«La voz de Dios y su diseño sobre nuestra vida no se reconocen en el ruido y la agitación»

El nuevo papamóvil es más cómodo y seguro.
Como anunció al mediodía, Benedicto XVI se trasladó la tarde de este sábado 8 de diciembre a la Plaza de España en el centro de Roma, para el tradicional homenaje a María Inmaculada.
Allí presentó la tradicional ofrenda de flores ante la columna de la Inmaculada, a donde llegó en su nuevo papamóvil, más cómodo, seguro y fácil de transportar en avión para los viajes internacionales, regalado por Mercedes Benz. El nuevo diseño mejora la visibilidad del Papa través de cristales más amplios y de mayor transparencia, al tiempo que la iluminación de todo el panel interior del techo permite verle de noche como si fuese de día.
En una festividad tradicionalmente vinculada a España, que la tiene como su patrona y fue durante siglos la histórica defensora de la proclamación del dogma, el Papa saludó al embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga, y al cardenal español Julián Herranz.
Tres mensajes: el silencio...
Durante su alocución, Benedicto XVI invitó a pensar sobre un hecho: "Nos sorprenden siempre, y nos hace reflexionar, el hecho de que el momento decisivo para el futuro de la humanidad, el momento en que Dios se hizo hombre, está rodeado de un gran silencio. El encuentro entre el mensajero divino y la Virgen Inmaculada pasa totalmente desapercibido: nadie sabe, nadie habla de ello. Es un acontecimiento que, si hubiera sucedido en nuestro tiempo, no dejaría huella en los periódicos y en las revistas, porque es un misterio que sucede en el silencio".
Todo eso indica, según el Papa, que "lo que es realmente grande a menudo pasa desapercibido y el silencio apacible se revela más fructífero que la frenética agitación que caracteriza nuestras ciudades, pero que - con las debidas proporciones- se vivía ya en las grandes ciudades de entonces, como Jerusalén. Aquel activismo que nos impide detenernos, estar tranquilos, escuchar el silencio en el que el Señor hace oír su voz discreta".
"La voz de Dios", pues, "no se reconoce en el ruido y la agitación; su diseño en nuestra vida personal y social no se percibe quedándose en la superficie, sino yendo a un nivel más profundo, donde las fuerzas no son de índole económica o política, sino morales y espirituales. Es allí, donde María nos invita a ir y a sintonizar con la acción de Dios".
...la salvación...
También afirmó el Papa que "la salvación del mundo no es obra del hombre -de la ciencia, de la tecnología, de la ideología-, sino es por la gracia... El poder del amor de Dios es más fuerte que el mal, puede llenar los vacíos que el egoísmo provoca en la historia de las personas, de las familias, naciones y el mundo. Estos vacíos pueden convertirse en infiernos, donde la vida humana es como si se tirara hacia abajo y hacia la nada, perdiendo el sentido y la luz.".
...y la alegría
Por último, hay una tercera cosa "que nos dice María Inmaculada: nos habla de la alegría, la verdadera alegría que se extiende en el corazón liberado del pecado. El pecado trae consigo una tristeza negativa, que nos induce a encerrarnos en sí mismos. La Gracia trae la verdadera alegría que no depende de la posesión de las cosas, sino que tiene sus raíces en lo más íntimo, en lo más profundo de la persona, y que nada ni nadie puede quitar".
"El cristianismo", afirmó, es esencialmente un "evangelio", una "buena noticia". Pero "algunos piensan que es un obstáculo a la alegría, ya que lo ven en él una serie de prohibiciones y reglas. En realidad, el cristianismo es el anuncio de la victoria de la Gracia sobre el pecado, de la vida sobre la muerte. Y si implica algunos sacrificios y disciplina de la mente, del corazón y del comportamiento, es precisamente porque en el hombre hay la raíz venenosa del egoísmo, que perjudica a sí mismos y a los demás".