Qué es ser cristiano según Newman, próximo doctor de la Iglesia

John Henry Newman (1801-1890) se convirtió al catolicismo desde el anglicanismo y fue creado cardenal en 1879.
San John Henry Newman fue canonizado el 13 de octubre de 2019 por el Papa Francisco y el 1 de noviembre será nombrado Doctor de la Iglesia.
El Papa León XIV firmó el nombramiento en verano de este cardenal, fundador del Oratorio de San Felipe Neri, que sobre todo será recordado por su conversión del anglicanismo.
"Somos lanzados fuera de nuestro dominio por la voz misma que nos habla dentro de nosotros... Este sentimiento interior no nos permite reposar en nosotros mismos, sino que, al contrario, nos empuja a buscar fuera de nosotros a Aquel que ha impreso su Palabra en nosotros"
Pensamientos y sentimientos como estos le animaron a seguir buscando la Verdad, a pesar de ser un reconocido clérigo anglicano. Fue fiel a su conciencia, a la voz del Señor en su interior, a pesar de las críticas que se le hacían desde ambos lados. Y esto quizá sea una de sus principales características, esta seriedad y respeto a su corazón.
"Ningún bien puede derivarse de ningún cambio que no sea sentido con el corazón, que no sea un desarrollo de sentimientos que brotan libres y serenos del interior del seno de todo el cuerpo".
No tener respuestas de todo
Aunque nuestro camino no sea tan arduo como el suyo, es algo que podemos aprender de él, así como esa búsqueda incansable por lo verdadero, lo bueno y lo bello. El cristiano no puede quedar satisfecho por su “modo de ver el mundo”, por la “concepción cristiana de las cosas”, pues la luz de la conciencia iluminada por la fe lo lleva siempre más allá de lo que él ha concebido.
Este movimiento hacia afuera y hacia un más de lo que conocemos garantiza la vitalidad de la fe. El reconocimiento de la presencia de Cristo no puede identificarse con una especie de sabiduría total al alcance del cristiano, gracias a la cual bastaría invocar esa presencia santa para tener las respuestas en todo, acerca de la propia vida y acerca del mundo.
Sólo desde la humildad
La fe puede perder su forma auténtica y dejar el lugar a la superstición, lo sabe bien Newman, pastor de almas: "Buscamos fuera de nosotros mismos ese Verbo viviente al que podemos atribuir todo lo que resuena en nuestros corazones, y como estamos persuadidos de que este Verbo se encuentra en todas partes, con frecuencia creemos encontrarlo cuando no hay nada de Él".
Newman es espontáneamente contrario a las síntesis forzadas. Sólo los humildes pueden escapar de la confusión, los que poseen la humildad que acepta que la luz de la fe es una certeza que no disipa todas las preguntas. Por eso permanecen el temor y el temblor de los que habla San Pablo, también por el hecho del sentimiento íntimo de ser pecadores: "Todos los que intentan cumplir la voluntad de Dios se dan cuenta de que no lo hacen sino de modo muy imperfecto... y cuanto más llegan a dominar su corazón mejor disciernen su tara original y su vicio indeleble".
En cierto modo, la luz de la fe hace al cristiano más inseguro que los demás hombres respecto de todo menos de Dios y de su salvación. Esto es lo que la Escritura llama caminar en esperanza. La fe se hace esperanza como se ve, según San Pablo, ejemplarmente en Abraham, "porque la fe comienza a caminar sin saber a dónde va. No regatea, no pide ver por anticipado el fin del viaje... Está persuadida de tener suficiente luz para avanzar... La fe abandona el conocimiento del país que atraviesa a Aquel en quien espera".
Sencillez vs racionalismo
Nada combatió tanto Newman como el racionalismo de los cristianos que querían hacer de la fe un sistema filosófico de la razón ilustrada, y nada defendió tanto como la fe de los sencillos, precisamente él, que soñaba con laicado instruido, porque la instrucción es servicio al don simple de la fe: "La fe no tiene necesidad de mucha luz para emprender su viaje, y se aplica más a obedecer que a cuestionar".
Por eso el que ha conocido a Cristo vuelve continuamente al Evangelio para escuchar de nuevo a Dios y su fe no pide "al texto de la Escritura pruebas rígidas e incontestables de su doctrina... No olvida nunca que es Cristo el que le habla en la Escritura, y recibe sus palabras como si las escuchase con sus oídos, como si algún amigo y superior se las insinuase, uno a quien se quisiera complacer, y no como si se tratase de la letra muerta de un documento que se podría examinar a placer".
Se pueden reconocer en estas afirmaciones del sermón sobre La fe sin la visión tanto el verso famoso de la oración Lead kindly Light (1833), "no pido conocer todo el panorama, un paso me basta", como el tema principal de la Gramática del asentimiento (1870), anticipado por el Sermón 15 de los Sermones Universitarios. Y se puede reconocer, y es bueno ponerlo como ley para la acción del cristiano en el mundo, esa "regla de la Providencia de Dios" de que "debemos triunfar a través del fracaso", que hay que saber entender en el misterio de Cristo, no dialécticamente.
Qué es ser cristiano
Pero todo esto traza a la vez la peculiar forma de vivir en el mundo por parte del cristiano, la alegría de su abandono en Dios, su humildad ante Dios y ante los demás, su conciencia de ser guiados continuamente, y se dibuja a la vez la conciencia de la fe como camino, como misión personal. Newman lo expresa en una célebre reflexión que copiamos entera, por resumir perfectamente su visión de qué es ser cristiano:
"Dios era del todo absolutamente bienaventurado en Sí mismo; pero fue su voluntad crear un mundo crear un mundo para Su gloria.
»Él es Omnipotente, y podría haber hecho todas las cosas Él mismo, pero ha sido Su voluntad realizar sus propósitos mediante los seres que Él ha creado.
»Todos nosotros hemos sido creados para su gloria, hemos sido creados para hacer Su voluntad. Yo he sido creado para hacer algo para lo que nadie más ha sido creado; yo tengo un lugar en los planes de Dios, en el mundo de Dios, que no tiene nadie más; si soy rico o pobre, despreciado o estimado por los hombres, Dios me conoce y me llama por mi nombre.
»Dios ha me ha creado para hacer a Él algún servicio definido; Él me ha encargado una obra determinada que no ha encargado a otros. Yo tengo mi misión: yo no puedo conocerla jamás en esta vida, pero se me dirá en la otra. En cierto modo yo soy necesario para sus propósitos, tan necesario en mi lugar como un Arcángel en el suyo.
«Si, en verdad, no cumplo, Él puede suscitar a otro, como podría suscitar de las piedras hijos de Abraham. Pero yo tengo una parte en su gran obra; soy un eslabón en la cadena, un vínculo de conexión entre personas. Él no me ha creado para la nada.
»Yo haré el bien, yo haré Su obra; yo seré un ángel de paz, un predicador de la verdad en mi propio lugar, no con la intención sino guardando de hecho sus mandamientos y sirviéndole a Él en mi vocación.
»Por eso, yo confiaré en Él. Lo que sea, donde sea que esté, no puedo nunca ser desechado. Si me encuentro en la enfermedad, mi enfermedad le puede servir; en la perplejidad, mi perplejidad le puede servir; si estoy en el pesar, mi pesar le puede servir. Mi enfermedad, mi perplejidad, mi pena pueden ser causas necesarias de un fin grande que va mucho más allá de nosotros.
»Él no hace nada en vano; Él puede prolongar mi vida, Él puede acortarla; Él sabe lo que Él es para ella. Él puede quitarme a mis amigos, Él puede arrojarme entre extraños, Él puede hacerme sentir desolado, hacer que mi ánimo decaiga, ocultarme el futuro: aun entonces, Él sabe lo que Él es para mi vida.
»¡Oh Adonai, oh Regente de Israel! Tú has guiado a José como un rebaño, ¡oh Emmanuel, oh, Sabiduría!, yo me doy a Ti. Yo confío en ti completamente. Dígnate cumplir tus altos propósitos en mí cualesquiera que sean: trabaja en mí y a través de mí. Yo he nacido para servirte, para ser tuyo, para ser tu instrumento. Haz que yo sea tu ciego instrumento. No te pido ver, no te pido conocer, sólo pido ser utilizado.
Según Hans Urs von Balthasar, hay santos que la Iglesia ofrece a Dios, porque en ella se santifican mediante el amor y el servicio, pero hay otros santos que Dios da a su Iglesia, y que son los que abren caminos cerrados por los que muchos pueden caminar (Historia de una misión).
Las palabras de Newman nos sirvan para descubrir los caminos que Dios tiene preparados para nosotros.
- Este artículo está basado en ideas del libro: 'John Henry Newman' (Fundación Maior), de Stratford Caldecott, Léonie Caldecott y Ricardo Aldana y en el capítulo 'Newman y el laicado' del seminario 'John Henry Newman: testigo y maestro' de la Fundación Maior.
Cultura
Por qué es importante para los católicos conocer y leer al cardenal Newman, converso y ahora santo
Irene Martín / ReL