Sábado, 05 de octubre de 2024

Religión en Libertad

Francisco, muy serio por el brutal naufragio, apunta la gran condición para ser testigo de Cristo

ReL

Antes de rezar un avemaría por los fallecidos, el Papa pidió que cada uno rezase en silencio y él también lo hizo, en un momento siempre impresionante.
Antes de rezar un avemaría por los fallecidos, el Papa pidió que cada uno rezase en silencio y él también lo hizo, en un momento siempre impresionante.
El saludo del Papa a las distintas comunidades de fieles presentes en la Plaza de San Pedro, un momento donde siempre deja ver jovialidad, fue este domingo serio y abatido. Francisco se mostró visiblemente conmovido por la nueva tragedia sucedida a sesenta millas de la costa libia, donde el naufragio de un barco de inmigrantes le ha costado la vida a cientos de ellos.

"Dirigido un angustiado llamamiento para que la comunidad internacional actúe con decisión y prontitud para evitar que tragedias similares vuelvan a repetirse. Son hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestros, que buscan una vida mejor: con hambre, perseguidos, heridos, víctimas de guerras, buscan una vida mejor. Buscaban la felicidad", dijo el pontífice antes de pedir unos momentos de oración silenciosa a todos los presentes, a los que siguió un Avemaría.

Ver, recordar y relatar... viviendo lo que se ha visto
Comentando las lecturas bíblicas de la liturgia del día antes del rezo del Regina Coeli, Francisco reparó en la palabra que aparece citada dos veces en ellas: "Testimonio". Jesús pide a los apóstoles que sean testigos de su Resurrección: "Los apóstoles, que vieron con sus propios ojos al Cristo resucitado, no podían callarse esta extraordinaria experiencia. Él se había mostrado a ellos para que la verdad de su Resurrección llegase a todos mediante su testimonio".

"La Iglesia tiene la tarea de prolongar en el tiempo esta misión", continuó el Papa: "Todo bautizado está llamado a dar testimonio con sus palabras y con la vida de que Jesús ha resucitado, de que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros".

Pero ser testigo exige unas condiciones: testigo es "alguien que ha visto, que recuerda y que relata. Ver, recordar y relatar son los tres verbos que describen la identidad y la misión".

El testigo "es alguien que ha visto con ojo objetivo la realidad, pero no con ojos indiferentes", precisó: "Ha visto y se ha dejado involucrar en el evento, por eso recuerda. No sólo porque sabe reconstruir de forma precisa los hechos acaecidos, sino porque aquellos hechos le han hablado y él ha captado su sentido profundo. Entonces el testigo relata, no de manera fría o desapegada, sino como alguien que se ha dejado involucrar y desde aquel día ha cambiado la vida. El testigo es alguien que ha cambiado de vida".

Sobre el conteniodo del testimonio cristiano, el Papa recordó que "no es una teoría, no es una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones o un puro moralismo, sino que es un mensaje de salvación, un evento concreto, es más, es una persona, es Cristo resucitado, vivo y único salvador de todos. Pueden dar testimonio de Él quienes han hecho la experiencia personal de Él".

¿Cómo? Rezando y frecuentando los sacramentos: "En la oración y en la iglesia a través de un camion que tiene su base en el bautismo, se nutre de la eucaristía y tiene su sello en la confirmación y su continua conversión en la penitencia. Gracias a este camino, siempre guiado por la palabra de Dios, cada cristiano puede convertirse en testigo de Jesús resucitado, y este testimonio es tanto más creíble cuanto más transparenta un modo de vivir evangélico: gozoso, valiente, manso, pacífico, misericordioso. Si el cristiano se deja dominar por las comodidades, la vanidad o el egoísmo, ¿cómo podrá comunicar a Jesucristo? ¿Cómo podrá comunicar la potencia liberadora de Jesús vivo y de su ternura infinita?".

La Marcha por la Vida y la Sábana Santa
Tras el Regina Coeli, Francisco mostró su apoyo a la Marcha por la Santidad de la Vida que tenía lugar este domingo en Varsovia, "animando a defender y promover siempre la vida humana".

Y recordó que este domingo comenzó la solemne ostensión de la Sábana Santa en la catedral de Turín: "Yo también, si Dios quiere, iré a venerarla. Deseo que este acto de veneración nos ayude a todos a encontrar en Jesucristo el rostro misericordioso de Dios y a reconocerlo en el rostro de los hermanos, y especialmente de los que más sufren".

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