Lunes, 29 de abril de 2024

Religión en Libertad

Los programas sociales en EEUU


Para el ciudadano español, la seguridad social es sanidad y pensiones. Si la seguridad social estadounidense no incluye sanidad, ¿en qué consiste?

por Marta Alejandro

Opinión

Otro fenómeno asociado con el intento de reforma sanitaria estadounidense ha sido la repetición de un estereotipo más sobre EEUU: el Gobierno estadounidense no tiene ningún sistema de prestaciones sociales, y sus ciudadanos no reciben asistencia de su gobierno. ¿Es eso cierto? Vayamos por partes.
 
Sí es cierto que EEUU no tiene un sistema sanitario de cobertura universal costeado con los impuestos, aunque los programas federales de «asistencia social» son muy numerosos. En el ámbito sanitario, el Gobierno Federal ofrece dos grandes  programas de asistencia sanitaria, uno para todos los jubilados, independientemente de sus ingresos (Medicare), y otro para personas sin recursos (Medicaid). Según la Oficina Presupuestaria del Congreso, en 2007, el gasto del Gobierno en estos programas supuso el 4% del PIB y se espera que se incremente al 25% en 2025. En 2008, el gasto en sanidad constituyó la mayor partida del presupuesto federal, un 23%, por encima del gasto en defensa y en la seguridad social, que se llevaron un 21% del presupuesto cada uno.
 
Como acabo de mencionar, el presupuesto del Gobierno Federal tiene una partida dedicada a la seguridad social. Para el ciudadano español, la seguridad social es sanidad y pensiones. Si la seguridad social estadounidense no incluye sanidad, ¿en qué consiste?
 
Los fondos federales de la seguridad social, según los datos de la Administración Federal de la Seguridad Social,  se gastan en pensiones para jubilados, viudos y huérfanos, y personas discapacitadas; el seguro de desempleo; la asistencia temporal a familias necesitadas; el seguro médico para niños de familias de ingresos medios que ganan demasiado para el programa Medicaid; y los ingresos complementarios de la seguridad social: las pensiones adicionales para personas que trabajaron en oficios de alto riesgo o que no cotizaron lo suficiente a la seguridad social.
 
Con lo dicho, uno se pregunta por qué los medios de comunicación y los políticos europeos difunden la idea de que EEUU no ofrece ningún programa de asistencia social. Hay dos posibilidades: o bien están desinformados, o bien propagan sin reparos una falsedad voluntaria.
 
La tercera parte del estereotipo es que cuando el gobierno estadounidense ofrece un programa federal, gasta poco y los beneficiados son muy escasos. El primer ejemplo es el seguro de desempleo. Me he encontrado con personas en Europa que afirman que en EEUU te pueden despedir en cualquier momento (cierto), sin motivo alguno (no tan fácil, sólo es posible cuando la empresa se reestructura o cierra) y sin que recibas prestación por desempleo (totalmente falso, con la excepción de que el despido sea justificado por mal rendimiento o conducta no ética).
 
El seguro de desempleo cubre a personas contratadas de forma no temporal y a jornada completa: igual que en España, excluye a autónomos, empresarios y a trabajadores con contratos de temporada. La mayor complicación para entender el sistema es que las prestaciones varían de estado a estado, al igual que ocurre en la Unión Europea, con diferentes niveles de prestaciones en cada país. En diciembre de 2008 el seguro de desempleo para el Estado de Colorado pagaba entre 25 y 455 dólares a la semana durante un periodo de 13 a 26 semanas, dependiendo de los ingresos que se tenían y el tiempo trabajado. Desde esa fecha, el gobierno federal ha ampliado la cantidad y el periodo de pagos.  
 
Otros «programas sociales» similares a los europeos son las subvenciones a los alquileres, los programas de guardería para familias y ancianos de pocos recursos, las subvenciones para comida destinadas a niños y embarazadas de pocos recursos, etc.
 
Finalmente, habría que mencionar un aspecto del que se habla muy poco en Europa: los programas existentes en EEUU y que no existen allí. Entre ellos está el Programa Nacional de Almuerzos Escolares: un programa de comidas (desayunos y almuerzos) subvencionadas para los escolares estadounidenses, iniciado en 1946 por el Presidente Harry Truman y ampliado en 1969. Este programa ofrece comidas a precio de costo, reducido o gratuitas a todos los escolares durante el curso, y totalmente gratuitas a todos los niños de 1 a 18 años durante el verano. Así es, todo menor de edad estadounidense puede desayunar y comer totalmente gratis, si los padres lo llevan a los comedores escolares designados. Han leído bien: todos, absolutamente todos, desde los hijos de Bill Gates al último niño pobre del país. Quizás demasiado generoso, pero, hay quien piensa que no hay niño que no se lo merezca.
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