León XIV obtuvo «mucho más de cien votos», desvela el cardenal Tsarahazana: Parolin no da detalles

El cardenal Désiré Tsarahazana, en el momento de prestar juramento antes del cónclave.
El cardenal Désiré Tsarahazana, de 70 años, arzobispo de Toamasina (Madagascar), ha desvelado que León XIV fue elegido con mayor amplitud que los 89 votos precisos: "Tuvo mucho más de cien votos", dijo. Así lo reflejan Il Sole 24 Ore y otros medios. Lo hizo este sábado al finalizar el encuentro de los cardenales con el nuevo Papa.
El juramento prestado antes del cónclave por todos los cardenales les exige el "secreto absoluto" y "acerca de todo lo que atañe directa o indirectamente a las votaciones y a los escrutinios para la elección del Sumo Pontífice". La pena por incumplirlo es la excomunión latae sententiae, es decir, por el mismo hecho y sin necesidad de declaración.
Una pauta 'ratzingeriana'
En las últimas horas diversos medios, como ABC o Il Corriere, han publicado informaciones -incompatibles entre sí en algunos puntos- sobre la evolución de los escrutinios en las cuatro votaciones que condujeron a la elección del cardenal Robert Prevost.
Sin necesidad de acudir a esos datos, de casi imposible verificación pública, todos los analistas coinciden en que quien era hasta el jueves prefecto del Dicasterio para los Obispos tuvo que recibir un número muy amplio de votos en la primera votación, pues no hubo margen para excesivos desplazamientos de voto.
En esta hipótesis, el proceso habría sido muy similar al de la elección del cardenal Joseph Ratzinger en 2005. Un proceso bien conocido, porque lo contó el propio Francisco en un libro-entrevista de Javier Martínez-Brocal publicado en marzo de 2024.
El Papa electo no se ve afectado por la posibilidad de la excomunión, pues el mismo juramento de secreto autoriza la revelación si quien la hace recibe para ello "especiales facultades dadas expresamente por el nuevo Pontífice". Francisco se las otorgó a sí mismo.
Benedicto XVI también fue elegido en cuarta votación, un proceso muy rápido porque el cardenal Jorge Mario Bergoglio, que sumaba 40 votos, minoría de bloqueo, se negó a utilizarlos como instrumento de negociación para buscar un candidato alternativo a Ratzinger.
Parolin habla de aplausos, no de votos
¿Jugó un papel similar al de Bergoglio hace dos décadas el cardenal Pietro Parolin, el gran favorito y en quien casi todo el mundo pensó como nuevo Papa cuando la fumata blanca del jueves evidenció la inesperada brevedad del cónclave?
Lógicamente, él no lo revela en el comentario que publicó este sábado en Il Giornale di Vicenza, diario con el que guarda una cordial relación.
Pero sí celebra que la Iglesia haya tardado tan poco tiempo en "reencontrar a su pastor, el sucesor de Pedro": "Se trata, técnicamente, de una elección, pero lo que sucede en la Capilla Sixtina bajo la mirada del Cristo Juez renueva lo que sucedió en los comienzos de la Iglesia cuando se quiso reconstituir el colegio apostólico después de la dolorosa defección de Judas Iscariote. Los apóstoles rezaron para que el Señor, que conoce el corazón de todos, les mostrase quién era el elegido".
Ese misterio "se repitió en los últimos días", explica el que ha sido doce años secretario de Estado de Francisco, a quien agradece la "paciencia" que tuvo con él.
"Creo no revelar ningún secreto", añade (y, en efecto, no incumple el juramento porque no se refiere a los escrutinios), "si escribo que un larguísimo y caluroso aplauso siguió al 'acepto' que convertía a León XIV en el 267º Papa de la Iglesia".
¿Cómo es el nuevo Papa?
Parolin señala que le impactó "la serenidad que transparentaba su rostro en momentos tan intensos y, en cierto sentido, dramáticos, porque cambian totalmente la vida de un hombre. Jamás perdió su dulce sonrisa, aunque, imagino, con la viva conciencia de los no pocos y nada sencillos problemas que tiene que afrontar la Iglesia hoy".
Esa serenidad del nuevo Papa ya la había comprobado en sus primeros años como secretario de Estado -cuenta en el artículo- tuvo que afrontar una "cuestión espinosa" concerniente a la Iglesia en Perú, donde él ya era obispo de Chiclayo. Asimismo durante los dos años en los que ha coincidido con el cardenal Prevost en la Curia desde su nombramiento en 2023 como prefecto del Dicasterio para los Obispos.
"He podido experimentar su conocimiento de las situaciones y de las personas, su calma al argumentar, su equilibrio al proponer soluciones, su respeto, atención y amor por todos", añade antes de concluir prometiéndole "afecto, obediencia y oración".