Sábado, 20 de abril de 2024

Religión en Libertad

Pionero en Internet, capellán de obreros, ingeniero, viajero, ¡y hablaba del demonio!

14 anécdotas asombrosas del Padre Loring, predicador incansable, apasionado por llegar a todos

El padre Jorge Loring murió en 2013 pero sigue enseñando con sus vídeos, libros y ejemplo de evangelización
El padre Jorge Loring murió en 2013 pero sigue enseñando con sus vídeos, libros y ejemplo de evangelización

En el día de Navidad de 2013 moría, con 92 años, el incansable predicador jesuita Jorge Loring Miró. Dejaba detrás un gran legado de vídeos, artículos, predicaciones y conferencias, siempre explicando la fe con agilidad, ortodoxia, sencillez y buen humor. Incluso en sus últimos 20 años, ya anciano, todos decían de él que era "incansable", "infatigable" e "incombustible".

Hijo del ingeniero Jorge Loring Martínez, quien patentó diversos avances en navegación aérea y fundó una línea de zepelines entre Sevilla y Buenos Aires, siempre buscaba tender puentes entre la fe y las personas de formación técnica e industrial con un lenguaje directo.

Ahora Voz de Papel ha publicado el libro P. Jorge Loring SJ. Semblanza de un hombre de Dios,. que firma Román Martínez del Cerro y que se puede obtener a través de OcioHispano.es.

Nicolás de Cárdenas, en la agencia Aciprensa, señala 14 datos asombrosos sobre el Padre Loring y su obra.

Portada del libro Jorge Loring, semblanza de un hombre de Dios

El libro se puede conseguir aquí.

1. Era el mayor de 8 hermanos, casi todos religiosos

El P. Jorge Loring era el mayor de ocho hermanos. Él y su hermano pequeño Jaime profesaron como jesuitas, mientras que cinco de sus seis hermanas restantes fueron religiosas de la Asunción.

Durante la persecución religiosa en la Guerra Civil, milicianos mataron a su padre. Jorge Loring se hizo ingeniero en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI) de la Universidad Pontificia de Comillas, regida aún hoy por la Compañía de Jesús. Pero después se ordenó sacerdote en 1954. Cuando se ordenó sacerdote tenía 33 años.

Jorge era el mayor de los Loring Miró, aquí con sus hermanas y su hermano menor.

Jorge era el mayor de los Loring Miró, aquí con sus hermanas y su hermano menor. Su padre era un ingeniero pionero de la aviación en España.

2. Un asesino le inspiró su superventas “Para salvarte”

En el año 1944, un recluso condenado por asesinato le dijo en la cárcel: “Si mis padres me hubieran educado en la religión católica, hoy no estaría aquí”. Eso le animó a escribir un catecismo para adultos tituladoPara Salvarte. “En cien frases numeradas estaba todo el dogma y toda la moral”, explicaba el jesuita. Pero la obra se fue ampliando, llegó a tener mil páginas y se tradujo a multitud de lenguas, incluyendo el hebreo, el árabe, el ruso y el guarajati de la India.

3. De joven, consideró sumarse a la corriente de los "curas obreros"

Durante un tiempo, nada más ordenarse, el P. Loring estuvo meditando durante meses si sumarse a la corriente de los llamados “curas obreros” o ser un padre espiritual, que es lo que finalmente eligió. Un obrero del sector naval le dijo unos años después: “Usted ha hecho muy bien en seguir siendo cura. Para hacer tornillos ya estamos nosotros. Usted siga dándonos lo que no tenemos”.

4. Los obreros no le saludaban... él dio el primer paso

En su inicio pastoral, atendía los astilleros de Cádiz pero los trabajadores al principio no se querían tratar con él. “Llevaba un círculo de vacío a mi alrededor. Todos se alejaban de mí”. Hombre decidido, decidió saludar a todos, con la convicción de que “un hombre normal no puede estar negando el saludo a quien repetidamente le saluda”. Un tiempo después, los obreros empezaron a visitarle en su despacho, incluso haciendo colas.

Jorge Loring predica en la Empresa Nacional Bazán en San Fernando, Cádiz

5. Cuatro mil obreros en silencio ante el misterio de la Sábana Santa

Una de las grandes pasiones del P. Loring fue predicar sobre la Sábana Santa. En una ocasión, organizó una charla a la que acudieron cuatro mil obreros de los astilleros que tenía encomendados en Cádiz. En un comedor gigantesco, taparon las ventanas para poder ver bien las antiguas diapositivas proyectadas. “Tengo cuatro mil hombres y no se oye ni una tos”, se asombró el jesuita de la atención del público.

6. Viajero incansable, a veces en vehículos peculiares

El P. Loring fue un evangelizador incansable. Antes de ser conocido en Hispanoamérica, había viajado por toda España. Se dice que recorrió el país ocho veces viajando en una moto Vespa y otras tantas en un coche Mini. Al final de sus días, llenó auditorios, estadios y hasta plazas de toros. Cruzó 90 veces el Atlántico y recorrió kilómetros suficientes para dar la vuelta al mundo cinco veces.

7. Estrella de televisión en la EWTN

A finales de los años 90, la EWTN, la cadena televisiva de Madre Angélica, le invitó a grabar unas microcápsulas apologéticas de minuto y medio y otros programas de media hora que causaron furor. Se hizo así muy popular en Hispanoamérica, le invitaban a multitud de eventos y pasaba así 3 o 4 meses cada año en el continente americano.

8. Viajar sí, pero “no hago turismo”

Pese a sus muchos viajes a países diversos, el P. Loring no dedicaba ningún momento al ocio o las visitas turísticas, pese a las muchas ofertas agradecidas para visitar los mejores lugares de cada ciudad. Él siempre respondía: “Gracias, no hago turismo”. Pero, como los anfitriones insistieran, añadía: “Mi tiempo es para evangelizar, estudiar y orar”.

9. Hablando del demonio, no por asustar sino para informar

Participó una vez en un debate de televisión en el que los contertulios negaban la existencia del demonio. Uno dijo que el demonio era "un invento de la Iglesia Católica para asustar a la gente y dominarla”. El P. Loring respondió que, “la Iglesia no pretende asustar a nadie, sino instruir, informar de la verdad”. Y remató su argumentación así: “¿No quieres hacer caso? Es tu problema. Ya te enterarás cuando te mueras”.

10. Un terrorista le inspiró a usar también Internet

El verano de 1996, el P. Loring conoció por la televisión que el autor del atentado contra los Juegos Olímpicos de Atlanta (EEUU) había aprendido a construir las bombas en Internet. Ante el asombro del resto de jesuitas que le acompañaban, afirmó en voz alta: “Si Internet sirve para hacer terroristas, también será útil para hacer católicos”. Y así comenzó a evangelizar en la red.

11. Ofrecía gratis "Para Salvarte"... y así vendía más libros

En aquella época en España había solo unos 100.000 ordenadores conectados a Internet. El P. Loring creó la página “Para Salvarte” donde publicó gratis el texto completo de su catecismo. Algunos le advirtieron de que así bajarían las ventas de su famoso libro, pero él respondió: “Venderé menos libros, pero predicaré más, que es lo que quiero”. Los malos augurios no se cumplieron y el P. Loring comenzó a vender sus libros por internet a todo el mundo. Un pequeño Amazon cuando no existía Amazon.

El padre Jorge Loring era un orador muy expresivo

El padre Jorge Loring era un orador muy expresivo, que nunca aburría.

12. 90.000 preguntas respondidas

Gracias a Internet, el jesuita alcanzó la posibilidad de evangelizar en todo el mundo desde su querida Cádiz. “Internet es el mejor púlpito del mundo”, decía. Y tanto que lo fue, pues recibía unas 10.000 consultas al año.

Se calcula que respondió unas 90.000 cuestiones a través del correo electrónico. Uno de los que al parecer le hizo más ilusión fue el de un médico cubano de 34 años que le decía: “He sido ateo toda mi vida. Después de leer ‘Para Salvarte’ he pedido el Bautismo, he hecho la Primera Comunión y hoy soy un médico católico”.

13. Al aumentar su sordera, recurrió a inventos peculiares

En los últimos años de su vida, el P. Loring cada vez estaba más sordo, y eso le molestaba especialmente en el confesionario. Probó varios aparatos, pero no le ayudaban. Inconformista y decidido, compró un sistema de escucha especializada para ornitólogos, y se sentaba a confesar con unos auriculares y una especie de telescopio parabólico en la mano que apuntaba a la boca del penitente.

14. Morir con las botas puestas

Pasados los 90 años, seguía trabajando 12 horas diarias. Cuando sus superiores en la Compañía de Jesús le preguntaban por cómo se encontraba, respondía: “Me quiero morir con las botas puestas; no quiero ir a Málaga a pasear y ver la tele. Solo quiero que me dejen trabajar”. En Málaga hay una residencia para sacerdotes enfermos o ancianos. Y así siguió, con casi un siglo a la espalda, viajando solo a América llenando recintos de miles de fieles deseosos de oír y comprender la Palabra a través de su palabra vigorosa.

Más historias asombrosas del Padre Loring en el libro "P. Jorge Loring SJ. Semblanza de un hombre de Dios” (aquí en OcioHispano.es).

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