Misa del Domingo 30 de noviembre, Primero de Adviento: retransmisión en vídeo, lecturas y homilía
Vive la Santa Misa del domingo desde casa o en comunidad. Aquí encontrarás la retransmisión en vídeo, las lecturas del día, el Evangelio y la homilía para acompañar tu oración dominical. Cada semana compartimos la Misa dominical completa para ayudarte a vivirla con fe y recogimiento.

Misa del domingo 30 de noviembre, primer domingo de Adviento.
La Eucaristía es el centro de la vida cristiana.
Te invitamos a:
- preparar tu corazón antes de la Misa;
- ofrecer tus intenciones con fe.
Sigue aquí la Misa dominical en directo o grabada. Participa desde donde estés y únete espiritualmente a la celebración de la Iglesia.
Retransmisión en vídeo
- Misa dominical en Nazaret TV desde la parroquia de Santa Teresa del Niño Jesús de Barcelona:
Consulta las lecturas bíblicas correspondientes a este domingo: primera lectura, salmo, segunda lectura y Evangelio.
Primera lectura: Isaías 2, 1-5
- Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén. En los días futuros estará firme el monte de la casa del Señor, en la cumbre de las montañas, más elevado que las colinas. Hacia él confluirán todas las naciones, caminarán pueblos numerosos y dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, la palabra del Señor de Jerusalén". Juzgará entre las naciones, será árbitro de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor.
Salmo responsorial: Salmo 121
- Canción de las subidas. De David. Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor". Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén: "Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios". Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: "La paz contigo". Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien.
Segunda lectura: Romanos 13, 11-14
- Comportaos así, reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo, y no deis pábulo a la carne siguiendo sus deseos.
Evangelio: Mateo 24, 37-44
- Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
Reflexión
Comenzamos hoy un nuevo año litúrgico, y con él se abre el tiempo de Adviento, una de las etapas más hermosas y significativas del camino cristiano. Cuatro semanas en las que la Iglesia nos invita a preparar el corazón para recibir al Señor que viene, no sólo en la memoria gozosa de su nacimiento en Belén, sino también en su venida diaria a nuestras vidas y en su retorno glorioso al final de los tiempos.
El Adviento es, por tanto, un tiempo de esperanza activa, de vigilancia y conversión. No se trata de un simple preámbulo a la Navidad, sino de un tiempo de gracia en el que Dios nos despierta del sueño de la rutina y nos llama a vivir con el corazón encendido. En medio de la prisa, del ruido y del consumismo que suelen llenar estas semanas, la liturgia nos invita a detenernos, a hacer silencio, a mirar más allá de lo inmediato y descubrir los signos discretos de la presencia de Cristo entre nosotros.
La Palabra de Dios de este domingo -con la voz profética de Isaías, la exhortación de San Pablo y el llamado de Jesús a “velar”- nos sitúa ante la urgencia de despertar, de abrir los ojos a lo esencial. Este es el espíritu del Adviento: vivir atentos a la venida del Señor, con fe, con alegría y con esperanza renovada.
- Fray Dailos José Melo González, O.P. - Real Convento de Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife)
El precepto dominical solo se cumple con la asistencia presencial a misa
Según las "Orientaciones para la retransmisión de la celebración de la Eucaristía" publicadas en 2023 por la Conferencia Episcopal Española, "la participación en la celebración, de manera especial en la eucaristía, es imprescindible para la vida cristiana", y por tanto, "para aquellos cristianos que no están impedidos" para asistir a misa presencialmente, "seguir la celebración por medio de una retransmisión es insuficiente".
Sin embargo, cuando "razones de edad, de salud, circunstancias familiares o del lugar en el que viven, suponen una grave dificultad para vivir de forma presencial el encuentro dominical con la comunidad", seguir la misa retransmitida puede ser "un instrumento valioso para sostener y hacer crecer su vida espiritual", aunque "no están obligadas por el precepto dominical ni la retransmisión sirva para cumplirlo".