Al ex mayordomo del Papa le podrían caer hasta cuatro años de cárcel por el robo de documentos

Paolo Gabriele en el papamóvil.
Cada año, la Justicia Civil del Estado de la Ciudad del Vaticano aborda unos 30 casos, que casi siempre se refieren a pequeños hurtos y robos a turistas en la Plaza de San Pedro y se resuelven con rapidez. Pero el caso que empieza mañana, el llamado «Vatileaks», es mucho más complicado.
Se acusa a Paolo Gabriele, ex mayordomo del Papa arrestado en mayo, de «robo de documentos reservados con agravante» y al informático Claudio Sciarpelletti, de «complicidad». El primero se enfrenta a hasta cuatro años de cárcel por apropiarse y difundir documentos secretos del Papa, y el segundo, a un año de prisión. Se cumplirían en instalaciones de Italia, porque en la Ciudad del Vaticano no hay cárcel. Gianluigi Nuzzi, el periodista italiano que difundió los documentos papales secretos, no está sujeto a la Justicia vaticana porque su actividad tuvo lugar fuera del diminuto estado.
Los jueces son laicos que ejercen la docencia
Los tres jueces del tribunal son juristas y abogados laicos que trabajan o ejercen la docencia en Italia de lunes a viernes, y por eso el juicio se realiza en sábado, su día libre. Es un proceso completamente civil, que no implica en nada a la Iglesia, su doctrina o al derecho canónico. Según la normativa vaticana, no es obligatorio para los imputados estar presentes, y puede bastar con que envíen a un abogado. Gabriele, en libertad condicional, ya ha admitido que es culpable, pero eso no basta para que el tribunal emita su sentencia: podría encubrir a otra persona, estar presionado para autoinculparse, etc.... La defensa puede recurrir a detalles inesperados...
«No es como en Perry Mason»
Pero Giovanni Giacobbe, promotor de justicia de la Corte de Apelaciones vaticana afirmó ayer en un encuentro con la Prensa que hacer copias de materiales a los que se accede de forma ilícita es una forma de robo. Por otra parte, si el mayordomo resultase absuelto, lo mismo sucedería con el informático, ya que sólo se le acusa de «complicidad».
Giacobbe señaló otras peculiaridades del proceso, como que los acusados, al declarar, no tienen que prometer ni jurar nada, «no es como en Perry Mason», dijo. Si Gabriele vuelve a confesarse culpable y expresa arrepentimiento «se tendrá en consideración», añadió Giacobbe.
El Papa puede otorgar clemencia
Una vez emitida una sentencia de culpabilidad, el Papa puede otorgar «gracia» o «clemencia» y perdonar a los condenados, que ya no tendrían que ingresar en prisión.
Un juicio justo
Giovanni Giacobbe aseguró que el Tribunal del Vaticano que juzgará al mayordomo «disfruta de la máxima independencia. Nunca ha habido presiones. Será un juicio justo».
Un juicio con periodistas
Al juicio accederá un pequeño grupo de periodistas ya seleccionados, sin que se puedan grabar imágenes ni sonido después de su presentación inicial. El último juicio de importancia en la Ciudad del Vaticano tuvo lugar en 2007, cuando a un empleado se le juzgó por la posesión de 87 gramos de cocaína.
La nueva estrategia de la defensa de Paolo Gabriele
De «chivo expiatorio» a trabajador arrepentido por la infidelidad hacia su patrón, pasando por padre preocupado por sus hijos. En el “entourage” de Paolo Gabriele se ha registrado un drástico cambio en la imagen que ha dado los medios de comunicación, informa Vatican Insider
Entre «tensiones y esperanzas», la nueva línea de comunicación que se ha adoptado es: «arrepentimiento-redención» del cuervo. Después de la confesión es imposible sostener que Gabriele era ajeno al delito y tampoco se sostiene su imagen como peón de un juego mucho más grande que él. Ha pasado de mero instrumento a culpable ansioso por remediar el daño provocado. La imagen que se ofrece del exmayordomo papal en el banquillo es la expresión de una estrategia defensiva que apuesta por la asunción de sus responsabilidades y espera la gracia del Pontífice.
La evidente violación del juramento de confidencialidad se degrada de esta forma a «acción de emergencia» en una situación de estrés psicológico grave. Una fotografía dulzona con respecto al estruendo inicial del complot en contra del anillo débil de la cadena.
«En este momento, Paolo es una persona postrada psicológicamente porque justamente al acercarse el proceso se ha dado cuenta de que sus acciones involucraron a toda la familia, que está pagando las consecuencias en términos humanos», indicaron a la agencia Ansa algunas personas cercanas a la familia de Paolo Gabriele, describiendo el estado de ánimo del exmayordomo que afrontará el proceso el próximo sábado: «En este momento, la principal preocupación de Paolo son sus hijos, sobre todo por los disgustos que han provocado los medios en sus vidas».
El matrimonio Gabriele, según dicen, ha tratado de explicar a sus hijos todo lo que está sucediendo, pero no es fácil protegerlos de un evento de esta magnitud como es el proceso.
Lo que esperan todos los amigos de Paolo es que durante el proceso salgan finalmente a la luz los motivos que lo llevaron a actuar de esta forma. Piensan que Paolo Gabriele, para haber hecho lo que hizo, debe haber visto que algo muy grave estaba sucediendo alrededor del Pontífice. De lo contrario, «por como lo conocemos», no se pueden explicar estas acciones.