Mensaje del Papa en el Ángelus: el Jubileo de Voluntarios y los que rezan

Unas religiosas rezan por el Papa Francisco, con velas y rosarios, de noche
Roma se ha llenado de personas generosas, voluntarios de todo tipo de organizaciones, que han acudido al Jubileo de los Voluntarios. Muchos de ellos pasan ante el Policlínico Gemelli y rezan por el Papa Francisco junto a la gran estatua blanca de San Juan Pablo II.
El Papa Francisco, desde el 14 de febrero en el hospital y con serias dificultades para hablar, no puede asomarse a hacer alocuciones con motivo del Ángelus, pero sí ha hecho llegar un mensaje en esta mañana del primer domingo de Cuaresma.
Los voluntarios, signo de esperanza y profecía
El Papa Francisco agradece en su mensaje la generosidad de los que se entregan en el voluntariado, necesario en nuestras sociedades "demasiado esclavizadas a la lógica del mercado, donde todo corre el riesgo de someterse al criterio del interés y de la búsqueda del beneficio".
Los voluntarios, dice el Papa "despiertan la esperanza". "El voluntariado es profecía y signo de esperanza, porque testimonia la primacía de la gratuidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados", añade.
Ejercicios espirituales: aprovechar la Cuaresma
Esta semana empiezan los ejercicios espirituales de la Curia romana, sin que Francisco pueda acudir , y sin la habitual predicación del cardenal capuchino Raniero Cantalamessa (el nuevo predicador de la casa pontificia es Roberto Pasolini, que es capuchino y biblista como Cantalamessa, pero muy distinto en otras cosas).
Francisco ha expresado su unión espiritual con el personal de la Curia que acude a estos ejercicios. Anima a todos a vivir la Cuaresma como «un tiempo de purificación y renovación espiritual, un camino de crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad».
Oración por los enfermos y países en guerra
El Pontífice agradece también a los que cuidan de los enfermos, a los que siguen rezando por él durante esta prolongada estancia en el hospital y lanza un nuevo llamamiento por la paz.
"Quisiera dar las gracias a todos los que me muestran su cercanía en la oración: ¡gracias a todos de corazón! Yo también rezo por vosotros", dice a los que rezan por su recuperación.
En su mensaje se acuerda también de los médicos, los voluntarios, el personal de la Curia y los pueblos en guerra.
"Mientras estoy aquí, pienso en tantas personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor. Necesitamos esto, el «milagro de la ternura», que acompaña a los que están en la prueba, aportando un poco de luz en la noche del dolor", afirma su mensaje.
"Juntos seguimos invocando el don de la paz, en particular en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano y Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo. En particular, me he enterado con preocupación de la reanudación de la violencia en algunas partes de Siria: espero que cese de una vez por todas, con pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente los civiles".