En la pequeña localidad de Cocullo, en los Abruzos (centro de Italia), cada 1 de mayo sacan en procesión a su patrón, Santo Domingo de Sora (9511031), con esta peculiar estampa: cargando con las serpientes que los vecinos han cazado y conservado en las semanas anteriores, y que al terminar la ceremonia son devueltas al campo. El santo vivió siete años en el pueblo y fundó varios monasterios en la región, y con esta costumbre se le pide protección contra la mordedura de estos animales. Hasta los años 50, cuando lo prohibieron las autoridades civiles, se utilizaban en la procesión serpientes venenosas.
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