Religión en Libertad

Saint-Exupéry pensó retirarse al monasterio benedictino de Solesmes cuando dejase de volar

Antoine de Saint-Exupéry.

Antoine de Saint-Exupéry desapareció durante un vuelo de reconocimiento al servicio de la Resistencia en Córcega, sin que haya certeza de las razones ni sobre la identificación de los restos mortales y los del avión que le han sido atribuidos.

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Rome Reports / ReL

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“Lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve bien con el corazón”. Es una frase de El principito de Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), uno de los libros más universales del siglo XX, escrito un año antes de su desaparición en acción de combate durante la Segunda Guerra Mundial.

Enzo Romeo le biografió en La belleza invisible, donde afirma que la vida del creador de este príncipe de cabellos dorados que dedica su vida a cuidar de una frágil rosa es la historia de un buscador de Dios. Un soñador al que le encantaba volar: “La decisión de ser piloto, de estar 6.500 horas dentro de un avión, fue en el fondo un reflejo de su búsqueda, de este empeño por volar y mirar al mundo desde una dimensión desde la que comprender todo, no quedarse en la superficialidad de lo cotidiano, ir hasta una dimensión más alta", afirma Romeo.

Los clásicos dibujos de 'El Principito' son obra del propio Saint-Exupéry.

Los clásicos dibujos de 'El Principito' son obra del propio Saint-Exupéry.

La dimensión religiosa

Saint-Exupéry nació en 1900 en Lyon en una familia aristocrática. Siempre quiso ser piloto y escritor. Se enamoró en 1930 de la salvadoreña Consuelo Suncín, la mujer que inspiró la rosa del principito. Consuelo tuvo que huir de Francia tras la invasión nazi. Antoine de Saint-Exupéry le juró su amor y prometieron que si volvían a verse peregrinarían juntos hasta Lourdes para dar gracias al Cielo. Así lo hicieron.

Un piloto vocacional

Enzo Romeo muestra en esta obra la parte más trascendental de Saint-Exupéry a partir del concienzudo estudio de sus cartas personales, de su obra y de sus pocas entrevistas: “Descubrimos, por ejemplo, que Saint-Exupéry era un amante del canto gregoriano. Que siempre decía que cuando un día terminase de pilotar y de volar por el mundo, acabaría retirado en el monasterio benedictino de Solesmes, uno de los más famosos de Francia”.

  • Enzo Romeo explica sus investigaciones sobre Saint-Exupéry.

Aviador, soñador y escritor, su obra está llena de simbología. El desierto es un tópico constante en sus libros y tiene algo de autobiográfico: en 1935 su avión se estrelló en el desierto del Sahara y estuvo varios días sin beber agua hasta que lo salvó un beduino. Enzo Romeo explica que el desierto es como el Cielo para Saint-Exupéry: un hombre que buscó en vida la trascendencia, esa invisible belleza que reflejó en el imaginario de su obra.

Acotación de Bernardino Montejano a este artículo

Un querido lector de ReL, Bernardino Montejano, nos remite desde Argentina algunas acotaciones al contenido de este artículo, en las que desmiente ciertas afirmaciones de Enzo Romeo, biógrafo de Saint-Exupéry, recogidas en él. Con mucho gusto las recogemos y agradecemos.

  • "El biógrafo inventa una supuesta peregrinación a Lourdes con Consuelo, su mujer, ignorada por los estudiosos de la vida y de la obra del escritor".
  • "También Romeo inventa: 'Siempre decía que cuando terminase de volar, acabaría retirado en el monasterio benedictino de Solesmes'. Nunca lo dijo; sino que, en la carta citada, cuando sostiene que el gran problema de su tiempo es devolver a los hombres una significación espiritual, [dice]: 'Si yo tuviera fe, pasada esta época, no soportaría más que Solesmes'. Cuando escribe esa carta reconoce que no tenía fe, como tampoco la tenía cuando fue a vivir al Sahara Español, con Nietzsche bajo el brazo".
  • "El artículo cita otra vez a Romeo, quien simplifica demasiado la vida religiosa de Saint-Exupéry como 'la historia de un buscador de Dios'. Trataremos de dibujarla en grandes líneas: nace en una familia católica y monárquica. Es muy piadoso en su niñez y primera juventud. Pero en un momento, alrededor de los veinte años todo eso se evapora".

En su comentario a la noticia, Bernardino Montejano recuerda "los hitos que marcan el camino del retorno [de Saint-Exupéry] a la fe de su infancia", que se manifiestan por ejemplo en que, una semana antes de desaparecer, hizo de padrino de bautismo de Christian Gavoille, hijo del jefe de la escuadrilla.

Bernardino Montejano es un gran especialista en la vida y obra de Antoine de Saint-Exupéry. De ello es prueba el artículo Saint-Exupéry: la filosofía del arraigo, publicado en el nº 471-472 (enero-febrero de 2009) de la revista Verbo, de muy recomendable lectura.

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