Religión en Libertad

Dentro de los anabaptistas se encuentran los menonitas y los famosos amish

Los «pacifistas y anarquistas» creyentes a los que ha escrito León XIV por sus 500 años de historia

Entre ellos hablan plódich, una mezlca antigua de bajo alemán, prusiano y neerlandés.

Entre ellos hablan plódich, una mezlca antigua de bajo alemán, prusiano y neerlandés.

Redacción REL
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"¡La paz sea contigo!" – escribió este jueves 29 de mayo el Papa a los anabaptistas –que incluye a los menonitas y a los conocidos como amish-, que celebran el 500 aniversario de la fundación de su movimiento

León XIV señaló que cuanto más unidos estén los cristianos, más eficaz será su testimonio de Cristo, el Príncipe de la paz. "Con ocasión de vuestro encuentro para celebrar el 500 aniversario, os saludo cordialmente a todos, queridos amigos, con las primeras palabras pronunciadas por Jesús Resucitado: ¡La paz sea con vosotros!", comienza la carta del Papa.

"El coraje de amar"

El Papa recordó la alegría que viene de la Resurrección y señaló que en ese "primer día de la semana" Jesús pasó no sólo a través de las puertas cerradas, sino también a través de los corazones temerosos de los discípulos, dándoles el don de la paz.

"Al aceptar la paz del Señor y responder a su llamada, que incluye la apertura a los dones del Espíritu Santo, todos los discípulos de Jesús pueden sumergirse en la novedad radical de la fe y la vida cristiana. De hecho, este deseo de renovación caracteriza al propio movimiento anabaptista", escribió el Papa.

"Todos los discípulos pueden sumergirse en la novedad radical de la fe", les dice el Papa en su carta.

León XIV se refirió al lema elegido para celebrar el 500 aniversario del movimiento anabaptista: "El coraje de amar". Según el Pontífice, este lema indica una dirección de acción para los católicos y menonitas: deben hacer todo lo posible para vivir el mandamiento del amor, la llamada a la unidad cristiana y la obligación de servir a los demás.

"También nos recuerda la necesidad de honestidad y amabilidad al reflexionar sobre nuestra historia común, que no está exenta de dolorosas heridas y narrativas que han influido en las relaciones católico-menonitas hasta nuestros días. Cuán importante es, por lo tanto, la purificación de la memoria y una lectura común y honesta de la historia, que nos permita sanar las heridas del pasado y construir un nuevo futuro con la valentía de amar. Solo así el diálogo teológico y pastoral puede dar fruto, un fruto que perdure", escribió León XIV. 

¿Quiénes son los anabaptistas?

Desde su surgimiento en la Reforma protestante hace 500 años, los anabaptistas han padecido persecuciones religiosas que los llevaron a emigrar durante siglos por varios territorios de Europa y Norteamérica.

Finalmente se asentaron a comienzos del siglo XX en hispanoamérica, donde había tierra, recursos naturales y gobiernos dispuestos a respetar su deseo de no interferencia del Estado en sus prácticas religiosas y culturales.

Hoy son exitosos granjeros, que comercializan grandes volúmenes de granos y alimentos producidos de forma autónoma. Y aunque hay estereotipos sobre su apariencia, la realidad es que las comunidades son muy diversas.

Aquí puedes ver la reciente visita de una youtuber española a una colonia menonita de México.

A mediados del siglo XIV, una rama del anabaptismo surgido de la Reforma protestante fue liderada por el predicador neerlandés Menno Simons (1496-1561), de quien se desprende el término "menonitas": los seguidores de Menno.

La mayoría de sus miembros tienen sus raíces en varios territorios de lo que hoy es Alemania, Países Bajos y Suiza. En el siglo XVI sufrieron múltiples persecuciones religiosas, tanto de gobernantes católicos como de otros cristianos. Eso hizo que su historia estuviera marcada por las migraciones.

Al lugar al que llegaran, solicitaban a los gobernantes respeto a sus creencias, forma de vida y el Privilegium: la demanda de permanecer exentos del servicio militar, el juramento civil e incluso la educación oficial.

Cada vez que los menonitas veían amenazadas estas garantías, optaban por buscar un nuevo hogar, por lo que durante siglos migraron por países como Bélgica, Países Bajos, Prusia, Ucrania y Rusia.

A finales del siglo XIX se dio una gran migración a Canadá, donde se asentaron en la provincia de Manitoba. Al ver nuevamente amenazado su modo de vida por políticas del gobierno canadiense, se dio la primera gran migración a México y Paraguay en la década de 1920.

Los gobernantes de esos países ofrecieron respeto a sus creencias y prácticas. Y a partir de entonces los menonitas comenzaron a extenderse por otros países hasta conformar en la actualidad unas 214 colonias en nueve naciones del continente: Argentina, Belice, Bolivia, Colombia, México, Perú y Paraguay.

Los menonitas conforman una comunidad agraria cerrada en la que los hombres trabajan en los campos de cultivo o con el ganado y las mujeres se encargan del hogar.

Entre ellos hablan plódich, una mezlca antigua de bajo alemán, prusiano y neerlandés que es una de las pocas enseñanzas básicas que reciben en la escuela, junto con aritmética básica, canto y las clases sobre la Biblia.

Los menonitas establecen colonias en sitios remotos, lejos de influencias culturales o tecnologías modernas. De hecho, en algunas colonias los más conservadores todavía se transportan en carruajes, ya que no usan corriente eléctrica, tampoco dentro de casa, que suelen sustituir por baterías.

Las largas jornadas de trabajo de los menonitas, y el conocimiento compartido de siglos sobre la agricultura, han tenido como consecuencia una gran productividad en sus campos agrícolas.

En los lugares donde asientan sus colonias se generan enclaves de riqueza. En el siglo XX, lideraron la producción de carne bovina en Paraguay, la de soya en Bolivia, o de los lácteos en el norte de México.

Hay mucha inversión en tecnologías, sobre todo en la cuestión agrícola, de las semillas, de fertilizantes. Inventan sus propios sistemas de riego, adaptan las maquinarias... Y todo lo que ganan lo vuelven a invertir en sus campos, por lo que rápidamente se genera una dinámica de productividad grande.

Los menonitas son, además, tradicionalmente pacifistas, y al uso de una barba sin bigote –estética histórica del mundo militar– se le unen detalles como el de no llevar botones en la ropa, también propios de los uniformes del Ejército. 

¿En qué creen los anabaptistas?

Los anabaptistas creen en el bautismo de adultos. Solo bautizan a personas que hayan hecho una confesión de fe consciente. El término anabaptista significa "rebautizador", rebautizaban a quienes ya habían sido bautizados como bebés.

Estos grupos protestantes, además, rechazan toda unión entre iglesia y poder político. Creen que la verdadera iglesia debe ser una comunidad de creyentes voluntarios, no una institución estatal.

También practican el pacifismo radical. Rechazan la guerra, el uso de armas y en algunos casos hasta el servicio militar.

Los anabaptistas enfatizan seguir literalmente las enseñanzas de Jesús en los Evangelios (como el Sermón del Monte). Viven con humildad, sencillez y servicio comunitario. Algunas ramas (como los huteritas) viven en comunidades donde comparten bienes y trabajan juntos.

No tienen una jerarquía eclesiástica y cada comunidad tiene sus líderes y decisiones autónomas, aunque algunas redes colaboran entre sí.

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