#Espiritualidad Católica - #Nueva Evangelización
Ama para ver. ¿Te atreves?
San Agustín. Sermón 30,10

San Agustín. Sermón 30,10
Ama para ver; lo que vas a ver no es algo de poco precio, no es algo que se lo lleva el viento. Verás a Aquél que hizo cuanto amas (San Agustín. Sermón 30, 10)
¿Qué lo que San Agustín nos invita a ver? La respuesta es sencilla, a Dios. Ver a Dios en todo y en todos. Esta es una de las partes esenciales del Evangelio. Nos dice que el amor es la clave para la verdadera visión de Dios, para la comprensión profunda de la realidad. Comprender lo que nos rodea no es nada sencillo. Nos hace falta ayuda del Espíritu Santo. ¿Por qué? No se trata de una visión física, sino de una visión espiritual, una percepción que trasciende los sentidos y penetra en la esencia de las cosas. El amor es la fuerza que propulsa los dones de Dios. No es un sentimiento emotivista, sino un acto de la voluntad, una disposición a abrir nuestro corazón y nuestra mente a la Verdad. Para ver con claridad, debemos amar primero. Es decir, debemos amar a Dios, amar al prójimo y amar la creación. Este amor purifica nuestra visión y nos permite ver la realidad tal como es, sin distorsiones ni prejuicios.
La recompensa de amar para ver a Dios revelado es algo inmensamente valioso, algo que perdura, algo que no es efímero. No se trata de bienes materiales, de fama, de poder o de placeres pasajeros. Se trata de una Verdad eterna, de una realidad trascendente que nos llena de Esperanza, alegría y paz. La verdadera visión que el amor nos concede no se desvanece con el tiempo, sino que se fortalece y se profundiza.
El amor nos conduce a Dios, el Creador de todos y de todo. Al amar la Belleza del mundo, al amar la Bondad del prójimo, al amar la Verdad, estamos, en realidad, amando a Dios, la fuente de toda Belleza, Bondad y Verdad. El amor nos permite vislumbrar la presencia de Dios en todas las cosas, nos revela su amor infinito y nos une a Él. Ver a Aquél que hizo cuanto amas no es una visión física, sino una experiencia espiritual, una comunión con Dios que transforma nuestra vida. La frase nos invita a una experiencia personal con Dios a través del amor. Es una invitación a amar más profundamente para ver más claramente.
▶️ En el contexto de la evangelización digital, esta frase nos invita a señalar en las redes la presencia constante de Dios. Debemos mostrar la Belleza del Evangelio, la Bondad de la fe y la Verdad de la Palabra de Dios. Debemos usar las redes sociales para inspirar a otros a amar más profundamente la presencia de Dios entre nosotros y a encontrar a Dios en todo lo que les rodea. Debemos compartir testimonios de cómo el amor nos ha abierto los ojos a la presencia de Dios en nuestra vida.
"#Amaparaver" Es un hashtag que nos sirve como un recordatorio constante de la importancia del Dios-amor en nuestra vida espiritual. Podemos usarlo para compartir reflexiones, oraciones y testimonios en las redes sociales. Podemos invitar a otros a compartir sus propias experiencias de cómo el amor les ha ayudado a ver la realidad con mayor claridad.
▶️ Preguntas para reflexionar: ¿Cómo esta frase de San Agustín resuena en tu experiencia personal? ¿En qué momentos de tu vida has sentido que el amor te ha abierto los ojos a la presencia de Dios? ¿Cómo puedes aplicar esta enseñanza en tu apostolado digital para transmitir el amor de Dios a los demás? ¿Qué acciones concretas puedes tomar para cultivar el amor en tu vida diaria y así poder "ver" a Dios en todo lo que te rodea?
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