Se hartaron de la visión «progre» de la mujer y fundaron su propia revista de estilo

Las chicas de Verily en la Gran Manzana.
Este verano nació en Nueva York Verily, una revista de moda y estilo con dos peculiaridades. Primera, que sus dos fundadoras son jóvenes católicas que emprenden esa tarea como forma de poner en práctica su compromiso con la fe. Segunda, que los contenidos buscan marcar la diferencia con lo que se estila en este tipo de publicaciones.
Basta hojear sus páginas para comprobar que es así: se aprecia en los diseños que centran la información, en las historias y consejos que se ofrecen, en la perspectiva de sus páginas culturales.
"Nos habíamos hartado de los tópicos de las revistas femeninas, en particular de cómo la mayoría de ellas no reflejaban nuestra vida ni nuestra filosofía como mujeres", explican en su página web. Y fue durante un brunch ("como tantas cosas en Nueva York", apuntan) como nació la idea de hacer algo diferente, "una alternativa real para las mujeres modernas".
Kara y Janet, a la cabeza
Dos fueron las iniciadoras, Kara Eschbach y Janet Sahm, a quienes se unieron en seguida otras tres jóvenes: Mary Rose Somarriba (antigua redactora jefe de First Things, una de las revistas de pensamiento conservador -interconfesional- más importantes en Estados Unidos) al frente del área cultural, Ashley Crouch (con experiencia en redes sociales que promueven la fidelidad en el amor) en el papel de relaciones públicas y Krizia Sapida (Miss San Francisco 2007) como responsable de contenidos de estilo de vida. Completa el equipo la directora de arte, Jane Riley (que tiene su propia empresa de diseño gráfico).
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Kara Eschbach Kara (asesora financiera y broker) y Janet (quien trabajó en Elle y conoce por tanto desde dentro el engranaje de las publicaciones femeninas) se formaron católicamente. Kara se define como "la típica joven católica" que iba a misa los domingos pero cuya vida el resto de la semana no necesariamente reflejaba sus creencias: "Para mí, ha sido un lento viaje descubrir cómo reconciliar la persona que quiero ser con la forma en la que vivo. Me dejé guiar por esos momentos de claridad en los que supe lo que se supone que debería hacer e intenté acercarme a la verdad de Dios en las decisiones que tomaba cada día".
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