Pasó décadas en Filipinas evangelizando y expandiendo la devoción mariana
Muere Bernardo Blanco, misionero que burló a sus secuestradores islamistas gracias al uso del latín

El claretiano español Bernardo Blanco fue noticia en 1993, tras escapar en plena noche y rodeado de granadas de sus secuestradores islamistas en Filipinas.
Este lunes, la Conferencia Episcopal de Filipinas lloraba la muerte a los 97 años de edad del misionero claretiano español Bernardo Blanco, donde dedicó 32 años a evangelizar y promover la devoción a la Virgen. Allí pasaría sus mejores episodios sacerdotales, pero también los más oscuros, como el secuestro de cerca de dos meses por musulmanes de Abu Sayyaf.
Nacido en 1927 en Ceadea de Aliste (Zamora), Blanco comenzó a discernir su vocación con solo diez años y dos más tarde ingresó al seminario claetiano de Segovia. Tras completar su formación en Navarra fue ordenado sacerdote en 1953, siendo destinado a Guinea Ecuatorial poco después, en 1954. Allí partió con el sacerdote José María Viñas, con quien pasó 22 años formando seminaristas en Banapá.
A partir de 1968, las agitaciones políticas del país africano desencadenaron restricciones a la práctica religiosa y posterior expulsión de los misioneros, Blanco entre ellos, abandonando el país un total de 52 sacerdotes y 200 religiosas en 1976.
Su siguiente destino fue Bolong, en la ciudad de Zamboanga (Filipinas), donde desembarcó en 1977. Allí se dedicó a la pastoral juvenil y a promover la devoción a la Virgen María junto al sacerdote Eugenio Pérez. Pronto fue destinado a las misiones de Basilan, donde serviría como párroco en el Inmaculado Corazón de María (Maluso) y atendió a los necesitados de la región.
Secuestrado por Abu Sayyaf
Uno de sus episodios más destacados como misionero fue su secuestro en 1993 por Abu Sayyaf, que lo retuvo durante 49 días. Cautivo, el sacerdote fue obligado a escribir unas cartas en las que empleó el latín, la expresión Nolite credere, para que nadie creyese lo que escribía durante el cautiverio.
Una noche, la noche 49, se despertó y al ver la puerta mal cerrada, se fue por sus propios medios de la casa. "Dios, parece que quieres que me vaya", pensó él. Al darse cuenta de que sus secuestradores estaban dormidos, escapó del agujero bajo tierra donde lo tenían encerrado.
"Me daban algo de comer, arroz y agua, agua y arroz... Perdía aproximadamente media libra de peso al día (más de 200 gramos)", recuerda.
Con la guía de la estrellas y siguiendo un ángulo recto con la luna consiguió orientarse por la selva, esquivando los caminos minados, cruzó un río a nado y por fin logró encontrar ayuda.
Un año después, en 1994, visitó brevemente Roma y España antes de ser nombrado Director Espiritual en el Seminario Claretiano en Ciudad Quezón. Posteriormente, pasó a la comunidad en la que se formaban los jóvenes misioneros claretianos que estudian teología, sirviendo inicialmente como Superior Local y más tarde como Director Espiritual.
Más tarde sirvió en la Claret Theology, primero como superior y más tarde como director espiritual. En febrero de 2019 fue uno de los protagonistas del programa “Misioneros por el mundo”, donde también recordó su experiencia del secuestro.
Tras varias semanas de ingreso hospitalario, el Padre Blanco falleció durante la mañana de este lunes 10 de marzo, en el Hospital de Doctores de Diliman en Ciudad Quezón, a la edad de 97 años.