El excomulgado Pablo de Rojas les parecía «un fantoche»; le asombra que lo llamaran como obispo
Sor Amparo se fugó de Belorado: «Aquello era una secta», explica ahora, firme

Sor Amparo, que se fue de Belorado al empezar el cisma, habla 15 meses después
El cisma de las exclarisas de Belorado (Burgos) empezó en mayo de 2024, cuando esas monjas, conocidas por sus dulces, alguna excursión a citas gastronómicas, y varios negocios poco boyantes, declararon con un "manifiesto católico" que rompían con la Iglesia Católica y tomaban como obispo a un hombre excomulgado, Pablo de Rojas.
Ese mismo día, Sor Amparo se fue del convento donde llevaba dos décadas viviendo y orando. Pasados 15 meses de su salida, ha querido contar en La Linterna de Cadena Cope lo que vivió y lo que sabe de la situación actual.
"Decidí marcharme porque aquello era una secta, francamente", explica de forma muy directa en el popular programa radiofónico. Desde el principio vio que Pablo de Rojas y su propuesta "no era trigo limpio". Se fue cuando Pablo de Rojas empezó a dar órdenes.
"Contra la Iglesia, contra todo..."
Sor Amparo iba a contracorriente de la comunidad, y la comunidad iba a contracorriente de 1.300 millones de católicos. "Así no se podía vivir, contra la Iglesia, contra todo, no podía ser", lamenta la religiosa. Aún no entiende lo sucedido: detalla que a la mayoría de las religiosas los conoció ya de novicias.
Sor Amparo tiene claro quién tiene la "verdadera autoridad" de Belorado hoy: el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, porque el Papa lo designó comisario.
El cisma lo encabezó Laura García de Viedma, conocida en religión como Sor Isabel. "Isabel se ha autoproclamado la autoridad y no tiene ninguna autoridad para hacer lo que ha hecho. No se somete a nada ni a nadie, pero quiere que todos se le sometan, y eso no es de Dios", denuncia.
Sor Amparo durante varios años tuvo buena relación con Sor Isabel. Pero hubo un deterioro paulatino. "Me da pena porque se ha reducido a la crítica, al insulto y a la mentira muchas veces. Me duele por mis hermanas, he vivido tanto con ellas y las quiero, pero se han constituido por su cuenta en autoridad y eso no es", lamenta.
Reuniones cada vez más largas, sólo con las afines
Isabel y sus fieles más cercanas fueron organizando reuniones privadas entre ellas, cada vez más prolongadas. A veces incluso se saltaban las comidas o el rezo comunitario. "Algo estaba pasando", sospechaba Sor Amparo. "Pero en ningún momento se me pasó por la cabeza que pudieran hacer esto", admite.
Las religiosas hacía años que conocían a Pablo de Rojas, que salía en prensa revestido con púrpuras y encajes, presentándose como un obispo de su propia iglesia. Fue excomulgado por Iceta ya en 2019, y el tema salió en prensa.
Se reían de él por sus ropajes e ínfulas. "Cuántas veces hemos visto a ese señor en un periódico o revista y hemos comentado, también las hermanas, que parecía un fantoche. No entiendo cómo se han fiado de él. Han roto con la Iglesia, cosa que nunca había pasado en casa. Siempre han sido muy amantes de la Iglesia, de los papas, del Concilio...".
Las más ancianas: engañadas y sin contacto
En estos 15 meses fuera de Belorado se han sucedido los acontecimientos. Pablo de Rojas dejó Belorado, y unos meses después otro pseudo-obispo de otra entidad marginal. Pero en este tiempo Sor Amparo no ha conseguido hablar con las hermanas más ancianas. "No dejan entrar a los familiares a solas, a mí menos. He llamado dos veces, por Navidad y Pascua, pero nada", detalla.
Cree que a las ancianas las mantienen engañadas. "No se les ha dicho la verdad. Al contrario, cuántas veces se dicen las verdades a medias o se miente, pero con la mejor finura. Conozco el percal", añade.
Sor Amparo vive actualmente con la comunidad de clarisas de Vitoria, donde ha recibido una "acogida preciosa y entrañable". Lo agradece, porque irse fue duro para ella. "Dejabas tu casa y a las hermanas, y no me dejaron despedirme de ellas. Eso fue lo que más me dolió", explica.