

El 13 de junio de 2012 murió Chiara Corbella Petrillo, y su caso y su testimonio conmovieron Italia y, en el mundo de la comunicación global, también al mundo entero. A esta joven romana de 28 años le detectaron un tumor en la lengua en el quinto mes de embarazo, pero se negó a cualquier tratamiento que pusiese en peligro la vida de su hijo. El precio era la suya. Francesco nació sano y feliz el 30 de mayo de 2011, y sólo entonces su madre empezó el tratamiento, que retrasó un año el momento fatal y le afectó también a un ojo.
"Voy al cielo a cuidar a María y a Davide; tú, quédate con papá. Yo rezaré por vosotros desde allá", le decía Chiara a su pequeño en la carta que dejó para él.
Por sugerencia de su director espiritual, Chiara prestó testimonio un tiempo antes de morir:
Y en su funeral, festivo más que fúnebre, su marido Enrico participó cantando y tocando como uno más por la que tantos consideran una mujer de gran santidad.
En el minuto 5:28 se puede ver al marido de Chiara cantando en su funeral.