Sábado, 12 de octubre de 2024

Religión en Libertad

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Me lo hace llegar un sobrino del autor.

"Un cura en zona roja". Libro agotado y para poder leer

por Victor in vínculis

Para quien haya leído Historia de la persecución religiosa en España 1936-1939, del recientemente fallecido Monseñor Montero puede resultarle familiar (a pesar de la profusión de miles de datos) el nombre de Florindo de Miguel y su libro Un cura en zona roja que llega a citar más de quince veces.

En el primer bloque que Montero titula con un llamativo La Iglesia, fuera de la ley, podemos leer este breve resumen de lo que podemos encontrarnos en esta obra:

«FLORINDO DE MIGUEL ha dedicado todo un libro a narrar despaciosamente sus ministerios sacerdotales en el Madrid de esta época. Refugiado en diferentes domicilios y pensiones y hospitalizado algún tiempo, aprovechó todas las oportunidades para celebrar misa, oír confesiones, asistir a matrimonios, repartir la Eucaristía y administrar a moribundos. Le ayudaron almas piadosas, entre otras la señorita Pepita Moreno, la cual salvó providencialmente de un registro policial un maletín lleno de actas matrimoniales, todas ellas de casados canónicamente».

Su sobrino Ángel Pedro Gómez Pazos nos recuerda que don Florindo de Miguel Arenas había nacido en Alcaudete de la Jara (Toledo) el 9 de abril de 1897.

«Amén de sus virtudes y defectos, fue hombre de gran cultura, abogado primero, llegó a ejercer en Madrid con algún personaje que luego destacaría en la política nacional. Su tardía vocación, tras fallar un intento de ingresar en la Cartuja de Jerez, le llevó años después -realizados estudios en el Seminario de Toledo- a ordenarse sacerdote en el peor momento posible: el 6 de junio de 1936.

Su vida -dice su sobrino nieto- merecería algo mejor que éstas líneas, pero quienes le conocían mejor que yo, ya no están entre nosotros, por lo que ese empeño es harto difícil. Era sobrino del Venerable Ignacio Arenas (quien fuera rector del seminario de Segovia) y tenía otras relaciones familiares que le inspiraron en su vocación. Vinculado además con la desaparecida periodista Paloma Gómez Borrero, pertenecía a una casa de honda raíz cristiana, que entre todos hemos procurado mantener.

Sus desventuras de la época guerracivilista, las narra en un libro autobiográfico y novelado; de lectura deliciosa y entrañable, obligada diría yo, para quienes se interesen por el tema de la represión republicana de aquellos años. De escritura sencilla con toques de humor, su absoluta falta de rencor e incuestionables hechos planteados, debieran hacer reflexionar hoy, a los actuales defensores de aquel régimen.

El libro del que hablo está descatalogado hace tiempo, pero quizá lo conozca; se llama "Un cura en zona roja". Lo escribió y publicó en 1956 en Barcelona, durante su etapa allí como capellán y Sacerdote Operario Diocesano, en donde trabó gran amistad con quien ya siempre sería su mentor don Marcelo González Martín, a la sazón Arzobispo de aquella archidiócesis.

Curiosamente, fue en la Ciudad Condal cercano el año 1970 cuando sufrió su segunda persecución, incruenta ésta, junto a nuestro añorado Cardenal y otros religiosos castellanoparlantes, en la época en que el nacionalismo catalán redivivo, inició con la campaña del "Volem bisbes catalans" una batalla para expulsar de su región a quienes representaban otras maneras de entender la catolicidad diferentes a la suya, si se me permite decirlo, más localista.

De entonces fue su regreso, mayor y cansado, a su tierra talaverana. Fue en esa etapa, siendo capellán de las Hermanitas de los Pobres, cuando yo le traté con más frecuencia antes de irme a la Universidad. Así fue hasta que falleció de cáncer en la casita que para su sacerdote tenían las monjitas en un anexo del Asilo, dándonos a los que convivimos con él entonces un ejemplo de fe, entereza y resignación; o de "santidad", como gustaba decir la popular Sor Brígida, limosnera de la congregación de las Hermanitas de los Pobres en la Talavera de aquellos años».

Había sido arcipreste de Puente del Arzobispo y de Pastrana; ecónomo de La Guardia y Escalonilla. Capellán de Religiosas en Toledo. Finalmente, como nos recuerda su sobrino, fue capellán de las Hermanitas de los Pobres, de Talavera. Jubilado. Falleció el 27 de febrero de 1976.

Aquí podéis descargarlo:

https://www.cardenaldonmarcelo.es/blog/martires_22/1956_florindo_miguel.pdf

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