Jueves, 25 de abril de 2024

Religión en Libertad

Dura carta de los obispos polacos a los alemanes: les recuerdan los principios de la fe católica

A la izquierda, monseñor Gadecki, presidente de los obispos polaco; a la derecha, monseñor Bätzing, presidente del episcopado alemán
A la izquierda, monseñor Gadecki, presidente de los obispos polaco; a la derecha, monseñor Bätzing, presidente del episcopado alemán

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El arzobispo de Poznan, Stanislaw Gadecki, ejerciendo como presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, y en nombre de los obispos de este país, ha enviado una contundente carta a monseñor Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, en la que le recuerda a la Iglesia en Alemania los principios de la fe católica.

Esta misiva está enmarcada en la deriva del conocido como “camino sinodal” alemán y que tiene dividido al episcopado germano ante las peticiones que se están haciendo en él de de poner fin al celibato sacerdotal y pedir la ordenación de mujeres así como la bendición de parejas homosexuales, todo ello con el apoyo o al menos la complacencia de importantes obispos alemanes.

“La Iglesia católica de Alemania es muy cercana y muy importante para mí. Teniendo en cuenta esta comunión de fe y de historia entre Polonia y Alemania, quisiera expresar mi profunda preocupación e inquietud por las informaciones que se han recibido recientemente de algunas esferas de la Iglesia católica en Alemania. Por ello, con espíritu de caridad cristiana, me tomo la libertad de dirigirle -como Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana- esta carta, llena de atención fraterna y con espíritu de responsabilidad compartida por el depósito de la santa fe apostólica que Cristo nos confió”, afirma el arzobispo polaco al presidente del episcopado alemán.

En este sentido, monseñor Gadecki recalca la necesidad de compartir su “inquietud” sobre “la validez de las afirmaciones hechas por algunos círculos de la Iglesia Católica en Alemania, en el contexto del ‘camino sinodal’”.

El ejemplo para bien o para mal de la Iglesia alemana

El arzobispo de Poznan recuerda a Bätzing que “la Iglesia Católica en Alemania es importante en el mapa de Europa”. Y añade: "soy consciente de que irradiará su fe o su incredulidad a todo el continente. Por lo tanto, veo con inquietud las acciones del 'camino sinodal' alemán hasta ahora. Observando sus frutos, se tiene la impresión de que el Evangelio no siempre es la base de la reflexión”.

De este modo, en la carta el prelado polaco señala que una de las “tentaciones en la Iglesia de hoy” es comparar las enseñanzas de Jesús de manera constante “con los desarrollos actuales de la psicología y las ciencias sociales”.

“La tentación de ‘modernizar’ concierne de manera particular al ámbito de la identidad sexual. Se olvida, sin embargo, que el estado del conocimiento científico cambia con frecuencia y a veces de forma dramática, por ejemplo, debido a los cambios de paradigma”, agrega.

Cardenal Marx, arzobispo de Múnich

El cardenal Marx, arzobispo de Múnich, ha sido uno de los prelados que ha apoyado el "camino sinodal" alemán.

Gadecki explica que es consciente que los católicos tanto en Alemania como en Polonia “viven actualmente bajo la presión de la opinión pública, que hace que muchos de ellos sufran una especie de complejo de inferioridad”.

Acabar con los "eslóganes desgastados"

Sin embargo, considera que “fieles a la enseñanza de la Iglesia, no debemos ceder a las presiones del mundo ni a los patrones de la cultura dominante, ya que esto puede llevarnos a la corrupción moral y espiritual”.

Evitemos la repetición de eslóganes desgastados y de reivindicaciones estándar como la abolición del celibato, el sacerdocio de las mujeres, la comunión de los divorciados y la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo. La ‘actualización’ de la definición de matrimonio en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE no es razón para alterar el Evangelio”, le recuerda a su homólogo alemán.

A continuación, el presidente del episcopado polaco profundiza en uno de los grandes problemas de la Iglesia alemana. “Soy consciente de que la Iglesia en Alemania está perdiendo constantemente sus fieles y el número de sacerdotes disminuye año tras año. Por ello, busca formas de mantener a los fieles con ella y de animar a los jóvenes a elegir el sacerdocio. Sin embargo, al hacerlo, parece enfrentarse al riesgo del pensamiento corporativo: ‘no hay suficientes empleados, así que bajemos los criterios de contratación’. De ahí que la exigencia de abolir la obligación del celibato sacerdotal se incluyera en el texto ‘Compromiso con el celibato en el ministerio sacerdotal’, que tuvo su primera lectura en la asamblea del ‘camino sinodal’ de Fráncfort del Meno el 4 de febrero. La respuesta a la cuestión de la relación entre la exigencia del celibato sacerdotal y el número de vocaciones ya la dio San Pablo VI: ‘no se puede asentir fácilmente a la idea de que con la abolición del celibato eclesiástico, crecerían por el mero hecho, y de modo considerable, las vocaciones sagradas: la experiencia contemporánea de la Iglesia y de las comunidades eclesiales que permiten el matrimonio a sus ministros, parece testificar lo contrario’ (Sacerdotalis celibatus, 49)”, escribe Gadecki.

Por otro lado, el arzobispo polaco cita la ordenación de mujeres, otra de las propuestas de este “camino sinodal” alemán. Tras recordar que tanto San Juan Pablo II como recientemente Francisco han cerrado esta posibilidad insiste en que “en el mundo moderno, la igualdad es a menudo mal entendida y equiparada con la uniformidad. Toda diferencia es tratada como un signo de discriminación. Además, el sacerdocio es a menudo malinterpretado como una fuente de dominación y una carrera eclesiástica en lugar de un servicio humilde”.

Por ello, el prelado de Poznan insiste en esta cuestión: “las mujeres tuvieron un papel muy importante en la vida de Jesús; junto a Santiago y Juan, tenemos a María y Marta. Ellas fueron las primeras testigos de la Resurrección. Por último, tenemos a la Santísima Virgen María, sin cuyo consentimiento no se habría producido el misterio de la Encarnación y de quien Jesús aprendió a ser humano. Aunque Cristo violó los cánones aceptados en la sociedad judía sobre la relación entre hombres y mujeres, como en su conversación con la samaritana, no dejó la menor duda de que el sacerdocio era una vocación exclusivamente masculina”.

La Iglesia "no puede callar"

En la carta se trata también otra cuestión abordada por el “camino sinodal” y que “respalda la práctica errónea y escandalosa de bendecir las relaciones entre personas del mismo sexo e intenta cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre el pecado de los actos homosexuales”.

Gadecki recuerda a Bätzing que “el Catecismo distingue claramente entre las inclinaciones homosexuales y los actos del mismo sexo. Enseña el respeto a todo ser humano independientemente de su inclinación, pero condena inequívocamente los actos del mismo sexo como actos contra natura”.

Es por esto que pide que “a pesar del clamor, del ostracismo y de la impopularidad, la Iglesia Católica –fiel a la verdad del Evangelio y al mismo tiempo motivada por el amor a todo ser humano- no puede callar y consentir esta falsa visión del hombre, y mucho menos bendecirla o promoverla”.

Aquí está la carta íntegra de los obispos polacos enviada al presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania.

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