Jueves, 28 de marzo de 2024

Religión en Libertad

Hay una vía para mantener la misa tradicional en las parroquias

Entre el resquicio legal y el prohibir lo que no existe: cómo se va aplicando «Traditionis Custodes»

Misa tradicional.
La aplicación de «Traditionis Custodes» está abriendo diferencias extremas entre unas diócesis y otras. Foto: Patrick, parroquia de San Estanislao en Milwakee (Wisconsin)

C.L. / ReL

Se cumple una semana de la publicación, en la pasada festividad de Nuestra Señora del Carmen, del motu proprio de Francisco Traditionis Custodes, que deroga el de Benedicto XVI Summorum Pontificum y restringe severamente la misa tradicional, al dejar a criterio del obispo la decisión de permitir o prohibir a sus sacerdotes decirla, junto a otras limitaciones, como no poder hacerlo en templos parroquiales ni facilitar la creación de nuevos grupos.

Los criterios de aplicación en las diferentes diócesis que los van anunciando se mueven entre dos extremos: la prohibición de lo que no existe, en algunos casos, y el resquicio legal para no aplicar el punto más problemático a corto plazo, en otros.

Restricciones sin restringidos

La conferencia episcopal de Costa Rica, que preside el arzobispo de Ciudad Quesada, José Manuel Garita Herrera, aplica en su máxima severidad el motu proprio... pero sin que haya nadie a quien aplicarlo. El día 19, todos los obispos del país decretaron que "en adelante no se autoriza el uso del Missale Romanum de 1962 ni de ninguna otra de las expresiones de la liturgia anterior a 1970". Es más: "Dejamos en claro que ya ningún presbítero tiene autorización para seguir celebrando según la liturgia antigua". Todo esto, después de declarar que Costa Rica "nunca" ha contado con un grupo de fieles a la misa tradicional sobre los que hacer caer el peso de su decisión.

Seguían en esto al tempranero obispo de Mayagüez (Puerto Rico), Ángel Luis Ríos Matos, quien dos días antes establecía una prohibición similar tras declarar que en su territorio "no existen comunidades que hayan reclamado la necesidad de celebrar le eucaristía con dicho rito extraordinario".

Canon 87, ¿una salida?

En la misma fecha, el obispo de Springfield (Illinois), Thomas Paprocki, dejaba sin efecto una de las medidas más duras del motu proprio, la que prohíbe que los sacerdotes a quienes se permita seguir diciendo la misa tradicional lo hagan en iglesias parroquiales. En su decreto, monseñor Paprocki autoriza que siga diciéndose misa tradicional "en cualquier día del año" en las dos parroquias donde venía haciéndose. Para ello, se ampara en el canon 87.1 del Código de Derecho Canónico, según el cual "el obispo diocesano, siempre que, a su juicio, ello redunde en bien espiritual de los fieles, puede dispensar a éstos de las leyes disciplinares tanto universales como particulares promulgadas para su territorio o para sus súbditos por la autoridad suprema de la Iglesia".

En la misma línea, el obispo de Knoxville (Tennessee), Richard Stika, se ha acogido también al canon 87 para mantener la misa tradicional en las parroquias donde se estaba diciendo "por el bien de los fieles", pues "no hay alternativas disponibles". El prelado proclama su "solicitud pastoral" por quienes se sienten vinculados a esta liturgia: "Veo en ellos mucha fidelidad y muchos frutos", afirma.

Diócesis abiertas

Entre estas dos disposiciones, los obispos que hasta el momento han tomado decisiones ejecutivas se reparten en situaciones tan diversas como sus diócesis.

Dos prelados que han integrado en ellas la misa tradicional con gran fruto espiritual y pastoral se apresuraron a garantizar que los fieles podrán seguir asistiendo a ella con normalidad, y los sacerdotes continuarán celebrándola, aunque quede pendiente la forma concreta de aplicar el motu proprio.

Uno es el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, quien manifestó a Catholic News Agency el mismo día del Carmen que "la misa tradicional seguirá estando disponible en la archidiócesis de San Francisco en respuesta a las necesidades y deseos legítimos de los fieles".

El otro es el obispo de Fréjus-Toulon (Francia), Dominique Rey, quien dejó clara su disposición acogedora: "Soy testigo del espíritu evangélico y de la comunión eclesial que reinan en estas comunidades en torno a su obispo. Quiero asegurarles mi solicitud paternal y comprensiva".

En una línea intermedia, el obispo de Little Rock (Arkansas), Anthony Taylor, ha suprimido las tres misas tradicionales que se celebraban en parroquias de la diócesis, anunciando que buscará una nueva localización, pero la ha mantenido en las dos parroquias personales que regenta la Fraternidad de San Pedro, dado que sus sacerdotes "aceptan la validez y la legitimidad de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II".

El caso de las peregrinaciones

Una situación particular se ha producido también en España con la peregrinación desde Oviedo al santuario de Covadonga que organiza la Asociación Nuestra Señora de la Cristiandad del 24 al 26 de julio. Este grupo, que moviliza principalmente a jóvenes y familias, tenía permiso del arzobispo de Asturias, Jesús Sanz Montes, para celebrar misa tradicional en la catedral de Oviedo al salir y en la basílica a la llegada de los peregrinos: "Las motivaciones que me expusieron eran asumibles por mí como arzobispo de Oviedo: rezar por el Santo Padre el Papa Francisco, orar también por España en un momento de serias dificultades en nuestra Patria", y hacerlo con el Vetus Ordo "no representaba ninguna objeción ni doctrinal, ni litúrgica, ni pastoral".

Pero el motu proprio ha cambiado las circunstancias: "Me veo en la obligación de no autorizar la celebración de la Santa Misa según el Vetus Ordo en nuestras iglesias parroquiales y demás templos diocesanos, como la catedral y la basílica de Covadonga", señala monseñor Sanz Montes, aunque abre la posibilidad a celebrar misas de campaña durante el recorrido.

Un trailer-anuncio de la  peregrinación a Chartres

El caso de las peregrinaciones no está expresamente contemplado en Traditionis Custodes, pero son eventos donde puede ser más palpable el rigor del motu proprio.

Hay algunas, como la de Oviedo-Covadonga o la París-Chartres, que se convocan con la participación de cientos o miles de jóvenes que asisten a la misa tradicional. Hasta ahora podían iniciarlas y concluirlas en los correspondientes grandes templos. En adelante, tendrá que ser a sus puertas, salvo que los prelados se acojan al citado canon 87.

Pero en peregrinaciones como la de Santiago de Compostela, se encuentran todos los años grupos de peregrinos muy diversos, entre ellos fieles de la misa tradicional de todo el mundo acompañados por sus sacerdotes, que comparten parte del Camino con otros grupos que, llegados al final de la jornada, podrán asistir a misa a cubierto y en un templo mientras ellos lo hacen a la intemperie.

Son, en cualquier caso, situaciones que deberán irse clarificando, y por eso varios obispos han dado autorización temporal y  general a los grupos de misa tradicional, a la espera de "consejo", como manifestó en carta a sus sacerdotes el pasado miércoles el arzobispo de Sidney (Australia), Anthony Fisher, o de "consultas a los asesores", como el obispo de Cleveland (Ohio), Edward Malesic.

Una ceremonia de ordenación de sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro en Inglaterra en 2017, según la misa tradicional en latín

¿De cuántos centros de culto estamos hablando?

El digital católico norteamericano The Pillar ha intentado recabar cifras sobre el uso de la misa tradicional en latín en varios países. Ha contrastado los datos de la web Latin Mass Directory y ha determinado que son fiables. Calcula que en Estados Unidos, donde existen unas 17.000 parroquias, se ofrece en 657 centros de culto plenamente integrados en la Iglesia Católica, de los que 49 están a cargo de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (que tiene 112 sacerdotes y 90 seminaristas en ese país), 32 a cargo de otras organizaciones sacerdotales y el resto (la inmensa mayoría) la ofrecerían sacerdotes diocesanos. De esos centros, 413 la ofrecen cada domingo y 244 sólo algunos domingos o entre semana.  

En Reino Unido, 157 parroquias (el 6% del total) ofrecen la misa según la forma extraordinaria. En Francia se ofrece en unos 200 lugares. 

Según Latin Mass Directory otros países con implantación de la misa según la forma extraordinaria son: Italia (en 90 lugares de culto), Polonia (86 lugares), Australia (65 lugares), Brasil (57), Canadá (43), Alemania (41), España (38), República Checa (29), Irlanda e Irlanda del Norte (20), México (19) y Holanda (16). Otros países contarían con menos de una docena de lugares ofreciendo la misa tradicional en latín. Estas cifras no incluyen las misas de la Hermandad de San Pío X y de las comunidades religiosas espiritualmente afines a ella.

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