Érase publica «La octava flecha», de J. Augustine Wetta, ficción en la línea de Lewis y Tolkien
Pedro y María Loreto, editores, nos cuentan su proyecto.

María Loreto Ríos y Pedro Lara Astiaso, junto con el primer título de su editorial, 'La octava flecha', de J. Augustine Wetta.
Acaba de nacer la editorial Érase, cuyos responsables, Pedro Lara Astiaso y María Loreto Ríos, creen firmemente en el poder educativo y transformador de las historias. Se confiesan "amantes de la lectura y devotos admiradores de la fantasía anglosajona moderna, que parte de George MacDonald y alcanza su culmen en Lewis y Tolkien", y por eso se han lanzado a la "aventura" de acercarla al público español, "además de rescatar clásicos inmerecidamente olvidados".
Del mismo modo que C.S. Lewis dijo que fue Phantastes, una gran obra de MacDonald, la que "bautizó" su imaginación y sentó las bases de su futura conversión al cristianismo, con Érase pretenden lo mismo: "Llegar a todo tipo de lectores para bautizar su imaginación, al tiempo que les ofrecemos a las familias católicas una literatura sana y de calidad, tanto en la forma como en el contenido, para sus hijos".
-¿Qué papel juegan las buenas historias, como las de George MacDonald, C.S. Lewis y J.R.R. Tolkien, en la promoción del sentido común en una sociedad cada vez más desorientada?
-Creo que la desorientación que padece hoy nuestra sociedad se debe a su desconexión de la realidad. Yo diría incluso que el mundo actual se caracteriza en buena medida por su rechazo de la realidad: un rechazo de lo evidente en favor de lo ideológico, de lo lógico en favor de lo absurdo, de lo físico en favor de lo virtual, de lo natural en favor de lo artificial, etc.
»Las buenas historias son un gran remedio para esta preocupante situación, porque constituyen un medio privilegiado de inmersión en la realidad. En primer lugar, porque despiertan nuestra capacidad de asombro, tantas veces embotada. Cuenta Tolkien que fue en los cuentos de hadas donde descubrió por vez primera “el poder de las palabras y lo maravilloso de las cosas”. Un joven que mantenga vivo su asombro ante el mundo creado será menos vulnerable a los cantos de sirena del mundo virtual y las ideologías.
»Y, en segundo lugar, porque nos introducen en la estructura profunda, moral, de la realidad y nos ayudan a orientarnos en ella. Son como el “requesón con miel” de que habla Isaías: nos enseñan a rechazar el mal y a escoger el bien. En otras palabras, nos ayudan a vivir bien. Y el secreto de su éxito es que no lo hacen mediante disquisiciones abstractas, sino apelando a nuestra imaginación y haciéndonos vibrar con narraciones dramáticas, imágenes imborrables y personajes inolvidables. Como dice Flannery O’Connor, “nuestra actitud ante la vida será distinta si solo nos han enseñado una definición de la fe, que si hemos temblado con Abrahán mientras sostenía el cuchillo para sacrificar a Isaac”.
-"La octava flecha. Odiseo en el inframundo" es el primer libro que publica su editorial. ¿Qué impacto esperan tener con esta obra en sus lectores y cómo se relaciona con su misión de despertar el asombro e introducir en la realidad?
-Una pregunta difícil, porque el impacto que una historia puede tener en el lector depende de tantas variables que resulta impredecible. En cualquier caso, La octava flecha de J. Augustine Wetta es una novela excelente en todos los sentidos (¡de lo contrario, no la habríamos escogido para estrenarnos!), y estamos seguros de que despertará la imaginación de muchos lectores, ayudándoles a redescubrir muchas realidades vitales.

'La octava flecha' de J. Augustine Wetta (n. 1971), benedictino, arqueólogo, profesor y escritor galardonado, entre otros premios, con el Judson Jerome Poetry Award y el Bill Baker Award for Fiction.
»Los temas que toca son tan ricos como variados: lo asombroso (¡lo escandaloso!) de la libertad humana; las desgracias que acarrea el mirarse continuamente a uno mismo, y la liberación que supone el negarse a uno mismo para mirar al otro; la esclavitud a que nos somete la mentira; la naturaleza del mal y el vicio; la verdadera naturaleza del amor; el poder de la gracia y la misericordia, etc. Todo esto y mucho más lo vamos experimentando mientras acompañamos a Odiseo por los nueve círculos del Inferno dantesco, en una vertiginosa aventura que combina de forma genial las obras maestras de Homero y Dante.
-Como una editorial recién nacida y pequeña, ¿cómo planean darse a conocer en el competitivo mercado editorial y lograr un impacto significativo entre los lectores?
-La verdad es que el proceso de darnos a conocer está saliendo adelante principalmente gracias a personas que han creído en nuestro proyecto y que nos están ayudando a promocionarlo de forma totalmente desinteresada. Las grandes plataformas se lo ponen muy difícil a proyectos tan pequeños como el nuestro. Así que querríamos aprovechar esta ocasión para dar las gracias a todos nuestros familiares y amigos, y a todos los periodistas, escritores, blogueros, profesores, influencers y demás personas que han querido apoyarnos sin esperar nada a cambio, y también a todas las librerías que han decidido apostar por Érase y tener nuestro primer libro a la venta.
-Pedro, habló sobre cómo las ideologías pueden distorsionar la literatura. ¿Qué medidas toman en su editorial para garantizar que las historias que publican permanezcan fieles a la realidad y resistan la simplificación ideológica?
-[Pedro] En primer lugar, leemos concienzudamente todos y cada uno de los libros que deseamos publicar. Prestamos atención, por supuesto, a la calidad literaria de la obra, pero también a su trasfondo moral. Circulan por ahí demasiadas novelas que difuminan o directamente eliminan la realidad del bien y el mal, que presentan el vicio como algo deseable o incluso beneficioso o que actúan como meros vectores de transmisión de las ideologías al uso. En nuestras obras, el bien y el mal existen y están en pugna continua (spoiler alert: el bien siempre acaba venciendo), el vicio destruye y la realidad es demasiado rica y compleja como para ser reducida a un puñado de clichés ideológicos.
»Prestamos también especial atención a los símbolos, pues tienen en el hombre una influencia profunda que hoy con frecuencia se pasa por alto. Estamos cansados de dragones magnánimos y lobos amistosos, quimeras que no hacen sino desorientar al lector y que harían convulsionar a Tolkien, a Lewis y a todos los que aman y mantienen vivo su legado.
»Por último, nos cuidamos muy mucho de no contribuir a la propagación de mentiras históricas. Muy a nuestro pesar hemos tenido que descartar algunas obras, por lo demás excelentes, porque daban pábulo a algunos de los episodios más ridículos de la leyenda negra. Imagínese, ¡en uno de ellos ponían a Francis Drake como héroe y modelo de virtud! Lo siguiente será presentar a Enrique VIII como modelo de marido ejemplar...
-Loreto, a mucha gente le preocupa hoy el impacto que pueda tener la inteligencia artificial en diversos ámbitos de la vida humana. En el caso de la literatura, ¿cree que la IA será una bendición o una maldición?
-[Loreto] Yo diría que para responder a esta pregunta debemos tener en cuenta una diferencia esencial entre la IA y los humanos que está estrechamente relacionada con lo que venimos hablando. Los seres humanos tenemos acceso a la realidad; la IA solo tiene acceso a información. La IA no nace ni crece ni muere, no siente ni padece; la IA no se asombra ni se angustia, no conoce el odio ni el perdón; la IA no busca la verdad ni se deleita con la belleza ni tiene deseos de eternidad; la IA no ama ni ansía ser amada.
»A la vista de esto, creo que es más que evidente que la IA jamás podrá escribir una buena historia. Sin duda podrá hacer refritos fabulosos, juntar letras con precisión y rimbombancia, pero el resultado final estará siempre desprovisto de sustancia, de sangre, de alma. Será siempre lo que es: artificial.
»Por otro lado, pienso que la irrupción de la IA podría tener un efecto benéfico en la enseñanza de la literatura. Ahora que ChatGPT ha demostrado que puede escribir comentarios de texto y analizar obras literarias mucho mejor que cualquier estudiante, ¿por qué no les pedimos a nuestros jóvenes que hagan algo que solo los humanos podemos hacer? ¿Por qué no les enseñamos a zambullirse en las obras que leen, a interpelarlas y dejarse interpelar por ellas, a “aterrizarlas” en su vida? Cualquier profesor de literatura estaría encantado de hacer algo así, porque esa es precisamente su vocación.
-Finalmente, ¿qué les dirían a los lectores que aún no conocen la editorial Érase para animarles a descubrir sus libros?
-Lo primero, que visiten nuestra página web, que es una auténtica preciosidad: cálida, hogareña, mágica. Nuestra web habla por sí sola del alma de nuestro proyecto, lo mismo que nuestro nombre y nuestro logo.
»El nombre de la editorial hace referencia a los cuentos que la humanidad ha estado contando de generación en generación, desde tiempos inmemoriales. La llama que aparece en el logo de la editorial es también un guiño a esa tradición milenaria: la palabra "hogar" significa etimológicamente "hoguera", y "hoguera" significa "fuego". Durante siglos, las familias y comunidades se han reunido en torno al fuego para contar historias, historias intemporales transmitidas de padres a hijos y de maestros a discípulos. Este reunirse alrededor de la hoguera acabó siendo el "hogar", donde las familias y amigos se congregan y hablan, donde las personas se cuentan historias y se encuentran cara a cara, sin ruido, sin distracciones, sin prisas.
»Y, por supuesto, que le den una oportunidad a La octava flecha, pues seguro que se alegrarán de haberlo hecho. ¡Es un libro magnífico! Ah, y que estén atentos a nuestras novedades. Pronto publicaremos nuestro segundo libro, una historia fantástica que sigue la estela de C.S. Lewis y Las crónicas de Narnia. Y después también libros infantiles para los más pequeños. ¡Tenemos un verdadero tesoro de literatura infantil y juvenil que estamos deseando dar a conocer!