Sábado, 05 de octubre de 2024

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¿Qué quieres Tú? Comentario para Matrimonios: Juan 16, 23b-28

por ProyectoAmorConyugal.es

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EVANGELIO

El Padre os quiere, porque vosotros me queréis y creéis.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 23b-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios.
Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».

Palabra del Señor.

¿Qué quieres Tú?

Para pedir en nombre del Señor es pedir lo que Él pediría y para ello es necesario estar en Él. Así, Cristo hacía todas las cosas en el nombre del Padre, porque Él está en el Padre. ¿Conozco al Señor como para saber qué desea en cada situación con mi esposo? Pues esto es lo que tengo que pedir al Padre en nombre del Señor para que nuestra alegría sea completa.

Aterrizado a la vida matrimonial:

(Versión oración en mi nombre):
María: Señor, por favor, que cambie este hombre que me has dado. No soporto su soberbia.
Pedro (rezando junto a María): Señor, por favor, que cambie mi esposa. Se cree mejor que yo.
(Versión oración en el nombre del Señor):
María: Señor, ¿Qué quieres de mí en los momentos en que mi esposo me parece que no actúa con humildad? Creo que mis juicios son verdaderos, pero está claro que no estoy cumpliendo tus deseos porque Tú no quieres que le juzgue, sino que le ame. Dame el amor que quieres que le dé para que nuestra alegría sea completa.
Pedro: Señor, sé que tú no permitirías que me diese la sensación de que mi esposa se cree mejor que yo si no fuera porque quieres trabajar mi soberbia de creerme que puedo juzgarla. Tú sólo quieres que la ame. Señor, dame el amor que quieres que le entregue a mi esposa maravillosa en este momento, para que nuestra alegría sea completa.
(Y la alegría de María y Pedro aquel día, fue completa).

Madre,

Habrá un día en que el Señor nos hablará del Padre y lo comprenderemos todo. Ahora nos cuesta, por nuestra limitación y por la dureza de nuestro corazón, pero el día que comprendamos al Padre, ese día lo comprenderemos todo. Es tan grande, tan hermoso, tan inalcanzable para nosotros… contemplarle será nuestra alegría. Alabado sea nuestro Dios, que, a pesar de ser tan grande, se ha fijado en nosotros, tan pequeños. Amén.

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