El fundador
Fundador es algo que nunca quiso ser. El padre Miguel de Bernabé siempre tuvo conciencia de que los cristianos seglares necesitaban organizarse y agruparse, y no en razón de un carisma o unos votos, ni nada especial, sino por los propios Compromisos del Bautismo ─más que suficientes─ con una instrucción en cristianismo sólida y práctica, y mucha alegría y diversión.
Se resistía a la idea de fundar algo que ya de alguna manera existiera en la Iglesia; así que, en los comienzos, con el primer grupo de jóvenes, emplearon meses en buscar entre todas las instituciones existentes por si había alguna con las características deseadas. Dice en la Historia del Gardendal: «Y aún insistimos en revisar libros, folletos…, de instituciones actuales por si podíamos detectar la existencia de alguna que nos librara ─yo era consciente de mi deseo de rehusar una duplicación─ del trabajo de fundarla». Por fin, en 1967, al no encontrar ninguna, se decide a fundar la Organización de Católicos Seglares, a título provisional y que fue evolucionando con diversos ensayos y cambios, incluso de nombre.
En 1976, con el grupo más consolidado y las ideas sobre seglaridad algo más desarrolladas, se retira con algunos discípulos a trabajar, además de en la solución de los problemas de la Iglesia actual, en el desarrollo de un marco y praxis seglares.
Poco a poco, el padre Miguel con sus discípulos, va dando forma a las ideas y marcos del que acabaría siendo grupo Gardendal. Después de nuevos estudios y ensayos, va perfilando además la conveniencia práctica en los seglares de la proximidad de sus viviendas para así mejor ayudarse en la vivencia del Cristianismo. Como él decía, elegir tus propios vecinos no es una cuestión de espiritualidad, sino de inteligencia y oportunidad. Nacen así los gardendales: una forma de comunitariedad seglar nueva en la Iglesia, primero en Chiclana de la Frontera y luego en Madrid.
En 2002, el padre Miguel de Bernabé da forma definitiva al grupo de cristianos seglares Gardendal.
Él, que al principio se resistía a fundar, dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo, dedicó su vida a crear para la Iglesia un nuevo modo de vivir para los seglares, con la esperanza, si era deseo de Dios, de impulsar una nueva praxis auténticamente seglar.
En su libro Flash Espiritual dice de los gardendales: «Deberíais comprender que os ha concedido Dios realizar un modo de vivir tan noble y nuevo, que los hombres admiran y a los ángeles alegra».
Los Tres Mosqueteros
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