, los líderes activistas de IGLYO saben de qué hablan. Ellos están organizados a nivel supranacional para cambiar países, leyes y la cultura europea. Sería irresponsable no conocer sus estrategias cuando ellos mismos las publicitan.

Lea también aquí: El lobby gay GLAAD lo confirma: ¡los LGTB en la tele son 3 veces más que en la vida real!

Lea más en ReL en nuestra sección Ideología de Género

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